El episcopado ante el segundo piso de la 4T
Indicador Político
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de julio de 2016.- Hoy 8 de julio se cumplen cuarenta años de la salida de Julio Scherer García de la dirección del periódico Excélsior, del fin de una época y del inicio de un ciclo de prensa escrita menos atada al poder.
Es paradójico que uno de los sucesos que marcó parte de la transición democrática –con el 68– haya sido el menos investigado por los propios periodistas. Pronto saldrá en el Fondo de Cultura Económica la investigación El Olimpo fracturado. La dirección de Julio Scherer García en Excélsior 1968-1976, de Arno Burkholder.
El llamado golpe a Excélsior se ilustró con la mítica fotografía de Scherer caminando por Reforma luego de abandonar la asamblea y en los hechos dejar la dirección del periódico, flanqueado por el caricaturista Abel Quezada y historiador Gastón García Cantú.
Esa fotografía dice más de lo que ilustra. En un texto publicado por el autor de Indicador Político en la edición de este mes de julio en la revista Letras Libres, de Enrique Krauze, se hace un juego de ilusiones. ¿qué hubiera pasado si Scherer no abandona la asamblea, se queda a pelear como lo hizo en varias ocasiones y gana la contienda? Se hubiera quedado con el periódico. Acababan de pasar las elecciones presidenciales en las que López Portillo careció de contendientes y el país comenzaba a ser sumido en la inestabilidad por los chicotazos del poder presidencial.
El asunto Excélsior merece algunas puntualizaciones:
1.- Excélsior y Scherer no eran antisistémicos, ni disidentes, ni opositores. Su tarea era hacer la crítica al poder desde dentro del poder. A lo largo del gobierno echeverrista Scherer privilegió las contradicciones en las élites del poder. Cuando el sector privado boicoteó al diario suspendiendo la publicidad, Echeverría ordenó que el gobierno sustituyera esos espacios con anuncios oficiales y con ello subsidiando a Scherer.
2.- Scherer se forjó en las reglas del sistema político: se reunía con Díaz Ordaz y Echeverría, recibía regalos, participaba en giras. Luego de haber salido de Excelsior, Reyes Heroles en nombre de López Portillo le aseguró a Scherer que el gobierno le regresaría el diario, obviamente que retorciendo las leyes, y Scherer había aceptado. Luego del 8 de julio Scherer también se reunió con Echeverría con la esperanza de que le regresara el diario.
3.- Lo que hicieron Excélsior y Scherer en el sexenio de Echeverría fue airear la crítica dentro del sistema. Por su tamaño, Excélsior fue un asunto de Estado: por eso Díaz Ordaz avaló el ascenso de Scherer a director y varias veces medió para fortalecerlo por problemas derivados del carácter de Scherer. Díaz Ordaz temía, cuenta Burkholder, que el diario cayera en manos de la derecha.
4.- La crisis de Excélsior fue responsabilidad de Scherer; manejó la cooperativa –todos los trabajadores eran socios, un trabajador igual a un voto– como si fuera de su propiedad, perdió el contacto con la base de talleres –sin duda la más agresiva– y enfrentó al gobierno poniendo en riesgo el empleo de los trabajadores. La asamblea del 8 de julio era para ese reclamo.
5.- El éxodo de periodistas de Excélsior multiplicó los espacios de crítica al poder: Proceso, Uno Más Uno, La Jornada, El Financiero, entre otros. Echeverría con Excélsior agotó la vena autoritaria del poder presidencial.
La historia del Excélsior de Scherer merece contarse, pero al margen de mitos. La prensa es libre por sí misma, no por héroes existenciales.
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Política para dummies: La política siempre es el reverso de la medalla.
Sólo para sus ojos:
• Adelantan el relevo en el PRI por la crisis política. Hay muchos nombres. Las opciones son: alguien del gabinete presidencial o un priista del partido. El relevo definirá el 2018 priista.
• Irritación en el panismo por los comportamientos excluyentes de Margarita Calderón y Ricardo Anaya de querer apropiarse de la candidatura presidencial panista sin cumplir con los procedimientos partidistas. Los dos quieren el modelo Fox del 2000, pero hoy los panistas quieren mayores garantías.
• Siguen sin encontrarle la cuadratura al círculo de la CNTE y la Sección 22 de maestros. Mientras más concesiones políticas haga el gobierno, más fortalecen a los maestros radicales. Al gobierno le hace falta malicia.
• El nombramiento en el PRI provocará otros cambios en el gabinete, dicen en los pasillos del poder.
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