Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Oaxaca, Oax. 17 de mayo de 2013 (Quadratín).- No hay peor coincidencia que se junte el hambre con las ganas de comer. Eso parece haberle ocurrido al país que hayan coincidido un borracho, según dijo de sí mismo el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, y el niño maravilla, César Nava, quien con su tipo nerd que no rompe un plato tiene ya el desprestigio del más travieso y desobediente del salón de clase.
El problema es que ambos tuvieron altas e importantes responsabilidades de gobierno en las que sucumbieron a la incapacidad y la corrupción. Hoy, ambos radican fuera de México en donde disfrutan de sus cuantiosos ahorros hechos al amparo de puestos públicos.
Ambos comparten el buen gusto, trátese de Granier con su impresionante guardarropa y su adicción a verse bien o Nava que gusta de la buena vida y los departamentos de lujo en Polanco, adonde llegó a vivir en cuanto tuvo sus primeros puestos al lado de su amigo y compañero Felipe Calderón.
Por su aspecto, el ex dirigente panista, ex diputado, ex secretario particular del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, bajo cuyo paraguas tuvo protección e impulso durante su exitosa y rápida carrera por el servicio público y la política, pareciera que no rompe un plato, pero en realidad, como dijera la abuela, se tira toda la vajilla.
Junto al extinto Juan Camilo Mouriño, el colaborador cercano y preferido de Calderón, Nava enfrentó desde inicios del sexenio anterior la sospecha de abusos y conductas que traslucen corrupción.
Hoy Mouriño está muerto, tiene sus monumentos pero también su memoria carga con el desprestigio que el equipo al que pertenecieron ambos, ha ganado a pulso.
Ahora, la muestra es que Petróleos Mexicanos presentó una demanda en una corte de Nueva York en contra del ex dirigente panista César Nava, quien fuera director jurídico de la empresa de 2001 a 2003, según la versión del diario Reforma.
Nava enfrentará cargos por, presuntamente, participar en una conspiración criminal de las empresas Siemens y SK Engineering para defraudar a la petrolera durante las obras de reconfiguración de la Refinería de Cadereyta. La demanda incluye el testimonio de Peter Paul Muller, ex director jurídico de Siemens en México, quien testificó el pasado 6 de mayo durante ocho horas en la PGR. Pemex también involucró en la red de corrupción al empresario Jaime Camil; a Luis Enrique Bouchot, ex director jurídico de Pemex Refinación, y a un legislador panista al que no identifica.
En el 2010, Nava estuvo en el centro de la polémica luego de revelarse que le había comprado a su nueva esposa, la cantante Patricia Sirvent, Patylú, un departamento en 15 millones de pesos en Polanco.
Obvio, Nava rechazó que tenga responsabilidad alguna con presuntos pagos ilegales realizados por particulares a funcionarios de Pemex. Explicó que se desempeñó como abogado general de la paraestatal de octubre de 2001 a octubre de 2003, mientras que los hechos se habrían realizado según información divulgada por diversos medios de comunicación en el año de 2004, por lo que vincularlo con el caso rebasa y contradice la más elemental lógica.
Sostuvo que en su desempeño como funcionario público se condujo en todo momento por los principios de legalidad, honradez, imparcialidad y profesionalismo, y aseguró que su trabajo fue auditado tanto por la Secretaría de la Función Pública como por la Auditoría Superior de la Federación.
Otro caso que se vuelve emblemático es el del ex gobernador tabasqueño, a quien cualquiera hubiera supuesto todo menos su gusto (obsesión) por la ropa cara y de marca, cuando que en el estado que administró no se caracteriza, precisamente, por la calidad o diseño de su ropa. Seguro fue una afición que adquirió el ex mandatario Granier.
En una grabación, realizada presuntamente el 17 de octubre de 2012, el ex mandatario tabasqueño presume que en su guardarropa hay unos 400 pares de zapatos, 400 pantalones, 300 trajes y mil camisas, todos de marca.
Ahora dice que estaba borracho (él dijo pasado de copas). Lo que destaca es lo lamentable de algunos políticos o funcionarios de gobierno con aspecto de nerds o de sobrios, cuando que el poder los sobrepasó y perdieron el piso.
Fueron los verdugos de ayer y quizá nunca creyeron que su cabeza podría ser la que rodara en el futuro. Su destino los alcanzó.
Otro caso es el del ya ex procurador federal del consumidor, Humberto Benítez Treviño, quien pagó con la renuncia a su cargo los excesos de su hija. Cosas del destino.
[email protected]
Foto: Archivo