
De la misma manada
Oaxaca, Oax. 17 de junio de 2013 (Quadratín).- Madrugada de lunes, traviesa. Acercarse a la pequeña mesa de la escritura. Silencio sobre los aparatos electrónicos del hogar. Silencio. Sobrevive el grillo en su temblor de patas y antenas profundas. El aullido de los perros. La columna espera en esa quietud de amante temprana. El calor sobre los murmullos y las estrellas.¿ En el silencio del día qué es lo que permanece, lo que queda?. Una imagen. Sólo una imagen. Inicio de escritura que busca la mirada. Tu mirada. Inicia. Todo sale de este viejo trasto de las palabras. Esta máquina negra que palpo, estrujo, tentaleo. Ahora que los jóvenes quieren más a su perro que a su madre. Ahora que en las calles renacen las luchas sindicales contra el gobierno y que los gobiernos ejercen sus desvaríos emanados de contiendas electorales justas, equitativas, democráticas. Ahora el viento sopla y hace temblar la mano ante la imagen del progreso que surge como un anciano artrítico. Nada bueno surge del miedo. Y entonces cobran vida en la madrugada el refrigerador y la televisión de señal abierta que anuncia planchado de cejas, alargamiento de pestañas e instalación de uñas de acrílico para que nadie te reconozca en tu pasado, ni la madre que te parió. Y bufa la cafetera en sus ansias domésticas del deber cumplido.
Foto: Archivo