
Aprueba Senado estrategia nacional de seguridad 2024-2030
Oaxaca, Oax., 6 de septiembre de 2011 (Quadratín).- El periodista de Proceso Jenaro Villamil sostuvo que en todo el país, la concentración de los medios de comunicación ha logrado una supremacía sobre el poder político, al punto de extorsionarlo. Esta nueva gran hegemonía de los medios se refleja en la consigna si no pagas, te pegamos, una extorsión al estilo zeta. Villamil brindó una ponencia magisterial con el tema Publicidad, el fenómeno de la concentración, en el marco del Foro Publicidad institucional, transparencia y equidad, organizado por la Coordinación General de Estudios de Posgrado e investigación jurídica de la facultad de derecho de la UABJO.
Sostuvo que en todo el país hay una estructura de concentración del poder mediático que durante más de 12 años de alternancia no solo no se ha modificado, sino que se ha agudizado en todo el país. El monopolio actual de medios supuso un cambio en la relación entre el poder político y el mediático. Televisa era lo que era el PRI como un gran partido hegemónico nacional. Los medios estaban subordinados al partido gobernante. Durante años, el axioma era que ellos eran soldados del PRI. Ahora la ecuación ha cambiado, y todos los políticos se convirtieron en soldados del Televisa, subordinándose a su poder.
Para Villamil, lo que ha fallado es la reforma y la democratización del régimen de medios de comunicación en México, que desde el año 2000 se planteó con mucha fuerza y que luego la clase política de todos los partidos borró de sus agendas. Citó el caso de Enrique Peña Nieto como consecuencia de no haber reglamentado el gasto en publicidad oficial. El fenómeno Peña Nieto demuestra cómo alguien que hace 5 años era un desconocido, ahora se convierte en el inevitable presidente del futuro. Villamil explicó que Peña Nieto estableció contratos publicitarios de al menos 745 millones de pesos al año con Televisa, que controla el 70 por ciento de las audiencias nacionales. Esto se logró a través del despilfarro del dinero público en la promoción personal de un gobernador sin fiscalización, sin rendición de cuentas y con una enorme discrecionalidad. Villamil mencionó que Felipe Calderón gastó 18 mil millones de pesos en 5 años de gobierno en publicidad y promoción, que, según datos de 2010, el 60 por ciento se han ido a las dos televisoras. Se trata de una relación perversa y concentrada en donde los demás medios se pelean por las migajas.
El periodista indicó que pese a los excesivos gastos en publicidad por parte de los gobiernos, no se ha modificado la percepción de la ciudadanía mexicana frente a la guerra contra el narcotráfico. Para lo que sirvió el despilfarro es para generar el miedo y la desmovilización, o para hacer creer que en 2012 un gobernante cambiará mágicamente la situación. Por mucho menos de 50 mil muertos cayó un gobierno en Egipto, y las sociedades se movilizan en Chile, España e Israel. Porque en México no hay movilizaciones?.
Opinó que Oaxaca vive un periodo de alternancia, pero que aun la transición no se encuentra consolidada. Para que se consolide, deben instaurarse nuevas reglas del juego entre la sociedad, los gobernantes y los medios. Y esto es lo que ha hecho falta. Destacó que los medios públicos de Oaxaca están prácticamente abandonados, se mantienen como una caja chica o se nombra a gente que no está capacitada.
Indicó que es necesario establecer una ley que regule la publicidad oficial, y que garantice la rendición de cuentas claras de los contratos con los medios de comunicación, por parte no solo del poder ejecutivo, sino también de los demás poderes y niveles de gobierno. Solo de esa manera se pueden romper los pactos debajo de la mesa, los chantajes y relaciones perversas. Aclaró que el raiting no debe ser el único criterio que se tome en cuenta para la asignación de la publicidad oficial, ya que así se contribuye a la concentración. Opinó que es necesario impulsar a las expresiones de medios comunitarios, alternativos y electrónicos. Manifestó que los medios comunitarios están recibiendo un ataque sin precedentes por parte de los medios comerciales concesionados, señalándolos como radios piratas o narco radios. Se criminaliza a un sector de la comunicación social sin que nadie haga nada.