
No es por ellos, es por nosotros
Descomplicado
El Papa 267 en la historia de la Iglesia católica afrontará grandes retos globales, para pastorear a los mil 300 millones de fieles en el mundo (cifras del Vaticano). El Papa Francisco fijó el estándar muy alto como máximo líder de la Iglesia católica en el mundo. El ataúd de madera y la instrucción que dejó de no ser enterrado en la Basílica de San Pedro, sino en Sana María la Mayor confirman, hasta su último aliento, la austeridad franciscana que adoptó en contraste con la opulencia del Vaticano. En 2013, cuando el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, fue electo sucesor del Papa Benedicto 16, la Iglesia católica estaba sumida en un escándalo mundial por los abusos sexuales a menores de edad cometidos por sacerdotes y varios intentos de la institución religiosa por encubrirlos. En 2014, el Papa Francisco declaró en el diario La República, que consideraba la pedofilia como: una lepra en nuestra casa, y que cerca del dos por ciento de los sacerdotes católicos son parte del problema, en 2014 creó un grupo internacional de expertos para recomendar cómo proteger a los menores de edad, con el tiempo los miembros fueron dimitiendo, también sancionó a altos cargos del clero y estableció como obligatorias las denuncias de abusos. En diciembre de 2019 puso a disposición de los tribunales laicos las denuncias, testimonios y documentos de los juicios internos de la Iglesia, por primera vez, las víctimas pudieron acceder a sus expedientes y a cualquier sentencia. Entre su legado, también impulsó el diálogo interreligioso como ningún otro de sus predecesores, sosteniendo encuentros históricos con líderes del Islam y del Judaísmo, aceptó que las y los católicos divorciados tomen la comunión y respecto a la comunidad LGBT, pronunció una de sus frases más famosas: Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?, en alusión a sacerdotes homosexuales y personas de la comunidad LGBT, también se mostró abierto con las uniones civiles entre personas del mismo sexo, autorizando a los sacerdotes a bendecir a las parejas homosexuales y afirmando que estas tienen derecho a formar una familia. Han surgido diversas suposiciones entre el probable sucesor de Jorge Mario Bergoglio. En una reciente publicación, el periodista especializado en temas eclesiásticos, Edward Pentin, destaca a ocho de los más de 130 cardenales de la Iglesia católica que podrían ser el sucesor de San Pedro, en caso de tener menos de 80 años de edad. Se trata de los cardenales originarios de: Hungría, Flipinas, Ghana, Estados Unidos, Sri Lanka, Países Bajos y dos de Italia. Aunque son especulaciones, de esa lista de ocho arzobispos de las naciones referidas, tres tienen mayores posibilidades, el de Filipinas, cercano al estilo del Papa Francisco y dos mas italianos, uno moderado y otro promotor del diálogo interreligioso. Encabeza las preferencias Luis Antonio Tagle, originario de Filipinas, de 67 años, quien es arzobispo emérito de Manila y prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Se le conoce por su enfoque pastoral centrado en la misericordia, inclusión y justicia social, es considerado progresista y cercano al estilo del fallecido Papa latinoamericano. Los Italianos son Pietro Parolin, de 70 años, quien es actualmente secretario de Estado del Vaticano, se le considera de línea moderada, con habilidades para el diálogo y la negociación; o Matteo Maria Zuppi, de 69 años, arzobispo de Bolonia, quien es presidente de la Conferencia Episcopal de Italia. Diplomático, mediador de conflictos y misionero de paz, también se ha destacado por su trabajo en mediación y diálogo interreligioso, como una de las líneas del Papa Francisco. El probable nombramiento de Parolin o Zuppi como papa, abre el recuerdo del último pontífice italiano, Albino Luciani, conocido como Juan Pablo I, o el Papa de los 33 días, (26 de agosto-28 de septiembre de 1978), también fue el último de una larga sucesión ininterrumpida a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523. En la elección del próximo líder de la Iglesia católica en el mundo está en juego la continuidad del trabajo emprendido por el Papa Francisco, intentando sacudir fallas sistémicas evidentes, para responder -en primera instancia- a una deuda histórica con las víctimas de abuso sexual. En 2018 un informe de Ending Clergy Abuse (ECA) estimó unas 100 mil víctimas de la pederastia clerical reconocidas en todo el mundo, mientras que los informes internos del Vaticano contabilizan 600 denuncias al año por pederastia, aunque otros informes especializados de Organizaciones No Gubernamentales en España y Francia, refieren más de 300 mil víctimas, tan sólo en esas dos naciones, durante los últimos 70 años.