
Zonas oscuras
A Víctor Pineda Henestrosa (Víctor Yodo),
juchiteco desaparecido por el Ejército Mexicano
el 11 de julio de 1978.
Oaxaca, Oax. 11 de julio 2012 (Quadratín).- Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. / Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos: Que no son, aunque sean. / Que no hablan idiomas, sino dialectos. / Que no profesan religiones, sino supersticiones. / Que no hacen arte, sino artesanía. / Que no practican cultura, sino folklore. / Que no son seres humanos, sino recursos humanos. / Que no tienen cara, sino brazos. / Que no tienen nombre, sino número. / Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. / Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Así describe don Eduardo Galeano, en su Libro de los abrazos, la vida y el destino de las personas que solamente tenemos nuestra inteligencia y nuestras manos para ganarnos el pan de cada día en la economía neoliberal como la que priva en nuestro país; las personas que somos explotados y humillados a diario, y desechados cuando ya no somos útiles a los dueños del dinero y del poder; las personas que somos mediatizados y manipulados por los aparatos ideológicos del Estado plutocrático, como la iglesia, las escuelas y los medios masivos de comunicación.
Cuando no están en juego los intereses de estos dueños del dinero, léase empresarios, financistas y políticos leales a éstos, permiten el juego democrático para hacer creer al pueblo que se vive en una plena y real democracia; así nos dejan elegir a nuestras autoridades, regularmente locales, como presidentes municipales y gobernadores; pero cuando el pueblo se propone cambiar la política económica, que nos ahoga y mata, a través de las elecciones para presidente de la república, el poder del dinero y sus instituciones, hacen todo lo posible y lo imposible, legal o ilegal, para no perder el poder. Así, nos robaron las elecciones cuando Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y cuando con Andrés Manuel López Obrador en 2006. Ahora, en 2012, el robo no fue mediante la manipulación del cómputo de la boletas, sino a través de la compra descarada de los votos, es decir, a través de la manipulación de la ignorancia y pobreza extrema de la población mexicana.
Los empresarios y financistas dueños de este país llamado México, no nada más están atentos de que el PRI y el PAN no pierdan la presidencia de la república, partidos que los protege y permite que roben y arruinen a la nación a sus anchas, también, no toleran que líderes honestos y comprometidos con su momento histórico, enseñen a los ciudadanos a organizarse para defender sus derechos y defender su terruño. Prestos están para ordenar a su aparato represor, la justicia y sus policías, a golpear, encarcelar, desaparecer y matar a quienes se atreven a organizar al pueblo para luchar por una sociedad donde la economía y la política sirvan para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos. Por eso el Ejercito Mexicano secuestró y desapareció a Víctor Pineda Henestrosa, por eso han desaparecido y matado y siguen desapareciendo y matando a tantos mexicanos que soñaron y sueñan con un país verdaderamente democrático, justo y libre
En lo que va del gobierno de Calderón, 61 defensores y luchadores sociales han sido asesinados y al menos cuatro, desaparecidos. Aparte de los 60 mil muerto y 5 mil 397 personas reportadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos como desaparecidas en la guerra contra el narcotráfico.
Tan en serio es la lucha de los poderosos contra quienes se atreven a poner en riesgos sus intereses, que Felipe Calderón, el títere de la plutocracia empresarial que empobrece y destruye a México, acaba de vetar la Ley General de Víctimas, aprobada por el Congreso el 30 de abril, que no sólo obliga al Estado a prevenir, investigar y reparar daños ocasionados por la delincuencia organizada, sino también las violaciones de derechos humanos, entre las que se incluye la desaparición forzada de personas.
Dice Noam Chomski que los únicos que toman en serio la lucha de clases son los burgueses, los ricos, ¿y nosotros cuando? ¿Por qué olvidamos nuestro deber con el otro, con la sociedad y la patria? ¿No creen ustedes que es momento de buscar la manera de organizarnos entre vecinos, en el trabajo, en la escuela, en la colonia, en nuestros pueblos, para impedir que nos sigan excluyendo, robando y matando? Solo la memoria, la organización y la lucha nos salvarán.
Trabajar de manera incansable por una sociedad más justa, respetuosa, plural e incluyente, es rendir el mejor homenaje a los caídos y a los desaparecidos, como el Maestro Víctor Pineda Henestrosa.
Nunca en la historia de nuestro país, los poderes fácticos se habían atrevido a robarnos de manera descarada la oportunidad de un cambio verdadero, el fraude del primero de julio no es sólo contra López Obrador, sino en contra de la nación entera, y esta ofensa nos tiene que unir para demandar la anulación o la invalidez de las elecciones, mediante la movilización nacional pacífica, con tomas de instituciones públicas, como los palacios municipales, y la huelga nacional.
Si no queremos más desempleo, pobreza, violencia, manipulación informativa y reformas estructurales neoliberales, que buscan desmantelar los pocos beneficios que hemos conquistado con tanto sudor y sangre como clase trabajadora, entonces tendremos que organizarnos en un movimiento social y ciudadano, de lucha y resistencia permanentes, como ya lo hacen los zapatistas y comienzan hacerlo los jóvenes estudiantes de este país del movimiento Yo Soy 132.
Haiga sido como haiga sido, es la moral de este tiempo de canallas, de nosotros depende que este descaro no siga siendo la ideología de mañana. Concluyo esta reflexión nombrando a Víctor Yodo, porque como dice Don Eduardo Galeano: Quien nombra llama. Y alguien acude, sin cita previa, sin explicaciones, al lugar donde su nombre, dicho o pensado, lo está llamando. Cuando eso ocurre, uno tiene el derecho de creer que nadie se va del todo mientras no muera la palabra que llamando, llameando, lo trae. ¡Víctor Yodo, se levantó y sigue caminando, hay que aguantarle el paso, nada más! ¡Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos!
Víctor Terán.
Guidxiguie Quichi, Lulá,
Chii ne ti gubidxa lu beeu bigadxe, iza 2012
Foto:Ambientación