Reconocen trayectoria de juez con 20 años de servicio en el PJE

Oaxaca, Oax. 24 de julio 2012 (Quadratín).- El juez mixto de primera instancia Miguel Hernández Bautista, con dos décadas de trayectoria dentro del Poder Judicial del Estado, está convencido de la responsabilidad que pesa sobre un hombre o una mujer que porta la toga y el birrete, ya que ésta exige integridad y preparación intelectual.
“El juez debe enlazar la ética de la función judicial con su desempeño, estar consciente de que no debe abusar de su cargo para favorecer intereses y basar su conducta en la imparcialidad, honestidad, pulcritud, objetividad y profesionalismo, para hacer de esta noble profesión un trabajo digno que sirva a nuestros semejantes”, afirmó en entrevista.
Orgulloso egresado de la generación 1978-1983 de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, el juez Miguel Hernández recibió recientemente por su brillante trayectoria de dos décadas de servicio, el reconocimiento al Mérito Judicial de manos del presidente del Poder Judicial, magistrado Alfredo Lagunas Rivera, en el marco del Día del Abogado.
“Me quedé sorprendido cuando me notificaron que me habían designado para recibir un reconocimiento y, no pude evitar que en mi mente pasaran escenas de mi vida, como cuando cursaba el segundo grado de la licenciatura y una amiga me dijo: ¡tú vas a ser juez!, cuando esa idea estaba muy lejos de mí”, admitió quien se ha desempeñado hasta ahora como juez en 19 juzgados del estado.
Con un gusto especial por la oratoria y la música, Defensor de Oficio, catedrático de Derecho Procesal Civil y de Derecho Familiar, sabe que tiene en su mano la fuerza de la ley, pero no para avasallar sino para servir a la sociedad, y esa misma fuerza es la que le exige cada día una vida armónica, racional, honesta y virtuosa, coherente con sus valores y forma de pensar.
Hoy han transcurrido 20 años en los que ha tenido en sus manos cientos de casos y resoluciones, y donde ha puesto su esfuerzo y conocimiento procurando en todo momento “caminar con los zapatos de las partes contendientes”, para así cumplir con las exigencias éticas y niveles de calidad humana que demanda su profesión en beneficio de la ciudadanía.