Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 30 de octubre de 2013 (Quadratín).-Es medio día del jueves en la Central de Abasto, el bullicio es incesante.
Gritos, colas, trueques, regateos, empujones y uno que otro discreto asalto. Uno que otro montón de basura.
Es el día grande de la plaza de muertos, por las festividades de Todos Santos y los Fieles Difuntos.
Es el mercado más grande de la ciudad de Oaxaca y del estado, donde se encuentra de todo.
Aquí parece que 10 pesos se convirtieron en una medida única de compra de productos para el altar, que deberá quedar terminado la noche de este 31 de octubre.
“¡Pásele!, ¡pásele!, ¡bara, bara! ¡A 10 pesos!”. Esa cantidad cuestan tres cañas, o dos kilos de plátano; o tres ramitos de flor silvestre que da colorido a las ofrendas.
Por el mismo precio también se pueden encontrar manzanas criollas, con teñido artificial en rojo, o dos floreros de plástico, para ponerlos en la tumba del ser querido.
También 10 pesos una bolsita de incienso o una de tejocote. El detalle es que de 10 en 10 se suman cientos de pesos.
Eso lo sabe doña Marina, mujer adulta del valle de Ocotlán que apenas trae en total mil pesos. “Qué me van a alcanzar. Acá todo está caro y el ganchito de los 10 pesos pos es pura ilusión, porque necesito varias bolsas de manzana, varios kilos de plátano, mi molito, el pan, mucho.
¡Híjole muchacha!, es mucho lo que se gasta, pero son nuestros muertitos, qué le vamos a hacer”.
La doña va de pasillo en pasillo entre apretones.
Encuentra deliciosos panes de yema de 60, 70, 80 o más de 100 pesos, pero necesita varias piezas para complementar un bonito altar.
Pasa por las flores llamadas borla, que se ofrecen en ramitos de 15, 20 y 25 pesos.
¡Órale, las fotos se las vamos a cobrar, ¿eh?, dice la vendedora entre broma y seriedad.
La oferta de los 10 pesos cobra vida para los muertos. Poco a poco aumenta el gasto, una gallina o guajolote, entre 150 o 200 pesos.
Falta el plátano macho, las naranjas, con semilla y sin semilla, el mole, el cacahuate, la nuez, las veladoras, las velas…. La lista es interminable.
Dos horas son poco para doña Marina, que ahora tiene que contratar un diablito para que lleve su carga hasta la Central Camionera, o si le sobran otros pesos, a tomar un taxi colectivo.
“Mire, es cierto, pos todo está caro, muy caro. Pero es cada año, finalmente nuestros hijos, nuestros papás, nuestros familiares lo merecen”, dice.
Y ahí va ella con su preciada carga. Llegará corriendo a su casa, con la ayuda de sus hijos terminará de montar el altar, para que los angelitos puedan disfrutar la bienvenida.
Hasta la media noche terminará su faena, con el consabido plato de mole, un mezcal, una cerveza y una taza de chocolate, que coronarán la ofrenda.
Mañana viernes, esperará la llegada de sus ánimas y al día siguiente acudirá al panteón, también a colocar otra ofrenda.
Es el Día de Muertos en Oaxaca, tradicional conmemoración que no se olvida ni siquiera en la ciudad, aunque cueste más allá de 10 pesos.