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Jordi Boldó presenta La Mirada Errante en Nuun Espacio de Arte
Oaxaca, Oax. 20 de mayo de 2013 (Quadratín).- La brutalidad criminal, la violencia del sistema económico capitalista y la ausencia de dioses que salven al hombre contemporáneo de la barbarie, quedan de manifiesto en la obra reciente del artista plástico Guillermo Rito, cuya gama de colores contiene reminiscencias de los murales de Cacaxtla, realizados por los olmecas xicalancas en el siglo VIII, con influencias del arte maya, teotihuacano y zapoteco.
Sobre estos óleos sobre tela del creador de raíces zapotecas, el crítico y ensayista Jorge Pech Casanova ha escrito que: En tiempo en que los dioses protectores han sido arrasados por la violencia del orden económico, así como por la brutalidad de manifestaciones criminales que asfixian a las sociedad global, Guillermo Rito introduce de nuevo una invocación ritual en que lo sagrado se proyecta mediante la conjunción de colores propios de la pintura antes de la llegada de los europeos.
Tales colores son: blanco, rojo, amarillo, azul y verde, cada uno correspondiente a una deidad y que, en conjunto, recomponen la idea del orden universal, de acuerdo con la cosmogonía del pueblo olmeca xilanca.
La densa cualidad de este arte abstracto conjetura Pech Casanova-, tiene que ver con el espeso entorno en que se mueve el creador. En este tiempo de arenas movedizas y suelos fangosos nos advierte que la ligereza otorgada por la confianza en otros horizontes, ha sido arrebatada de nuestro campo de visión, del suelo que pisamos
y traslada esa densidad de la zozobra a los lienzos en que oficia su conjuro.
-¿Cómo procesa, en su caso, este mundo tan violento para luego ofrecer una obra que, por el contrario, parece convocar a la armonía, la serenidad o hasta la alegría?
-Mi obra es la manifestación de lo que siento, es la violencia y la desesperanza en la sociedad, es una catarsis y una ceremonia de recuperación al mismo tiempo. Es la denuncia de nuestro alejamiento de lo divino. Primero el caos despues el orden.
¿Qué refleja un pintor abstracto además de sus obsesiones personales? se pregunta Jorge Pech, y concluye que en el caso de Guillermo Rito, su producción reciente pone en claro que sus raíces ancestrales sostienen una obra que proyecta identidad en un tiempo de furia, violencia, brutalidad y desarraigo, pero en el que también, sostiene, los dioses podrían ser atraídos a este mundo mediante conmociones iconográficas.
Guillermo Rito, originario de San Blas Atempa, radica temporalmente en la ciudad de Oaxaca e imparte clases en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Suele trabajar también en Nueva York e Islandia. Su obra ha sido expuesta en tanto en galerías de México como del extranjero. Entre sus exposiciones recientes figura La nave de Alejandro, de oleos sobre tela. El alimento necesario, tortillas intervenidas, ha sido una muestra que atrae gran interés dentro y fuera del país, y también realiza body paint.