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Análisis a Fondo
MÉXICO, DF, 22 de julio de 2015.- El pretexto, no sólo del gobernador Gabino Cué Monteagudo, es la “modernización de sistema educativo”.
Quién sabe qué quieran decir con “modernización”, ¿verdad?, pero todos la repiten hasta el hartazgo.
Ya estoy imaginando por lo menos la “modernización” de los mesa bancos, de los pisos de tierra, de las paupérrimas estructuras, en las que desarrollan su trabajo maestros y niños de muchas, muchísimas, escuelas primarias de Oaxaca y del territorio nacional.
Pero no creo que por ahí vaya el asunto. La verdadera idea de los legisladores que reformaron las leyes en materia educativa no era esa, sino crear un sistema para la manipulación y el sometimiento de las poblaciones.
Algo como lo ocurrido en estos días en Chiapas, en donde sin recato alguno el gobernador Velasco destinó pingües recursos económicos a comprar los votos de la gente no educada a favor de su grupo. Y meter al orden a los maestros disidentes, rebeldes.
Ojalá que la decisión de hacer a un lado a los maestros de la CNTE no vaya a ser un bumerang. Pareciera que no se dan cuenta de que no se dan cuenta. Y que las convulsiones se incrementen y que sigan yendo a desembocar en el las tomas del Zócalo de la Ciudad de México.
De lo que no pueden darse cuenta ni Cué Monteagudo, ni Emilio Chuayffet, ni los diputados, ni el presidente es que con la desaparición del IEEPO están alborotando el avispero.
Los maestritos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son unos cabroncetes. No se miden en sus movilizaciones de protesta. Están ciertamente infiltrados por elementos ultrarradicales. Sólo los van a calmar eliminándolos. Sólo mediante la represión podrá Gabino, o el gobierno federal, acabar con ese movimiento autodenominado democrático.
No acababa el gobernador de anunciar que crearía el nuevo instituto de educación, descentralizado, con personalidad jurídica y autonomía de gestión, cuando ya la dirigencia magisterial alzaba la voz:
Rubén Núñez, dirigente de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), adscrita a la CNTE, aseguró que la desaparición del IEEPO era «una provocación para el magisterio».
El dirigente magisterial informó que la disidencia magisterial se reunirá de manera urgente para analizar las acciones a seguir. O sea que a los “democráticos”, por lo visto, sólo los detendrán reprimiéndolos. Desapareciéndolos, como lo hizo Felipe Calderón con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. ¿Cómo? Muy sencillo. Disolviéndolos a punta de toletazos o balazos, encarcelando a sus líderes, o corrompiéndolos.
El discurso gubernamental pareciera lógico. La desaparición del IEEPO viene siendo parte de la modernización del sistema educativo oaxaqueño. Esto significa que en el nuevo organismo no cabrán los maestros de la 22, como ocurre actualmente.
Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, aseguró que con la desaparición del Instituto y la creación de uno nuevo, el sistema educativo oaxaqueño inicia una nueva era.
La idea es que el gobierno de Oaxaca recupere la rectoría de la educación “por el bien de la niñez oaxaqueña y a fin de que los maestros tengan el respaldo que necesitan para cumplir con su tarea”, dijo Sánchez en conferencia conjunta con el gobernador, Gabino Cué, y el titular de la SEP, Emilio Chuayffet.
El mismo presidente Peña señaló que el gobierno de la república ha venido trabajando para que la reforma educativa se instrumente en todo el país. Y ratificó que su gobierno asegurará que la reforma educativa, «aprobada con amplio consenso en el país», se instrumente en todo el territorio nacional.
La verdad, amigo Cué, el objetivo de la desaparición del IEEPO era madrear a los maestros de la CNTE, cada día más incómodos, que mantenían unos 3 centenares de puestos en esa institución. Ahora en el nuevo organismo, sólo podrán trabajar quienes sean designados por su dirección.
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