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Oaxaca, Oax. 19 de enero 2011 (Quadratín).- Dentro de las actividades por los 56 años de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), el investigador universitario Francisco Ruiz Cervantes hizo un recorrido de la historia de la Máxima Casa de Estudios, institución educativa que calificó de fundamental en la vida política y social de la entidad.
De acuerdo con el investigador, el pasado 8 de enero se cumplieron 184 años de la apertura del Instituto de Ciencias y Artes del Estado, hace 56 años gracias al decreto aprobado por la XLII Legislatura Oaxaqueña, se convirtió en Universidad Benito Juárez de Oaxaca y desde hace 40 años obtuvo la autonomía con la cual se rige hoy en día.
Mencionó tres momentos decisivos en la vida de la Universidad; el primero que tiene que ver con su fundación el 8 de enero de 1827, cuando un grupo de docentes encabezados por Fray Francisco de Aparicio tuvieron la visión para conformar un Instituto de esta naturaleza, empresa nada fácil, pues más allá de los buenos deseos, la realidad mexicana, la escasez de recursos pecuniarios y a la divergencia de criterios sobre lo que el instituto debería ser, pusieron en riesgo su existencia.
Posteriormente, en 1856 Benito Juárez, egresado de sus aulas en su calidad de gobernador y comandante militar, regresó a Oaxaca, donde su primer acto público fue reabrir al Instituto como Centro de Estudios Profesionales, condición que le había sido arrebatada por Antonio de Santana y permitiendo a la Institución, convertirse en un centro de formación de las élites directoras de la política estatal y nacional en la segunda mitad del siglo XIX.
Durante esa etapa de florecimiento, de su seno egresaron escritores, gobernadores, legisladores, ministros y presidentes de la República, ello hizo que Justo Sierra reconociera que era ente formadora de lo más granado del liberalismo mexicano.
De acuerdo con el investigador, la época revolucionaria, marcó las dificultades que experimentó la institución, y de los recelos que provocó entre la facción constitucionalista, al grado de ordenarse su cierre como institución pública, pero los esfuerzos de Ramón Pardo por mantenerlo como un colegio libre y gratuito junto con otros catedráticos y directivos impidieron su cierre y obtuvieron su reconocimiento como Colegio del Estado, conmemorando así el centenario de su fundación.
En el gobierno de Lázaro Cárdenas, se acordó la entrega de una aportación económica y se presentó un proyecto que la convertiría en la Universidad Socialista del Sur; de igual forma, Ruiz Cervantes indicó que en 1945, fue invitado el fundador de la Secretaría de Educación Pública José Vasconcelos, a quien nombraron hijo ilustre y catedrático honorario, honor que agradeció, invitando al gobierno federal a respaldar económicamente al instituto.
Finalmente, y ante funcionarios de la Administración Central y Directores de Escuelas, facultades e Institutos, Francisco Ruiz Cervantes abordó la transición de Instituto a Universidad e hizo un breve recuento de los procesos de legislación universitaria, estatutos, y normas electorales bajo las que se rige la Universidad.