Oaxaca y sus ayeres, el gremio de los cargadores

Oaxaca, Oax. 09 de agosto de 2013 (Quadratín).- Ataviados con camisa y calzón de manta, huaraches de cuero, sombrero de palma y como accesorio principal un mecapal en su hombro, sobre las sillas afrancesadas del estudio fotográfico, los cargadores eran retratados para su registro y así ejercer el oficio del servicio público.
Las personas que deseaban dedicarse al ejercicio de cargador debían inscribirse en la secretaría municipal, donde proporcionaban nombre completo, nacionalidad, estado civil, domicilio y filiación, para llevar un estricto control de las personas que rondarían en la ciudad.
Una vez inscritos en la secretaría municipal, los cargadores podrían prestar sus servicios desde las cinco horas de la mañana y hasta las siete de la noche en los establecimientos mercantiles y en las casas particulares que desearan ocuparles para transportar objetos y mercancías.
Ninguno podría dedicarse a ese oficio sin antes portar una placa de latón con el número que les correspondía. Con la finalidad de garantizar la seguridad de los bienes de las personas que ocupaban su servicio los cargadores debían entregar en la secretaría municipal una fianza que era otorgada por un comerciante conocido y solvente.
Cada año, el gremio de cargadores elegía a un alcalde, quien tenía la obligación de impedir que los cargadores trabajaran en estado de ebriedad, cuidar de la moralidad de sus integrantes y de la limpieza del sitio, así como reportar a la presidencia municipal la baja de alguno de sus miembros.
Los cargadores también estaban obligados a auxiliar a la población en casi de sismo, incendio o cualquier otra necesidad pública. El registro de los cargadores así como otros archivos de los ayeres de Oaxaca se encuentran en la sección de la secretaría municipal, en el Archivo Histórico Municipal Manuel R. Palacios y son recordados como preparación de la llegada de las Fiestas Patrias.