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Oaxaca, Oax. 02 de octubre de 2012 (Quadratín).-Al conmemorarse un aniversario más de la matanza de jóvenes estudiantes el dos de octubre de 1968, el Coordinador de la Fracción Parlamentaria del PRD en el Congreso local, Alejandro López Jarquín, señaló que ese hecho marcó un cambio en México, y la actitud alegre y firme de la juventud permitió debilitar el régimen autoritario y represor para democratizar la vida política del país.
El legislador perredista indicó que la masacre cometida por el gobierno de Díaz Ordaz es una huella indeleble en la historia de México, en la que cientos de estudiantes fueron asesinados por expresar sus inquietudes y exigir sus derechos.
López Jarquín puntualizó que es evidente que los jóvenes de México han despertado y están diciéndonos con claridad que no están de acuerdo con la corrupción y el autoritarismo, y que buscan el desarrollo del país.
Explicó que ahora le toca a las nuevas generaciones retomar la bandera para lograr que México sea un país con democracia plena donde se respete el voto de los ciudadanos y se garantice los derechos a la libertad, educación, salud y una vida digna.
En donde se pueda vivir con libertad, justicia, seguridad y que a nadie se le niegue la posibilidad de ejercer sus derechos, sostuvo.
En este sentido, el líder parlamentario del PRD agregó México necesita un gran cambio y ese cambio debe hacerse junto con los jóvenes, no sólo para que estos se puedan desarrollar plenamente sino por que los jóvenes representan lo mejor de nosotros. Son entusiasmo, alegría y rebeldía ante un futuro marcado por la corrupción y el sometimiento del estado a las órdenes de los mercados. Los jóvenes son la fuerza que no quiere vivir atada al pasado.
Alejandro López Jarquín exhortó a los jóvenes a que mantengan su espíritu en lo alto y a participar con propuestas en beneficio del estado y del país. Antes se luchó por abrir las libertades democráticas que el régimen negaba, ahora la lucha es por defender los derechos de todos para tener empleos dignos, educación de calidad y salud pública; estamos en una lucha para que el mercado no destruya la dignidad humana ni acabe con las condiciones mínimas de bienestar que requieren las actuales y las nuevas generaciones.