Abelardo Martín / Dintel. Sin miedo al ridículo

Oaxaca, Oax. 31 de mayo de 2013 (Quadratín).- Uno de los muy frecuentes riesgos que tienen los políticos, funcionarios, empresarios y líderes sociales es hacer el escandaloso ridículo reproducido y magnificado por los medios de comunicación tradicionales y cibernéticos.
En los últimos días dos hechos atrajeron la atención: las estentóreas e histriónicas muestras de júbilo del director técnico del América, Miguel Herrera, apodado “El piojo”, quien terminó el partido de futbol “hecho una sopa” porque carece del buen juicio o gusto para protegerse con un paraguas o una gabardina.
Podrá decirse que se trata de un asunto menor, pero lo cierto es que su conducta desmesurada lo hizo hacer un ridículo del que seguramente no solo es inconsciente, sino que hasta podría creerse imitable, o bien, del que se sienta orgulloso y satisfecho. No hace daño a nadie, salvo porque lesiona el buen gusto y, de ninguna manera es ejemplar.
Otro ridículo, este sí escandaloso, es el de la senadora Luz María Beristaín, a partir de ahora famosa con el apodo de la “Lady del Senado”.
La puntualidad es un concepto laxo y muy elástico para muchas personas que tienen a la mano la justificación a su conducta, sin darse cuenta que se trata de un problema mental en el que se cree que siempre los demás pueden tolerar “un pequeño” e inocuo retraso.
La senadora Beristaín se muestra en todo su desorden (no solo del manejo de su agenda y sus tiempos), cuando argumenta o justifica su retraso en el análisis de una inversión para el aeropuerto.
Luego de llegar tarde y perder su vuelo, la senadora perredista de Quintana Roo Luz María Beristaín, se enfrentó a una empleada de mostrador con quien discutió y a quien acusó de enfrentarse “al tú por tú con una autoridad”, “por obstruirle el paso a una autoridad que está yendo a conseguir recursos para los quintanarroenses”.
La “Lady del Senado” amenazó con “irse hasta las últimas instancias”, hasta “a la Corte”, argumentando que venía de una sesión “donde estamos buscando autorizar un crédito para mejorar precisamente el aeropuerto”.
“Soy tu representante en la tribuna más alta del país, soy la persona que consigue los recursos para que estemos bien acá”. Es posible que las gesticulaciones, muecas, movimiento y lenguaje corporal de la legisladora se parecieran a los de “El piojo”, con la diferencia de que ella no estaba empapada por la lluvia.
Sin embargo, en el entrenador se comprende porque “es futbolista”, aunque tenga colegas que cultivan el refinamiento a través de educación y buenos modales, los que, por cierto, son gratuitos. No se necesita ser rico ni inteligente para ser atento, educado y puntual, independientemente de la grave responsabilidad profesional que se desempeñe.
El Reporte Legislativo de Integralia, la prestigiada empresa que dirige Luis Carlos Ugalde, refiere que, hasta marzo pasado la senadora Beristaín no asistió a 11 de 48 sesiones y por ello ocupaba el cuarto lugar entre los legisladores más faltistas.
En el reporte, dado a conocer un mes antes de que concluyera el periodo ordinario de sesiones y después de más de seis meses de trabajos de la Legislatura, se indica que Beristaín Navarrete, no había presentado iniciativa alguna.
O sea es impuntual, faltista e improductiva, según los datos disponibles. Aparte, por supuesto, de ser histriónica, proclive al ridículo y con poca capacidad para aceptar errores o equivocaciones.
¿Dónde está la Fiscalía Especializada para el abuso contra los políticos? toda vez que, dijo, fue grabada por los empleados de la aerolínea sin consentimiento.
Le faltó a la senadora Beristaín empaparse y convertirse en plañidera para justificar su conducta. El ridículo no tiene límites y quienes lo hacen tampoco están en disposición de aceptarlo, menos de disculparse. Así son y les vale. La “Lady del Senado” iniciará una cruzada contra Viva Aerobús, lo que es muy bueno pues se pondrá a trabajar. Aunque, el líder de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, dijo que los legisladores deben entender que el fuero no significa impunidad.
La senadora Beristaín y “El piojo” se sienten satisfechos y contentos, para ellos, es lo que importa.

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