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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de septiembre de 2017.- Durante 20 largos minutos, el presunto asesino de Mara Fernanda Castilla pensó qué haría con la joven de 19 años, dormida en el asiento trasero del vehículo de Cabify. Quizá intentó despertarla.
Así se explicarían las imágenes del video en que se ve a Ricardo Alexis Díaz prender la luz interior de la unidad y girar para mirar a su pasajera.
Explica Milenio que, transcurrido ese tiempo, algo zumbó en su cerebro y puso en marcha la unidad. A pocas calles del domicilio de Mara entró a un Oxxo y compró cigarros. Adelante estaba el motel donde la asesinó, pero siguió de largo.
Minutos después se arrepintió y dio vuelta en U para circular por la misma avenida Sur 11.
Más adelante se arrepintió nuevamente y dio una segunda vuelta en U. Ya rondaba el motel.
Entonces decidió entrar con Mara aún dormida.
Pese a ser un motel y poder entrar con el auto hasta la habitación, Ricardo Alexis salió del coche para pagar.
Un empleado se acercó para levantar la pequeña pluma de acceso y trató de observar dentro del vehículo.
Era su trabajo. Miró o intentó mirar, pero los vidrios laterales polarizados se lo impidieron.
El Chevrolet Sonic, placas UAY 6418, pertenece a la madre del presunto asesino. Él lo trabajaba y de esa forma se ayudaba económicamente. No había nada extraordinario en su historia. Tenía un empleo, vivía con su pareja, era un hombre normal.
O lo fue… hasta que se le presentó una oportunidad de delinquir: una joven hermosa, de 19 años, dormida en la parte trasera de su auto.
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