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Jordi Boldó presenta La Mirada Errante en Nuun Espacio de Arte
Oaxaca, Oax. 20 de mayo de 2013 (Quadratín).- La yema de mi dedo índice se acostumbró en ciudades y pueblos y puertos y terminales de aviones, a la campanilla plateada de la recepción de los hoteles.
Sé de la presión justa que se tiene que aplicar sobre el botón que interrumpe el sueño de los encargados de la administración.
Pretendí tu amor por los caminos de la república entera, mujer. En los hotelitos cochinos me despertó el canto de amor de mujeres insomnes. Las que existen fuera de los poemas; te digo, en las costas de ambos litorales abundan.
Por tu amor recorrí el silencio de las ciudades de las tierras altas. Tu amor, mujer, me hizo descender a los pueblos donde se vive a una distancia prudente de los cielos, bajo el nivel del mar. Sé de la vida y las formas de amar en costas y desiertos, mares. Ahí duermen, como escribió Sabines, las mujeres con la mano en el sexo.
Por tu amor la huella de mi dedo índice anticipa la dicha sencilla de un baño de agua tibia, una cama con sábanas limpias, la bendición de una almohada y una puerta que se cierra.