
Descubre 5 datos curiosos del 5 de mayo que quizá no sabías
🇺🇸🇲🇽📲🔊 ¡LLEGÓ! Quadratín Hispano informa, conecta y empodera
Oaxaca, Oax. 10 de noviembre de 2012 (Quadratín).- Escuchar a Micheal Nyman es lo más cercano a ir al cine. Anoche, en el teatro Macedonio Alcalá, el compositor británico de 68 años, al piano, convirtió al público oaxaqueño en su amante.
Bastaron las primeras notas de su concierto Piano sings para atrapar al auditorio. Bastaron las primeras imágenes en la enorme pantalla para que se olvidaran del pianista. Bastaron algunos minutos para que Nyman lograra su objetivo: seducirlos, robarles la cabeza.
De cuando en cuando, como para recordarle al público su presencia, el pianista aventaba a un lado las partituras que iba tocando; caían al piso como en cámara lenta; la blancura de las hojas iluminaba los lustrosos zapatos negros del artista.
Al principio de cada tema, Nyman levantaba la mano derecha para indicar al técnico invisible la proyección del siguiente video, el cual a veces se adelantaba y otras veces se atrasaba. Él, tan inglés, tan correcto, tan exacto, mostraba una leve molestia en el rostro. Y seguía tocando.
Frente a los ojos del auditorio, en imágenes de cine, caminaron con pasos lentos hombres y mujeres con bastón, ancianos, por las calles de alguna ciudad, tal vez Londres, tal vez México. Pasos lentos acompañados con el piano de Nyman.
Pasó también ante la mirada quieta, la historia del cine, plasmada en un largo andador con los nombres de las estrellas de todos los tiempos y de todo el mundo. El piano parecía nombrar a cada una de ellas.
Pasaron imágenes del mar. Llegó el recuerdo de aquel tema, Sacrifice, de aquella película, The piano, sobre la vida de aquella pianista muda, interpretada por Holly Hunter, quien obtuvo un premio en Cannes y un Oscar por su interpretación.
La banda sonora de The piano, de Nyman, no fue reconocida por los festivales internacionales, pero sí por el público que la convirtió en un éxito de ventas.
Sobre su relación con Hollywood, que jamás le ha concedido un premio, Michael Nyman dijo por la tarde, en conferencia de prensa, que es un desempleado de Hollywood, pues su música está muy lejos de los clichés de la meca del cine estadounidense.
Al igual que lo está el cineasta Peter Greenaway, su contemporáneo y coterráneo, para quien compuso las bandas sonoras de las cintas El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante y El libro de cabecera, el cual tampoco ha obtenido el reconocimiento de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas norteamericana.
Pero volviendo al teatro Macedonio Alcalá, Nyman ofreció un concierto de aproximadamente dos horas, interpretó dos piezas más de las contempladas en el programa y obtuvo la ovación del público, su amante, que se puso de pie.
Una vez que el auditorio empezó a retirarse, Nyman salió al escenario a levantar una a una sus partituras. Se despidió del público que aún quedaba, y se marchó. Tan sonriente, tan correcto, tan inglés.
Michael Nyman continuará su gira por México, con presentaciones con su Michael Nyman Band en el Teatro Iris de la Ciudad de México, el 22, en el Festival de Música de Morelia el 23 de noviembre y el 24 en el Circo Teatro renacimiento de la ciudad de Campeche. En las tres plazas interpretará la música compuesta para la película clásica El acorazado Potemkin de Sergei Eisenstein.
Foto: Elisa Ruiz