
Elección judicial: Entre la degradación y la plenitud democrática
Juchitán, Oax. 05 de julio de 2013 (Quadratín).- La política neoliberal del gobierno federal en turno, y sus patrones, los empresarios y financistas, ha provocado una cruel crisis en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, que los pobladores expresan su respuesta política de diferente manera.
Los líderes habituales (poseedores, por cierto, de la franquicia de los partidos políticos), desde dos meses antes de las elecciones para elegir a las autoridades municipales y diputados locales, se movieron para organizar bloqueos de calles y de carreteras (Taxistas, moto taxistas, etc.) e invadir terrenos particulares, que desquiciaron la ciudad y la región, buscando allegarse de más partidarios cautivos, y así ganar los espacios formales de poder en contienda.
Los ciudadanos agraviados por los cierres de carretera y las invasiones de terrenos particulares, se organizan en el Comité Melendre y en el Frente Amplio Juchiteco, que demandan al gobierno estatal y federal el orden y la paz en el Municipio.
Otros, que dejaron de creer en los partidos políticos y en las autoridades formales, organizan asambleas populares (Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco, Asamblea Popular del Pueblo de Álvaro Obregón) contra los parques eólicos y en contra de las elecciones.
Lo cierto es, que está despertando, nuevamente, la efervescencia política en este municipio rebelde por antonomasia. Y digo nuevamente, porque es larga la tradición de levantamiento de los juchitecos (desde la rebelión de Che Gorio Melendre, Che Gome, hasta la de los doctores Roque Robles y Valentín S. Carrasco y las movilizaciones de la COCEI) en contra de la marginación, autoritarismos e injusticias.
La crisis está excitando el avispero y nadie sabe hacia dónde irá a caminar todo esto. Lo que sí saben los juchitecos es, que su lucha será para demandar mejores condiciones de vida, justicia, democracia y progreso, que las autoridades y los políticos actuales les niegan.
Señalo dos caminos que pueden confluir en un gran río que nos ayude a resistir y luchar en contra de la depredación de los ricos en el poder federal, estatal y municipal.
Ganar el poder municipal, el poder formal más cercano al pueblo, para transformar la política representativa y asistencialista en una que facilite la participación de la sociedad en la toma de decisiones en el ejercicio del presupuesto público y promueva el desarrollo económico y social a través de pequeños proyectos productivos (por ejemplo en las zonas costeras para favorecer a los pescadores, potenciar los terrenos de siembra y ganado, el comercio, la industria y el turismo) y de mejora de los servicios públicos (como la educación, salud, y el deporte).
El otro camino es la fundación de más colectivos, comités, frentes, asambleas populares de autogestión ciudadana, con luchas particulares, como los pescadores, los campesinos, los empleados comerciales terriblemente explotados, para terminar conformando una gran red de resistencia y desarrollo que ayude a transformar esta realidad que nos ahoga y mata.
Organizar y movilizar a Juchitán hacia el bien común es el camino, y en este reto, nadie debe de creer que lo que piensa y hace es la única verdad o el único camino; el monopolio de la verdad fragmenta, divide; y lo que nos urge es crear una gran fuerza plural, incluyente y combativa con todos los actores políticos, nuevos y viejos, para enfrentar el proyecto entreguista y depredadora del gobierno peñista y los ricos.
En el pueblo organizado se encuentra la fuerza del cambio verdadero que hoy necesitamos, a organizar desde abajo y a la izquierda la resistencia popular, como dicen y hacen los zapatistas.
Guidxiguie quichi, Lulá,
5 gubidxa lu beeu bigadxe,
iza 2013.
Foto: Archivo