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MÉXICO, DF, 28 de septiembre del 2014.- Ignacio Beristáin es un hombre de 75 años, de ellos, más de media centuria los ha dedicado al boxeo. Tras una breve carrera como púgil, en sus manos se gestó un estilo que revolucionó la práctica este deporte en México. Su primer éxito fue con la mejor generación olímpica en la historia nacional, hasta convertirse en el único manager mexicano en ingresar al Salón de la Fama del Boxeo Internacional.
De esto y más trata en 12 rounds con Quadratín México.
ROUND 1: EL ROMANZA
El clásico round de estudio. El gimnasio Romanza, Román por Gilberto y ‘Za’ por Daniel Zaragoza, es el recinto donde don Nacho forma a sus nuevos prospectos. Ubicado en las inmediaciones del Autódromo del DF.
El local está en un primer piso, con un letrero que apenas se distingue. Al llegar, la primera señal de que ahí hay algo raro, es un auto Mini Cooper convertible rojo y negro estacionado, que limpia minuciosamente una persona. Delante de él, un Mustang gris en perfectas condiciones.
Al subir inicia el ruido, los golpes sordos y rítmicos a los costales, los gritos de los entrenadores. Hace calor, todos sudan copiosamente, la mayoría son jóvenes. Hay una oficina que funge también como vestidor. Está llena de cuadros y carteles, predominan los alusivos a peleas de Juan Manuel Márquez vs Manny Pacquiao, sobre todo, cuando por fin lo derrotó indiscutidamente. Hay otros grandes personajes del pugilismo, todos relacionados con don Nacho.
También abunda la belleza, edecanes y jóvenes boxeadoras que, además de aprender, lucen sus bellos rostros, con ropa entallada y zapatos de tacón. Parece no importarles estar en un ambiente masculino por naturaleza. Sonríen. Una sale intempestivamente: la grúa se llevó su auto.
“Mira estas bellezas”, dice don Nacho. “¿Quién dice que los ángeles sólo están en el cielo?” Otra de las chicas sale y pide permiso para cambiarse de ropa en el único baño que tiene el gimnasio, “sí, pero llévate una silla, para que no se mojen tus cosas”, sugiere.
ROUND 2: LOS GOLPES DE LA VIDA
Se chocan los guantes. La oficina de don Nacho también es papelería, donde sus ayudantes buscan afanosa e infructuosamente unas tijeras para llenar los formatos para poder boxear en los EU. También hay un refrigerador, donde aparecen unos lentes oscuros en la puerta y sinfín de papeles, guantes, manoplas y vendas. En el piso hay que sortear las maletas de los alumnos.
No mira de frente, quizá por su problema en el ojo: “He tenido últimamente muchos problemas de salud”, explica. “Me dio una neumonía después de un viaje a Nueva York. Me volvió a dar y después de la última pelea de Juan Manuel (Márquez) me fui a Acapulco. Allá me dio un infarto y uno más regresando acá. Me hicieron una cirugía para destaparme las coronarias”, confiesa.
ROUND 3: SUS FAVORITOS
El timbrazo del teléfono suena y anuncia otro asalto: “Bernard Hopkins es mi peleador predilecto por toda la gama de mañas que hace en el ring, desde un boxeo limpio hasta uno extremadamente sucio. Tiene 50 años y es campeón del mundo de peso semicompleto, es de otra galaxia, junto con Mayweather”, afirma contundente con un recto de derecha don Nacho. En su puño presume un anillo con sus iniciales ‘IB’, cuajado de diamantes.
“Julio César Chávez es de los mejores mexicanos. Es un ídolo dondequiera que se pare y detrás de él vino otra generación de peleadores que revirtieron el estilo clásico de los mexicanos que eran muy valientes pero sólo sabían ir para adelante tirando y recibiendo golpes.
Ahora tenemos gente con hábitos técnicos muy finos como Gilberto Román, que en paz descanse, Juan Manuel Márquez, Érik Morales y Marco Antonio Barrera que creció con una técnica muy bonita. Ellos son los pilares de la nueva era del boxeo mexicano”.
Entonces, esquivando las maletas del piso, ingresa un joven púgil, quien toma asiento y escucha: “nunca dejo que chinguen a mis peleadores y no tenías que echar tanto telefonazo. Estoy consiguiéndote 10 rounds y no ocho para que luzcas. El peleador sube al ring a ganar, a mostrar quién es y al promotor para que lo contrate. Mira al pinche Galleta, peleó con una condición desastrosa y perdió con uno malísimo. Defensivamente me gusta cómo peleas, pero hay que corregirte. Pegas duro, pero no tiras bien” y lo salva la campana de una tunda mayor.
ROUND 4: BOXEO AMATEUR
Don Nacho se ajusta los guantes y explica que inició su carrera como manager a principio de los 60, después de un breve paso como profesional. Tuvo que retirarse por un mal golpe en el ojo que le dejó secuelas, pero sobre todo, por una especie de mala suerte en la que dice no creer, pues se le fracturaron varios huesos, “quizás por ser sietemesino o por falta de calcio”, cree.
“Empecé en esto con un descontento terrible sobre cómo el boxeador mexicano terminaba abotagado de golpes, pensé enseñar una defensiva bien estructurada. Fuimos al Cinturón de Oro, sin grandes aspiraciones y ganamos. Después fuimos al campeonato nacional y de ahí la Federación Mexicana de Boxeo me invitó para ser coentrenador para la Olimpiadas del ‘68.
Ese ciclo me marcó para seguir en esto toda la vida. La sensación de representar los colores de México en unos Juegos Olímpicos es lo máximo a lo que uno puede aspirar”.
El resultado, histórico: la mayor cosecha para un deporte individual en Juegos Olímpicos, de la mano de Ricardo Delgado y Antonio Roldán con oro, así como Joaquín Rocha y Agustín Zaragoza con bronce. Don Nacho permaneció hasta 1980 y llevó a Juan Paredes al bronce en Montreal 76.
ROUND 5: MOSCÚ ’80 Y EL FIN DE UNA ERA
A continuar. “En Moscú estuvimos a punto de una hazaña: los cuatro peleadores estaban en cuartos de final, antesala de las medallas y los jueces europeos nos hicieron pedazos. Eso fue lo que marcó el final de mi carrera amateur”, afirma don Nacho con tono amargo y ese gesto que mostraba en la televisión, cuando el ‘atraco’ se transmitía en vivo.
“Ahí mismo pedí que buscaran otro entrenador”, explica. “El boxeo amateur es maravilloso porque representas a tu país, pero no entiendo la estructura de poder. El mismo presidente de Conade no tiene autoridad suficiente para alinear a sus presidentes y los deportistas padecen la actitud grosera y prepotente de federativos, como el estúpido que maneja esta federación”.
ROUND 6: ROMÁN, ZARAGOZA Y EL PROFESIONALISMO
Para el siguiente asalto, don Nacho va hacia adelante y con dos combinaciones, describe a dos de sus más grandes logros como manager: Gilberto Román y Daniel Zaragoza.
“Gilberto Román fue un fuera de serie, con facultades maravillosas. Pudo ser campeón mundial desde su primer año como profesional. Sin embargo se la ingeniaron para retardarle la oportunidad. Era un muchacho muy generoso, jovial, amistoso, siempre dispuesto a ayudar a los demás.
Aunque le gustaba la ‘Dolce Vita’ y por eso se retiró joven. Fue campeón del mundo dos veces pero quiso desafanarse del boxeo, para vivir la vida”, explica el entrevistado, sobre El Cachanilla, quien logró el título supermosca del CMB en dos ocasiones y murió en un accidente el 27 de junio de 1990. El Romanza exhibe una foto suya con una veladora encendida, cerca del ring.
“Daniel Zaragoza tenía más vocación, era más serio. Tenía un corazón de león, no pegaba fuerte, sin embargo lastimaba, por eso conquistó cuatro veces el título primero en gallo y el supergallo, que perdió y recuperó otras dos veces. Ahora está en el Salón de la Fama, merecidamente.
“Todo el mundo lo recuerda, como usted dice, sangrando, pero para ser cuatro veces campeón del mundo, algo tenía. Era zurdo, sumamente fuerte para la división, con un físico impresionante, piernas delgaditas, no tenía nalgas, pero del torso para arriba era muy fuerte”.
Entonces con un potente ‘counter’ castiga la imprecisión del reportero, sobre el ‘Bulldog de Tacubaya’ y lo dramático que lucía en sus peleas, tinto en sangre: “La gente siempre pensó que los cortes eran en las cejas o los párpados, pero generalmente eran en el cuero cabelludo. Por eso, un médico vivales lo descalificó en las Olimpiadas pero se repuso como profesional”.
Suena el aviso para terminar el asalto e ingresa una de las grandes figuras, quien concluye su entrenamiento, Jessica ‘Kika’ Chávez, campeona mundial plata minimosca del CMB.
La monarca se despide de don Nacho, luego de una extenuante sesión, en la que sudaba copiosamente, mientras recuperaba el aliento. Ahora recién bañada se despide de su entrenador, quien al abrazarla le dice: “Nos vemos el lunes. Ojalá que sin esa lonjita… Porque vas a comer como campeona del mundo…” La campeona promete disciplinarse y se retira.
ROUND 7: LA MALDICIÓN DEL BOXEADOR
Se reanuda la acción. Don Nacho termina de hacer una llamada, indaga dónde hay unas tijeras y reclama no tener los formatos correctos para el viaje de sus pupilos a EU. Pero está listo para retomar la contienda. Su memoria es perfecta.
“No existe una Maldición del Boxeador”, afirma con un movimiento de cintura, cuando se le pregunta si los púgiles están condenados a perder ante la fama y a perderlo todo, hasta la salud.
“Es una falta de educación deportiva. Desde el inicio, el aspirante busca el dinero y entra en una profesión que es dura, difícil y a veces, cruel. Pero lo peor es la gente que está alrededor de ellos, que lo van a arengar a las arenas cuando son amateurs y les crean un compromiso.
“Cuando llega el éxito, esa gente permanece y cuando lo ganan todo, son quienes le ayudan a gastar lo que con tanto trabajo logran. No miden, por eso les decimos: ‘Ganaste 100 ó 200 mil dólares, procura pagar tus impuestos. El dinero no regresa’. De alguna manera somos su apoyo.
“Estoy seguro, después de todos estos años, que los familiares son los primeros en ayudar a los peleadores a gastar el dinero. Ser campeón del mundo es algo totalmente diferente, viene el dinero en abundancia y es algo muy común que el mal esté en casa”.
ROUND 8: FORMACIÓN INTEGRAL
La contienda avanza. Ahora don Nacho afirma que trabaja con jóvenes mejor preparados para la fama y el dinero:
“Como entrenador del equipo olímpico tomé varios cursos, muchos de ellos con psicología del deporte. Sin ser un erudito, adquirí conocimientos para motivar a los peleadores, porque aquí te cae de todo, sobre todo chicos que vienen de un seno familiar difícil y vienen a tirar el estrés que hay en sus casas.
“Pero también tengo médicos, ingenieros, abogados. La misma ‘Kika’ Chávez estudió Comunicación. No ejerce porque es la campeona, pero sigue estudiando. Tengo otro que está en séptimo semestre de Medicina. Su padre es carpintero y su madre ama de casa. Quiere estudiar Cardiología, una carrera cara, pero estoy seguro que tendrá peleas importantes y ganará más”.
ROUND 9: SU ESTILO PERSONAL
Con un fino jab y la guardia bien ceñida sobre el mentón, don Nacho esquiva el cuestionamiento y explica que siempre buscó enseñar un estilo de vanguardia, que les permitiera a sus pupilos no sólo prolongar su carrera y retirarse en buenas condiciones, sino tener oportunidades reales de disputar títulos en los mejores escenarios.
“En ese tiempo hubo entrenadores con la inquietud de enseñar mejores aspectos técnicos. En el Romanza enseñamos un boxeo refinado, con buena defensiva y ataque. Porque lo interesante no es disputar un campeonato, sino tener posibilidades de ganarlo. Aquí buscamos eso porque si no vas bien preparado te lastiman. Buscamos el alto rendimiento”.
También el entrevistado reconoce el trabajo de otro manager de alto nivel como fue Arturo Hernández, El Cuyo, quien en los 70 desarrolló esta metodología con sus peleadores. “¡El Cuyo Hernández fue legendario, maravilloso, una gran personalidad! Le puso un sello propio a sus campeones, que fueron muy buenos. Su boxeo era revolucionario y por eso pasó a la historia”.
Sin embargo hay una diferencia en estilos, que don Nacho explica “el Cuyo manejó golpes curvos, algo poco común y le ganaba a todo el mundo. Era el mejor, pero chocamos en los torneos de Guantes de Oro y le ganamos varias veces. Entonces se molestaba mucho porque sólo sabía ganar.”
ROUND: 10 JUAN MANUEL MÁRQUEZ
Inicia el último tercio del encuentro y, a pesar del desgaste, el entrevistado contragolpea con la misma exactitud quirúrgica que otro de sus grandes logros, el Dinamita, Juan Manuel Márquez:
“Es un peleador maravilloso, técnicamente. Su capacidad para contragolpear es fuera de lo común. Es el mejor mexicano de la actualidad, aunque al parecer termina su carrera a fin de año. Tiene un récord impresionante, más allá de sus derrotas: en Indonesia, cuando el réferi subió, le dio dos besos al local, Chris John. Juanma le ganó, estuvo a punto de noquearlo, pero cuando lo puso mal, un fotógrafo aventó al ring un pedazo de unicel. El referee paró la pelea para limpiar y tardó horrores, para que se recuperara. Nos dio risa porque terminó de pie y le levantaron la mano. Pero si lo ves dices: ‘que no mamen, ganó Juan Manuel’.
Lo que de verdad marcó la carrera del Dinamita fueron sus peleas con Manny Pacquiao y el ‘ya merito’ para derrotarlo con un fulminante nocaut en su último encuentro:
“En la primera lo tumbaron tres veces y se levantó para darle una lección de boxeo. Ganó pero dieron empate. La siguiente, por nada perdió y en la tercera impartió cátedra, pero al perder todos dijimos ‘¿cómo es posible?’. Para la cuarta, yo fui el primero en decirle: ‘Ni tú mismo tienes derecho a echar a perder lo que históricamente has conseguido’, más allá de los 40 mdd que te van a dar, te van a volver a joder, así que noquéalo y que no haya duda”.
No la hubo: Márquez mandó a dormir a Pacquiao faltando un segundo del sexto round, con un brutal derechazo.
Acontece otro asunto urgente: “Díganle dónde va la foto y que la llene Rey, tiene bonita letra…”
ROUND 11: JHONNY GONZÁLEZ Y LA PELEA DEL SÁBADO
Otra sorpresa para el penúltimo asalto, ingresa otro campeón, Jhonny González, quien este sábado defenderá su cetro pluma del CMB, ante Jorge ‘Travieso’ Arce. El campeón está callado, afuera sólo se escuchaba el impacto de sus golpes al costal, mayor al de los demás alumnos. Escucha, termina de vestirse:
“Su papá es un gran entrenador. Él lo hizo campeón en dos ocasiones. Va directo al Salón de la Fama porque es un excelente boxeador, pegador contundente. Perdió el título mundial gallo y vino con nosotros. Nos ha ido bien gracias a Dios porque tiene todo para ser campeón”.
Don Nacho explica cómo concibe el combate: Jhonny es mejor, pega más duro, es más cerebral, más inteligente. El problema es que el Travieso, que está medio loco. Entonces creo que la pelea será volcánica y breve, pero atractiva. El Travieso es muy valiente y lo va a buscar porque le gusta el peligro. Además el gobierno y su gente han puesto una lanota para que Jhonny pierda”.
ROUND 12: EL RETIRO
Ante un combate dominado de punta a punta, don Ignacio Beristáin, ya no tiene que arriesgarse más. Sólo marca su distancia, pega y se mueve, porque de algo está seguro: seguirá en el boxeo.
“A las 14:00 horas como, al terminar me pongo un uniforme y camino seis kilómetros, como rutina. Saliendo del hospital tuve que empezar por un kilómetro, pero desobedecí porque me he sentido bien. En general me la paso con los peleadores, en la en la mañana trabajé con un grupo.
“No sé sobre mi retiro. Ojalá supiera qué pasará mañana. Pero mientras sigo aquí para mantener la carrera de mis hijas: una hace su maestría y la otra termina el doctorado. Está en Londres y allá cobran en libras, hay que camellar para juntar 55 mil dólares que cuesta su curso”, concluye, mientras el referee imaginario le levanta el brazo en señal de triunfo.