Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Análisis a Fondo
Y los funcionarios como perritos en el periférico
El aumento de precios ya no es inflación; es robo
MÉXICO, DF, 22 de enero de 2016.- La política económica está en manos, como en la fiesta grande de los toros, villamelones. Estos son los que están llevando a la economía nacional a la bancarrota. Y ahora, en estos días lo están demostrando. No es cierto que la volatilidad internacional esté presionando a la moneda. El peso se ha devaluado ya horriblemente y lo seguirá sufriendo gracias a la ignorancia de señores como Luis Videgaray y Agustín Carstens, y no estoy ofendiéndolos. Por favor, no es asunto personal.
Este jueves 21 de enero el dólar llegó a valer 20 pesos. Y le aseguro, como se lo he dicho todos los días, que va a llevar a valer 25 pesos antes de que se celebren las navidades y el año nuevo siguientes. Y todo por la avaricia de los especuladores. No porque haya volatilidad en los mercados financieros y bursátiles, o porque los petroprecios hayan llegado a su nivel más ínfimo.
Aquí, el Banco de México, con sus ofertas, con sus subastas de dólares es el que ha propiciado la especulación y la fuga de capitales. Y los afectados son los consumidores mexicanos que están pagando infinitamente más del doble; qué digo, más del triple, del cuádruple, de lo que usted imagine, de los precios reales de bienes y servicios.
Hace dos semanas compraba usted en el súper su súper por 700 pesos; a la siguiente semana, su mismo súper ya le costaba 900, y el fin de semana pasado, le costó mil 500 pesos. Y a mí me consta porque yo sí la hago de señora de la casa y voy al súper cada semana. Carajo. Estas subidas no tienen nada que ver con la ciencia económica. Ni con el análisis financiero. Sí lo tienen con la justicia. Con la policía. Con el Ministerio Público. Con el Código Penal. Se llaman robo. Vil y miserable robo inclusive celebrado por las autoridades del sector económico.
Los expertos del sector privado se quedan cortos. Por ejemplo, estiman que, ante la depreciación del peso frente al dólar, los precios de los alimentos como el maíz, arroz, trigo y soya, pueden aumentar alrededor de 30% durante los próximos meses. Ya aumentaron eso y más, señores expertos. Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), anticipó que las importaciones de alimentos se van a encarecer de manera “severa” debido a la fuerza del dólar. A güevo. Y esto va a representar una caída en rentabilidad y siembras para la producción de alimentos en los ciclos de primavera-verano y otoño-invierno.
Alejandro Monteagudo, presidente y director general de AgroBio (asociación que agrupa a las principales empresas desarrolladoras de biotecnología agrícola en el país), indicó que el país tiene un déficit de 11 millones de toneladas de maíz (se queda también corto) para satisfacer las necesidades del consumo nacional, por lo que México debe de importar los productos desde otros países, en gran parte desde Estados Unidos. Y qué es lo que importa. Pues maíz amarillo que en mi tierra se da como alimento para los marranos.
Productos como maíz, soya, arroz, trigo, así como los lácteos, huevo, pollo, carne y frutas, van a sufrir incrementos, mientras que el sector cafetalero y de cítricos sería beneficiado ya que se dedican a la exportación. Pero lo que ganen por la exportación lo van a perder en la compra de insumos de alto contenido importado.
La confianza de líderes empresariales e inversionistas sobre el panorama económico mundial tiende a bajar de forma significativa ante un entorno de creciente incertidumbre, revelan encuestas aplicadas por separado a directores ejecutivos y administradores de fondos por PwC y BofA Merrill Lynch. El reajuste económico de China, la caída del petróleo y la preocupación por la seguridad geopolítica contribuyen al incremento general de incertidumbre en torno a los pronósticos de crecimiento mundial, arrojaron los ejercicios.
En el caso específico de México, 46% de los directivos encuestados confía en que los ingresos de sus firmas aumentarán en el corto plazo, tasa muy inferior al 62% registrado en 2013.
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