Cortinas de humo
En días recientes la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) cumplió 53 años de vida, con sus altas y bajas es la institución de educación superior más importante del estado, y el prestigio académico no debe ser opacado por los problemas financieros y lo que de ello se genera.
Coincide este aniversario e inicio de ciclo con el de la primera administración de una rectora en la persona de la Doctora Norma Liliana Galván Meza, quien de manera apresurada ha aprendido no sólo lides académicos, de planes de estudio y administrativos de la institución, sino también de política afuera de las paredes del claustro.
Durante su mensaje de arranque de cursos, Galván Meza hizo algunas afirmaciones que vale la pena rescatar: “Nuestros retos son grandes, generar conocimiento para establecer políticas, buscar sustentos para erradicar las desigualdades, la violencia de género, el desgaste ambiental, a través de los saberes que contribuye al bien común de la toda la población y crear ciudadanía. Eso es parte de la responsabilidad social universitaria, nuestro compromiso es con ustedes, sus familias y la sociedad”.
Con esto pone en el debate temas que son actuales, no se queda en el pasado, sino que agarra por los cuernos temas que ya tienen tiempo debatiéndose pero que ahora además se respetan y fomentan.
Otra: “Seremos persistentes en la autocrítica, en la transparencia, la solidaridad, el reforzamiento de nuestra identidad y nuestro papel en la sociedad nayarita, y así también seguiremos reconociendo nuestras fortalezas”.
Y para muestra el convenio que firmó la UAN con el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información, el cual a decir de su comunicado oficial, ayudará a impulsar y promover “la cultura de la transparencia, acceso a la información pública y la protección de datos personales, la participación ciudadana y la rendición de cuentas”. Subrayando esto último pues para nadie es secreto que administraciones anteriores no tenían tanta relación con medios de comunicación para dar a conocer su trabajo como ahora sí se empieza a hacer.
Del discurso una última cita: “Llevemos a la universidad al campo, a las comunidades, a los hospitales, a las escuelas, a las empresas, a las familias, a la realidad. La universidad en todas partes”. Y en eso no necesitarán spots o redes sociales, esta actividad la notará la sociedad, misma que señalará el beneficio o en su defecto subrayará la ausencia, que del discurso no se pasó a los hechos.
Tiene mucha historia la UAN, pero también tiene presente para consolidar su futuro inmediato. A favor de que la nueva narrativa hable de sus valores, de su comunidad, de su apertura, de que la universidad es de todos y todas, que incluya a los padres de familia, y que se sigue germinando allí el conocimiento en beneficio de la sociedad y la entidad.
La competencia de la UAN no son las instituciones privadas de educación superior, qué bueno que haya opciones, la competencia verdadera es con ella misma, su comunidad debe entenderlo y en medida de ello aceptar esa responsabilidad, de preferencia sin pretextos.
@rvargaspasaye
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