Carlos Ramírez / Indicador Político / El CCE, trampolín político de PAN

Oaxaca, Oax. 13 de junio de 2013 (Quadratín).- Nacido “como una respuesta del sector productivo nacional a la creciente intervención del gobierno en la economía y a la aplicación de medidas claramente populistas”, el Consejo Coordinador Empresarial ha quedado como una pieza del ajedrez político del PAN y del PRI por el atractivo de los cargos públicos.
Luego de que el empresario Mario Sánchez Ruiz saltara del CCE a una diputación plurinominal del PAN en el 2012, el conocido “empresario sin empresas” Gerardo Gutiérrez Candiani ha estado usando la presidencia de esa cúpula empresarial para perfilarse como precandidato al gobierno de Oaxaca para el 2016.
Forjado como pieza política del ex gobernador priísta, ex diputado panista y derrotado candidato del PAN al Senado por Oaxaca Diódoro Carrasco Altamirano, ahora Gutiérrez Candiani está siendo empujado por su padrino político hacia la gubernatura de Oaxaca por la alianza PAN-PRD o probablemente nada más por el PAN porque el PRD local se enfila hacia una debacle por el fortalecimiento del movimiento de López Obrador en el compás de construcción de un nuevo partido político.
Fundado en 1976 como cúpula empresarial ante la radicalización del gobierno de Luis Echeverría y sobre todo las expropiaciones de tierras en Sonora, el CCE ha sido uno de los pivotes contra las acciones del Estado para avanzar en el control de la economía. Manuel J. Clouthier fue uno de los más combativos dirigentes del CCE en el periodo 1981-1983 y le correspondió dar la batalla contra la expropiación de la banca privada decidida por el presidente López Portillo en septiembre de 1982. En 1988, luego de haber pasado también por la Coparmex, Clouthier compitió como candidato presidencial y perdió ante Carlos Salinas y Cuauhtémoc Cárdenas.
En la participación electoral de Clouthier hubo una definición de fondo: la independencia del CCE respecto del Estado y de los gobiernos priístas en turno. Por eso es que a los empresarios que necesitan de esa autonomía para no terminar como sector paraestatal funcional les ha extrañado el papel de Gutiérrez Candiani como una pieza política del PAN con Calderón y ahora lo están incrustando en el gobierno presidencial priísta para convertir al otrora poderoso CCE en sector empresarial del sistema político priísta.
A ello ha contribuido el hecho de que Gutiérrez Candiani es de los pocos dirigentes de cúpulas empresariales nacionales que carece de alguna empresa en el sector productivo real y en Oaxaca tuvo empresas articuladas como proveedoras del sector público local, lo que le daba un nivel para Canacintra y no para el sindicato patronal de la Coparmex o la cúpula de cúpulas del CCE. En las columnas políticas de diarios de Oaxaca se le cita como “el empresario sin empresas”.
El interés por Gutiérrez Candiani ha crecido en Oaxaca por los reacomodos políticos de la alianza PAN-PRD y chiquillería de partidos con miras a las elecciones legislativas y municipales de julio de este año y las legislativas federales del 2015 como aduana de la elección de gobernador en el 2016. La alianza PAN-PRD le ganó el gobierno estatal al PRI en el 2010, pero hasta ahora esa coalición se ha ido resquebrajando por la disputa por el poder entre los participantes y la ineficacia del gobierno aliancista para atender el grave problema del activismo violento y anti empresarial de la Sección XXII del SNTE.
Hace unas semanas Gutiérrez Candiani fue designado presidente del XII congreso de la Organización de Ciudades Patrimonio Mundial, un cargo de nivel local que le correspondía al alcalde de Oaxaca Luis Ugartechea, también producto de la alianza del 2010 pero ahora bajado del grupo para cerrarle el paso hacia la precandidatura a gobernador del 2016. La atención de ese evento municipal ha estado distrayendo la labor de Gutiérrez Candiani en el CCE pero lo ha ido posicionando en el espacio político estatal.
El padrinazgo político del ex gobernador Carrasco hacia Gutiérrez Candiani fue revelado por el secretario del Trabajo del sexenio calderonista, Javier Lozano Alarcón, durante uno de los primeros eventos de la presidencia de Coparmex. Ahí Lozano afirmó que supo de Gutiérrez Candiani vía el exgobernador Carrasco –ya en su fase panista, obviamente– cuando le dijo que el empresario sería el presidente del CCE. Carrasco, también secretario de Gobernación del último sexenio priísta y sobre todo del año fatídico del PRI en el 2000, operó el posicionamiento de Gutiérrez Candiani en las cúpulas empresariales en el 2010 y en el 2010 vía su papel en el PAN.
En la Coparmex Gutiérrez Candiani dejó irregularidades como los pasivos por el uso de 60 millones de pesos de recursos federales gestionados por el ex presidente de ese organismo Ricardo González Sada y destinados originalmente para los Centros México Emprende de los centros Coparmex en quince ciudades. Inclusive, tuvo que pagar urgentemente los últimos cuatro millones del hoyo de pasivos para poder acceder al CCE. En dos periodos de 2009-2011 la deuda de Coparmex creció a más de 35 millones de pesos.
La crisis le estalló a Gutiérrez Candiani en el 2012 cuando desde el CCE operó irregularmente la elección del nuevo presidente de la Coparmex al desbarrancar con trampas pactadas con el PRI al empresario juarense Carlos Chavira con acusaciones de fraude, para dejar a su incondicional Juan Pablo Castañeda. Luego negoció la presidencia del CCE para sí mismo en enero de 2012 pero alargó la toma de posesión para después de las elecciones y luego se reeligió en el 2013, ambas luego de una negociación con el Grupo de los 10 empresarios más poderosos de Monterrey.
Ahora Gutiérrez Candiani, que terminará su ciclo el próximo año, se prepara para capitalizar su juego político con el PAN y con el PRI para las elecciones de gobernador del 2016, a pesar de que la Coparmex y el CCE nacieron para enfrentar al Estado en la economía no para formar parte de esas estructuras vía acuerdos políticos en lo oscurito con el poder institucional, como si las dos cúpulas fueran parte de la CNOP priísta.
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