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MÉXICO, DF, 1 de enero de 2015.- Para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), 2014 fue un año de festejos, no sólo porque llegó a sus 75 años de vida, sino porque tres de sus más importantes recintos tuvieron aniversario. Se trata de los museos nacionales de Antropología, y del Virreinato que cumplieron 50 años, en tanto que el de Historia, Castillo de Chapultepec, llegó a sus 70 años. Celebraciones que se extenderán durante este 2015.
También el Centro Comunitario Culhuacán llegó a 30 años, y se conmemoró el centenario del descubrimiento del Templo Mayor, en el corazón de la Ciudad de México.
Como parte de la celebración por los 75 años el Instituto y los 50 años del Museo Nacional de Antropología, el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, entregó en septiembre al pueblo de México el Códice Chimalpahin, documento fundacional de la nación que data del siglo XVII, repatriado por el Estado mexicano en un hecho histórico.
El 50 aniversario del Museo Nacional de Antropología se festejó en grande con la restauración de sus piezas emblemáticas, la presentación de un libro, conciertos, un billete conmemorativo de la Lotería Nacional y la inauguración de la magna exposición Códices de México, memorias y saberes.
En dicha muestra, integrada por 45 códices, el MNA presentó algunos de sus mayores acervos documentales, como la Tira de la Peregrinación, el Códice Martín de la Cruz-Badiano, la Matrícula de Tributos, el Códice Colombino y el Códice Chimalpahin.
Como parte del festejo, se editó el volumen Museo Nacional de Antropología. 50 aniversario (1825-1964), y se hicieron trabajos de conservación en sus piezas emblemáticas, como el Tláloc, la Piedra del Sol, la diosa Coatlicue o el Señor de las Flores, Xochipilli, así como en estelas y dinteles que llevan grabada la gloria de antiguas ciudades mayas.
De igual forma se aplicó limpieza en las salas dedicadas a las culturas teotihuacana y la Costa del Golfo, donde expertos del INAH dieron lustre a la deidad del agua Chalchiuhtlicue y a la Cabeza Olmeca. Entre tanto, la maqueta del mercado de Tlatelolco, las pinturas murales Luchas del pueblo Tarasco, Paisaje Tarahumara y La boda purépecha de Pablo O’Higgins, la obra de caballete Cráter B, de Vicente Rojo, fueron atendidas por el Departamento de Restauración del MNA.
En el patio central, recibieron remozamiento las celosías, bronces y mármoles. El Paraguas y la escultura Sol de Viento, de Iker Larrauri, recobraron su color original azul-verdoso, y se atendieron las gárgolas que desalojan el agua de lluvia.
En el marco de los festejos, el MNA integró a la arquitectura del recinto el tzompantli geométrico, creado por Manuel Felguérez. Se trata del Muro de calaveras, título de la obra escultórica de 400 metros que delimita el perímetro del Museo Nacional de Antropología, del lado de la avenida Reforma hasta la altura del monolito de Tláloc, cuya creación fue respetuosa del paisaje natural del Bosque de Chapultepec.
El festejo incluyó Música Azteca Imaginada, concierto donde destacó el Coro de Niños Totonacas del Centro de las Artes Indígenas. Además, la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por Carlos Miguel Prieto, estrenó Suite para dos chelos y dos guitarras, de Samuel Zyman, con la participación de los solistas Yo-Yo Ma y Carlos Prieto, violonchelos, y Jaime Márquez y Antonio López, guitarristas.
El Museo Nacional del Virreinato llegó a 50 años de difundir y preservar el arte novohispano. Entre las actividades que organizó destacó la inauguración de la exposición Magnificat. Los secretos de los libros de coro, integrada por 19 de los 92 volúmenes que son parte de su colección, y se ofreció el concierto del grupo coral The Tallis Scholars.
Durante la ceremonia de conmemoración Teresa Franco, directora general del INAH, entregó ocho medallas conmemorativas con el modelo original que se imprimió para la apertura del museo, dos de ellas a los familiares de Adolfo López Mateos y del antropólogo físico Eusebio Dávalos Hurtado, y el resto las recibieron la investigadora emérita de la UNAM, Elisa Vargas Lugo; la promotora cultural Beatriz Sánchez Navarro; el padre jesuita Manuel Ignacio Pérez Alonso; la restauradora Rosa Díez Pérez; la investigadora emérita del INAH, Consuelo Maquívar; y Ricardo Pastén Sánchez, custodio durante más de 60 años del museo.
Como parte de la celebración, en el primer cuatrimestre de 2014 se reabrieron cuatro salas totalmente remodeladas, que presentan la exposición permanente Oriente en Nueva España, integrada por 110 piezas, entre marfiles, porcelanas, enconchados y taraceas.
El Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, depositario de la memoria histórica del país, celebró su 70 aniversario con diez jornadas culturales que incluyeron conciertos de gala, ballet folclórico, obras de teatro, talleres, ópera, visitas guiadas y talleres infantiles, que se llevaron a cabo de septiembre a octubre.
Entre las actividades efectuadas resaltaron el concierto de gala con la única Flauta de cristal que se conserva en el mundo en condiciones para tocarse, la cual data de 1835, y el Ballet Folclórico de Amalia Hernández, que ofreció una gala. A lo largo de siete décadas de vida, el acervo del Museo Nacional de Historia ha crecido hasta alcanzar las 70 mil piezas.
El Centro Comunitario Culhuacán fue otro recinto del INAH que festejó: cumplió 30 años. La celebración incluyó una exposición, conferencias, música y degustación culinaria. Albergado en un antiguo convento agustino —joya arquitectónica del siglo XVI—, mostró una exhibición fotográfica sobre los trabajos de recuperación hechos por el Instituto desde 1943.
El INAH conmemoró el centenario del descubrimiento de un sitio emblemático de los mexicas: el Templo Mayor, con la exposición 100 años del Templo Mayor. Historia de un descubrimiento, con la cual se reconstruyó, a través de información inédita, la investigación primigenia que inició hace un siglo el arqueólogo y antropólogo Manuel Gamio en el Templo Mayor de México-Tenochtitlan.
La muestra incluye piezas arqueológicas halladas por Gamio, así como un fragmento de banqueta policroma con guerreros en procesión en relieve, titulada La procesión de los señores. También se exhibe la cabeza de diorita de la diosa Coyolxauhqui, descubierta en el siglo XIX. Además de planos del siglo XVI que representan la Plaza Central de la Ciudad de México y el área que ocupaba el Templo Mayor, mostrando cómo lucía la ciudad virreinal, y objetos personales de Manuel Gamio.