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Tareas de Claudia sin AMLO: economía y Casa Blanca
Oaxaca, Oax. 11 de marzo de 2013 (Quadratín).- Tarde de café y bocadillos light. El sueño de un caricaturista. La música arrasa, canciones de Joaquín Sabina con cigarrillo electrónico. Mundo light. El café sabe a sopa de la mañana. Sustituto de crema. En las mesas vecinas los jóvenes discuten de política de política y periodismo. Sustituto de azúcar. En el café los jefes de prensa hacen su agosto. Sabina canta: al mar de tu incomprensión. Pero su voz esta tarde sin cigarros ni mezcales precisamente no le sale. Sabina es sólo el entrecomillado en un texto. No dice nada. Tarde de amores transitorios. Será que esto del amor plegable, sin vicio, que se lleva en la bolsa de los pantalones resulta ser demasiado light como acudir al teatro y presenciar una compañía de danza infantil. Demasiado higiénica. Nada como ver La bella durmiente interpretada por bailarines adultos. Las letras de las cancines light se niegan a salir de la boca del cantante famoso en esta tarde de clara de huevos rellenas en espinacas y champiñones batidas en queso panela. Demasiado light, para mi gusto. Hace falta que alumbre mi mesa un mezcal con limón para que ardan los amores en la sangre o un plato de chicharrón en salsa roja para que se sienta fuerte lo que uno traga y se mete al cuerpo como ese amor de juventud y mezcales y besos encendidos condimentados de proezas sexuales. Hoy campea la ausencia en el mundo, hace falta fuerza; en todo, hasta en las canciones del maldito Sabina.
Foto: Ambientación