Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre de 2017.- En 1975, el presidente Luis Echeverría Alvarez enfrentó el dilema de su sucesión presidencial: la ortodoxa política con el secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, o el administrador José López Portillo, secretario de Hacienda, en un escenario de simultáneas crisis económica y crisis política. La opción tecnocrática por López Portillo inició el ciclo de economía neoliberal de mercado.
Un factor poco conocido pareció tener su espacio en la operación sucesoria: la crisis económica iniciada en 1973 tenía en 1975 una presión inflacionaria sobre el tipo de cambio; para resistir el embate del mercado por demanda de dólar barato -12.50, con diferencial inflacionario México-EE.UU. malo para México-, Echeverría optó por endeudamiento externo, solo que los acreedores requerían el aval del Fondo Monetario Internacional. Y el FMI dio el aval a cambio de un programa de austeridad que debía de comenzar en 1976.
En este contexto apareció la figura de López Portillo, a quien Echeverría había designado secretario de Hacienda en 1973 por tanto el negociador con el FMI. Mientras los analistas y especuladores políticos evaluaban la sucesión de 1975-1976 con el método tradicional, la nueva variable del FMI tomaba los hilos de la decisión. La Carta de Intención de Echeverría con el FMI, pactada por López Portillo, fue el factor decisivo para la candidatura del secretario de Hacienda.
A partir de esa sucesión, las posteriores refrendaron el camino: opciones política y económica, con solución económica; así los candidatos fueron: Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo -Luis Donaldo Colosio se hizo populista el 6 de marzo, pero fue asesinado el 23- y Francisco Labastida; la candidatura de Enrique Peña Nieto se dio desde el gobierno del Estado de México, pero con una agenda reformadora económica que formalizaría en el Pacto por México.
Ahora el dilema es el mismo: los dos candidatos viables son el economista José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Hacienda, y Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación. El modelo no es nuevo: Moya-López Portillo, García Paniagua-De la Madrid, Bartlett-Salinas, Camacho-Colosio/Zedillo, Madrazo-Labastida y Peña-Beltrones.
En el quinto informe de cada gobierno, los presidentes salientes -de Echeverría a Peña- delinearon el dilema entre economista y político; así lo refrendo el presidente Peña Nieto el sábado en su quinto informe en Palacio Nacional. Y a pesar de que en cada sucesión -1975, 1981, 1987, 1993, 1999, 2011- había una clara crisis política, la decisión fue por el precandidato economista porque el modelo de desarrollo económico determina las relaciones sociales y políticas; y los presidentes salientes han asumido la crisis política no como una ruptura sistémica, sino como un efecto del insuficiente crecimiento económico.
La clave del quinto informe presidencial fue la continuidad del modelo económico y el crecimiento que vendría como elemento de distensión política. Al terminar el quinto informe de gobierno del presidente De la Madrid, el entonces diputado socialista Heberto Castillo Martínez pronosticó que el candidato sería Carlos Salinas de Gortari. Las referencias de Peña Nieto al regreso a las fallas del pasado establecieron los parámetros del enfoque economicista de la candidatura del PRI para el sexenio 2018-2024.
La política mexicana no sólo se encuentra atada al FMI, al Banco Mundial y a la Organización Mundial de Comercio, sino que la economía determina las decisiones de poder. En este enfoque se encuentra la clave sucesoria del V informe de Peña Nieto.
Política para dummies: La política, pese a sus imprevisiones, tiene sus propios tiempos, ritmos, circunstancias, procedimientos y señales.
Solo para sus ojos:
Morena ya delineó su estrategia: asumirse como PRD más algunos parches de pescadores de chamba. Los perredistas asimilados en Morena ahuyentaron a figuras que no quieren verse junto a René Bejarano.
El sitio http://www.breitbart.com/ del exasesor Steve Bannon es una cuña en el gobierno de Trump, a partir de la percepción de que es el principal lobby conservador. Por eso hay que leerlo así. El lunes se burló de la pareja Jared Kushner-Ivanka Trump caracterizándolos como Javanka por su apoyo al mantenimiento del modelo DACA que Trump ya liquidó.
Dicen en los pasillos del poder que ayer hubo mucho movimiento en Los Pinos para buscar curricula de nuevos aspirantes al cargo de fiscal, porque el procurador Raúl Cervantes Andrade había sido liquidado con la nota sobre su auto Ferrari y las irregularidades tipificadas como corrupción.
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@carlosramirezh