
Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Tamazulapan Villa del Progreso, Teposcolula, 28 de abril de 2013 (Quadratín).- Inspirado en la leyenda Chocholteca-mixteca, el artista plástico Nahúm Guzmán Nava, en sus dos recientes obras de arte, pintadas sobre madera, en acrílico; plasma la batalla sostenidas entre el rey de Coixtlahuaca, que representa una la culebra y el Rey de Cuicatlán, cuyo límites del reinado abarca las lagunas de aguas sulfurosas de la siempre histórica Santiago Apoala.
Guzmán Nava, es además celoso investigador de la cultura chocholteco-mixteco, por lo que en su trabajos imprime autenticidad de la leyenda de la comarca, en tal virtud, presenta la obra denominada Día de Tragedia en el que detalla el combate sostenida por estos grandes reyes, por obtener el dominio sobre el agua para sus respectivos reinados, el que de acuerdo a la leyenda, el Rey de Coixtlahuaca, en la búsqueda del vital líquido, llegó a las profundidades del gran cañón de la siempre histórica, como sagrada Apoala, con el propósito de llevárselo para sus dominios; pero en ese preciso lugar, se encontró con el señor de Cuicatlán, bajo cuya jurisdicción presumiblemente estaban las lagunas subterráneas; situación que origino un gran duelo entre los monarcas, por la supervivencia; entonces el señor de Coixtlahuaca, se convirtió en culebra ó serpiente y el de Cuicatlán en Sapo, iniciándose el gran combate, en donde en apariencia la culebra se trago al sapo, sumergiéndose en las corrientes del río subterráneo, pero aun no estaba del todo concluido el combate, porque el sapo dentro de la humanidad de la culebra se fue esponjando lentamente, causándole grandes dolores a la serpiente, hasta que finalmente el sapo logro reventar en toda su extensión a la serpiente, surtiendo que brotaran multiples ojos de agua en territorio de Tequevi (río de los sapos) ó Temazollin que significa en mixteco Canal o río de Sapo, actualmente Tamazulapan.
En tal virtud las pinturas del pintor Tamazulapense, por amor al terruño, plasma idénticamente la serpiente devorando al diminuto como casi indefenso sapo; además de plasmar tambien la cola de serpiente que describe el códice de Apoala.
Nahúm Guzmán Nava, convierte en obra de arte la gran leyenda de los ancestros porque ama al terruño Tequevi (Tamazulapan), puesto que guarda en sus senos las reliquias sagradas de los ancestros, además del vital líquido bastante y suficiente en existencia, que es tiempo y ocasión de que los nativos, vayan procurando el cuidado que se le debe de dar en su utilización, porque representa no solo una gran leyenda, sino la vida misma de los habitantes del gran Tequevi, son recursos naturales no renovables, externo el artista plástico.
Foto: Karol Joseph Gálvez López