Cuando la tolerancia colectiva llega a su límite

Nandilup / Colaboración. Mazatlán Villa de Flores, Oax. 30 de diciembre de 2012 (Quadratín).- La tarde del emblemático viernes 13 de julio, del año en que se consumó también el retorno del fénix tricolor, corrió el rumor tan de prisa como el escuchar la detonación del arma de fuego. ¿Qué ha pasado?, preguntamos.
Era común, así que no le dimos importancia. Seguramente es un polí, se decía, siempre lo hacen. Dos horas más tarde, tocan la campanilla que anuncia la llegada de visitantes a la casa que alberga a la radio Nanhdiá. Eran las personas que integran el comité que acompaña la gestión de la autoridad comunitaria del centro del municipio: Doña Cata, la profesora Reyna como las conocemos en la comunidad, con rostros azorados solicitaron hablar a través de la radio.
¿Qué ha pasado? Vuelvo a preguntar.
El síndico municipal golpeó a Toño Martínez, responden. “Yo estaba haciendo mis quehaceres, pero al escuchar la detonación salí de inmediato a ver qué pasaba, la gente en la cancha municipal ya estaba reunida. Le pegaron a Toño, es lo que se decía. Nos juntamos el comité de autoridades ahí mismo y decidimos tomar cartas en el asunto, metimos al síndico a la cárcel, no quedaba de otra”, relataron.
“Ya es mucho”, dijo doña Cata. No es la primera vez que los ministeriales y el síndico hacen su relajo, ahora le tocó a Toño, le pegaron con la cacha del arma del ministerial, está herido, ya lo llevaron a la clínica pero el médico también anda borracho… estaban los niños del “fut”… “!Son fregaderas!”, relata muy enojada.
“Por eso venimos a que nos permitan hablar en la radio para informar al pueblo sobre lo que ha pasado.”
Tiempo atrás, en el último año del gobierno municipal que administró Osante Pacheco, se oían las voces que preveían la idea de que vendrían mazatecos residentes en el Estado de México a querer ser presidentes: Joel Altos, Jorge Martínez. Después de un proceso de consenso entre las fuerzas antagónicas del municipio se dibujaron al menos siete grupos que pretendían el máximo cargo municipal. La propuesta oficial también hizo su arribo: Martha Rosas Castillo como candidata municipal. Los siete anteriores, después de un proceso difícil pero conciliador, definieron su propuesta de planilla contendiente que encabezaría Altos Aguilar. El acuerdo interno fue que el resto se integraría –de ganar- a los cargos del cabildo conforme su número de votantes; y así fue, en diciembre de 2010 contendieron en una elección municipal conforme al derecho consuetudinario, con la foto del candidato y candidata en un papelógrafo, en votación abierta y libre. La planilla del pueblo versus planilla del PRI.
El primero de enero de 2011, Altos Aguilar con su cabildo integrado, reconocido y ratificado por el Congreso del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, fueron a misa, hicieron su acto protocolario de entrega del bastón de mando y la retórica colectiva conforme a la costumbre. Parecía que después de algunos años de crisis política, recién terminado el período de Ulises Ruíz como gobernador y con ello la ingobernabilidad reciente por parte del poder estatal, se preveía un ambiente de reactivación social y solidaridad.
Corría el 2010, los festejos del bicentenario a todo lo que daban. Y la función municipal: ausente.
“Tiene uno que pedir una ficha, a mí me tocó la número 20, esperé como hora y media, finalmente me cansé, tenía hambre, le pregunté al síndico que iba saliendo de su oficina que si me iba a atender el presidente porque yo me tenía que ir, caminando llego en dos horas y el síndico me dice: “!el presidente ya se fue!”, pero ¿cómo?, le dije, si yo estoy esperando, ¿por dónde salió que no lo ví?, le dije. “Salió por la ventana de atrás”, me contesta. Esto es lo que relata una autoridad comunitaria que había llegado ese día a pedir apoyo para su comunidad.
“Vine aquí, maestra”, me dice Rosa Carrizosa “fui a ver al síndico porque hubo un problema con mi hijo, él es policía municipal y ayer se peleó con uno de sus compañeros. El presidente lo corrió, le dijo que ya no trabajara. Yo vine a verlo porque es una injusticia, mi hijo se metió a defender a una persona que estaban golpeando y por eso fui a la presidencia a buscarlo (al síndico), pero se portó muy grosero, me dijo que por qué yo iba a hablar por mi hijo, que lo dejara, que él ya está grande y que no me metiera. El síndico me corrió de su oficina y me cerró la puerta. Qué puedo hacer?”
Otro día llegó una mujer mayor de nombre Irene Marín de la comunidad El Platanillo, severamente golpeada, con el ojo izquierdo lastimado, dijo haberse presentado ante el síndico municipal: “le fui a avisar que unos jóvenes me atajaron en el camino para robarme mi dinero, yo no lo quise entregar (dinero) y por eso me golpearon, cuando terminé de darle mi queja el síndico me dijo que debía presentar dos testigos porque mi sola palabra no bastaba, yo le dije al síndico que en el camino iba sola y que nadie vio lo que me paso”.
Era la fiesta de mayo de 2012, la fiesta de la Cruz. Cada año autoridades comunitarias, agentes y comunidad se reúnen para esta celebración. El Tío Genaro, el Tío de las nieves de limón fue asesinado después de ser encarcelado y excarcelado por el síndico municipal. El motivo del asesinato hasta ahora se desconoce, pero los habitantes de Juquilita –su lugar de origen- refieren que se debió a que tenía autoridad (el tío Genaro) y que estaba exigiendo al presidente y a todo el cabildo que cumplieran sus promesas de apoyar a la comunidad. Se requería un muro de contención urgente porque se aproximaban las lluvias de la época. El año antepasado “nos fue muy mal, no queremos que este año pase otra desgracia”. Su comunidad le decía “ya no bajes (a la presidencia) te van a meter a la cárcel”, le advertían. No hizo caso y el día 30 de abril fue a exigir. Lo metieron a la cárcel por “revoltoso”. Su comunidad se organizó y hablaron con el síndico para que explicara el motivo. “Nos hizo firmar en una lista quiénes eramos.” El Tío Genaro fue liberado y por la tarde no llegó nunca más a su casa.
Un día al caer la noche, toca la puerta un hombre mayor de sombrero y un “nailon” verde a su espalda, viene empapado. Habla en mazateco. Sólo dije: ngubejta (espera) llamé a Roger que aún no se iba a su casa después de su jornada en la radio. Roger, joven hablante del idioma mazateco escuchó atento y con rostro desencajado dijo: “al tío lo acaban de asaltar camino a su casa, dice que le robaron su dinero que le entregaron de 70 y más (programa asistencial), lo interceptaron hombres forrados de negro y le dijeron que entregara su morral que llevaba”. ¿Ya fuiste a la presidencia?, preguntamos. “Ya fui, me dijeron que ya no hay nadie, que no es hora de oficina, además el MP no está, no podemos hacer nada me dijeron los policías”. Abrimos el micrófono de la radio Nanhdiá, no queda de otra, nos dijimos. El Tío empezó a contar su historia. Lloró. Sólo se desahogó.
Y así, con más historias llegamos al 13 de julio de 2012, después de meses largos de tolerancia finalmente la comunidad decide indagar en la cuenta municipal, decide pedir informes, cuentas. No hay obras, no hay justicia, no están en la semana, las autoridades sólo llegan los domingos un rato y se van. Queremos saber qué han hecho con el dinero del municipio, es el sentir de una parte de la colectividad.
Los hechos ocurridos el 13 de julio, fueron narrados en crónicas insertadas en los diarios de circulación estatal y local, ubicando a los integrantes del comité como vándalos: “Martínez Cano (síndico) comentó que la agresión de la que fue objeto se debió a que los inconformes exigían la incorporación de todos los involucrados a la nómina municipal, ya que en administraciones anteriores han cobrado con el ayuntamiento sin trabajar, ‘pero como ahora ya no se benefician, me reclamaron que tenían que apoyarlos, y al negarme comenzaron a golpearme a diestra y siniestra’”. Esta es la versión que se pudo leer en el periódico local La Cañada cuyo titular versa: “Sección 22 trata desestabilizar Mazatlán por no estar incluidos en la nomina: Joel Altos”.
Lo que realmente sucedió aquella tarde ha quedado en la memoria de la colectividad que no olvida y de una a uno se unieron en la voz colectiva para fundar su comité que inició el viacrucis burocrático de girar oficios, esperar, contestar, enviar a las instancias y esperar respuestas.
La Profa Reyna y Doña Cata, mujeres guerreras, se han enfrentado al poder municipal. Han sido hostigadas, amenazadas, intimidadas, difamadas, pero firmes en la convicción de que el pueblo para eso las nombró, para defenderlo y tomar cartas en ese asunto. Aquella tarde hablaron en la radio e informaron los hechos. Lo que sucedió después ha quedado en el registro sonoro del programa radiofónico que iniciaron denominado El poder de la palabra, cada sábado por la tarde, a las 6, convocados ellas y ellos informan al pueblo mazateco sobre el avance de la gestión. Opinan, debaten y generan polémica rompiendo esquemas sólo atribuidos a los varones. Cata y Reyna conducen el poder de la palabra.
Han sido seis meses en el que se ha invitado al presidente municipal, al cabildo para que rindan su informe a la comunidad, sin respuesta clara y apegada a derecho.
El 28 de diciembre de 2012 a las 10 de la mañana se reunieron más de trescientas personas en el auditorio “Hermanos Flores Magón”. Entre ellas se encuentran representantes de las 68 comunidades que conforman el municipio de Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca. También están los integrantes del Consejo de Personas Mayores (concejo de ancianos) y el comité “NASHINANDA TIBENANGIYA YAJURA” (EL PUEBLO QUE RECLAMA SUS DERECHOS). El motivo de esta asamblea es decidir qué harán ante la negativa del presidente de cumplir con La Ley de Transparencia y de Acceso a la Información del estado de Oaxaca. ya que el Instituto que aplica dicha Ley en su sesión de 28 de noviembre de 2012 resuelven que el H. Ayuntamiento tiene 72 horas para entregar la información solicitada, pasaron las 72 horas y la autoridad municipal no entregó la información y ante la negativa de estas autoridades municipales la Asamblea Comunitaria resuelve cerrar el edifico municipal.
Mientras, las autoridades municipales están perdidas en sus laberintos de inocuidad y son insensibles a una problemática que alimentaron involuntaria o voluntariamente.
En el día de los inocentes, el comité de la asamblea nos comunica sus acciones: tomar el palacio de forma pacífica. Sin esa inocencia, pensemos y creamos en un Estado que respetará y hará valer sus leyes.
Desde las montañas magonistas que albergan nuestro único medio para expresar la palabra y el sentir de una colectividad, decimos y reiteramos que el poder municipal podrá tener los recursos para seguirnos intimidando, pero nosotros seguiremos realizando nuestra labor informativa dirigida a los pueblos del mundo. Queremos que conozcan nuestra palabra verdadera sin máscaras coloridas. Hacemos pública esta información, anhelantes de que los muchos convenios, tratados, leyes, reglamentos que defienden los derechos colectivos de los pueblos originarios (indígenas) se respeten y se escuche mi palabra, nuestra palabra, ahora escrita.
Ya toleramos mucho.
Colectivo Radio Nanhdiá.
29 de diciembre de 2012.