Diferencias entre un estúpido y un idiota
OAXACA, Oax. 20 de noviembre de 2015.- La rendición de cuentas, más que una obligación legal debe ser una convicción de la práctica y vigencia de nuestros principios.
La afirmación de que se ha consumado la alternancia política en Oaxaca, es lo mismo que negarse a comparecer a rendir públicamente un informe o esconderse en un lugar donde se ponen las condiciones de acceso para no tener problemas en la celebración de los logros que se anuncien.
Una de las causas por las que la gente votó por Gabino Cué en el 2010 y antes en el 2004, fue porque se afirmaba que habría un gobierno honesto; sin embargo, a últimas fechas, las voces que señalan errores en la toma de decisiones, en cuanto al uso y destino de los recursos públicos en el estado, son más incisivas y van en aumento.
Algunos, detractores permanentes, otros en el pasado aliados y los muchos oaxaqueños que resienten la mala forma de tomar determinaciones en el estado, se suman cada vez más a esas voces que señalan síntomas de corrupción en el gobierno Gabinista.
Si el Gobernador sabe o lo ignora, es cosa de Estado, pero lo innegable es que esas circunstancias se agravan y evidencian cosas que se ocultan cuando al cumplir con el deber de informar, sólo aludimos al mandato Constitucional y queda nuestro actuar en el simple deber cumplido.
Deja esto, lejos, muy lejos el cumplimiento ético a la palabra de cambio empeñada, de ser un gobierno honesto.
Hay varios cuestionamientos, pero la pregunta simple, burda y hasta en tono agresivo es ¿por qué no se dio la cara y se rindió un informe en voz propia y delante de la sociedad? Esto puede ser fuerte, pero más fuerte sonó en el mensaje transmitido por televisión ese “¡que todos entiendan!”
¿Qué debemos entender los oaxaqueños? Que nos expliquen por qué tantos errores, por qué tantas contemplaciones con grupos que desestabilizan la paz social y se golpea a los más débiles.
Que nos expliquen a los oaxaqueños por qué las cifras alegres dicen que los programas sociales son un éxito y que la federación está reproduciendo en otros estados algunos de los que aquí se han puesto en marcha pero, el índice de desnutrición en Oaxaca ha aumentado considerablemente, pues de cada 100 niños 42 presentan problemas de peso y talla baja.
Las cifras arrojan que en nuestro estado enfrentan esta condición 193 mil 193 niños, de acuerdo con el programa denominado “Reloj de la Desnutrición en México”, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INNSZ).
Este número forma parte del 77 por ciento de la población oaxaqueña con problemas nutricionales. Según esto, ese porcentaje es de alta prioridad nutricional y sólo el 10 por ciento de los oaxaqueños no presenta algún problema de desnutrición. Según la institución, Oaxaca es el estado con la tasa más alta de desnutrición infantil, con 34 por ciento.
Datos que son alarmantes y contrastan fuertemente con las campanas al vuelo.
Eso nos deben puntualizar o cuando menos que le expliquen al gobernador, por qué evidencias de corrupción aparecen a cada rato. Pareciera ser que esa temeraria afirmación de que se concretó la alternancia, es más que una alegoría mediática, una sentencia a la transición democrática.
Por eso, en lugar de que entendamos lo inentendible, que nos expliquen lo muy evidente. Pareciera ser que esto es la crónica de una entrega bien pactada.
Reflexiones con Fundamentos.