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Hortensia Castellanos Chávez
Para e, por la danza de las coincidencias
Oaxaca, Oax. 27 de junio 2012 (Quadratín).-
11. Lo que es más: la misma gente de izquierdas, por decir algo, prepara a sus cachorros para ocupar los primeros puestos públicos y de elección popular. Es un hecho que en el caso de algunos apellidos ilustres son padres que ya se bajaron los pantalones ante el poder que nos desgobierna, entregaron las naves, y tienen a sus hijos de subsecretarios: basta y sobra con revisar el organigrama del gobierno actual.
12. María. Con su primera semana de mal salario se compró un frasco de oloroso perfume, una pañoleta roja para amarrar sus cabellos, una blusa blanca. En su día de descanso se fue al puerto a recibir la brisa fresca del mar, y a reír con sus amigos marineros. Se ganaba la vida fregando trastos, pisos, lavando ropa ajena. Doce horas de jornada, mal salario, alimento y unas cuantas monedas para el camión. Desde la madrugada iniciaba sus quehaceres. Encendía el pequeño radio y entre canción y canción, arreglaba el cuarto. Luego llegaba a la casa donde prestaba sus servicios. Atenta siempre al malhumor se la señora, el señor, los hijos de aquella familia. Ella tenía una hija que cuidaba su madre, en su pueblo. El salario le alcanzaba para pagar el cuarto en la ciudad. La comida la hacía en la casa donde prestaba sus servicios. Era buena mujer, trabajadora. Era mala mujer, mala cabeza. No guardaba sus centavos. Los domingos se iba al puerto a recibir la brisa fresca del mar, a disfrutar de su amistad con los marineros y a que nadie la juzgara por la pañoleta roja en sus cabellos, su blusa blanca donde traslucían sus pezones y el cuerpo oloroso a perfume.
13. En los tiempos de cambios políticos y de las nuevas plataformas de la comunicación todo sigue igual a lo ocurrido durante todo el siglo pasado. Dos familias, una vallista y otra chiapaneca, detentan la opinión pública de 2.5 millones de oaxaqueños que sobrevivimos en el territorio estatal. Todo cambia para seguir igual.
14. Progreso. Hay que esperar. Nunca se está más solo que en una noche sentado a la orilla de la carretera que conduce a los dos océanos, en un punto intermedio en los dos océanos. De noche pasan raudos los vehículos rumbo a uno u otro de los dos océanos. Pasan veloces con sus luces encendidas. Sus conductores llevan el rostro cargado de felicidad. De noche, cansados, les espera en el puerto un buen baño de agua tibia, una cena, y una de las más de trescientas mujeres que atienden los burdeles. También los espera la música y los amigos, pasados y por venir. La música. La noche. Las trescientas mujeres que a temprana hora se metieron todas juntas a la pila de agua que está en medio burdel a refrescar sus cuerpos. Las mujeres en la pila de agua en espera que entre la noche mientras algún conductor de vehículo, con sus ojos atentos a la carretera que conduce a los dos océanos, llega a verlas. De noche, cuando el hombre maneja por la carretera que conduce a los dos océanos, mientras en el puerto el progreso se cambia de traje, se calza unas altas zapatillas plateadas, un vestido lo bastante corto para enseñar más allá de las piernas, de lentejuelas doradas, con un amplio escote y sale a la pista donde se reflejan diminutos rayos de sol emitidos desde una gran bola de plástico repleta de espejos. De noche el progreso recibe en el burdel a los conductores de camiones que transportan mercancías y personas entre los dos océanos. De noche, a la mitad de la carretera de los dos océanos, mientras pasan raudos los carros, mientras un hombre observa el correr de las luces pasajeras.
15. Se dice, se rumora, se argumenta: se afirma en bares, cantinas, tascas y trastiendas que cunden como mosquitos en los municipios y pueblos de todo Oaxaca, que esta tierra de olvido y esperanza que ya entramos todos a la modernidad. Cualquier funcionario del gobierno municipal o del gobierno inhala cocaína o se inyecta crack de heroína. O acude a picaderos que se ubican en colonias y agencias en las ciudades. Muy modernos hemos entrado, se dice desde las alturas del gobierno, al consumo de drogas duras. Como cualquier ciudad del Norte del país, de la frontera con los Estados Unidos de Norteamérica. Hemos realizado nuestro más caro sueño como pueblo: dejar de ser una bola de pinches yopes.
16. Generales. Sobre el hombro izquierdo, donde se carga al amor, el hombre luce un enorme tatuaje en forma de corazón partido en dos por una afilada jara. En el primer segmento atravesado por aquel rudimentario mensajero de la muerte está escrita la letra X, en el segundo la R. El hombre porta con agrado su tatuaje de amor eterno. Sus señas generales, su documentación de viaje, sus documentos de marino, se complementan con la clara imagen de un tiburón perfectamente dibujado en el muslo derecho. El escualo, feroz, navega con la dentadura de tres hileras dispuestas al ataque con buen tiempo, libre, hacia los mares de la ingle. Con estas señas particulares que le grabó en el cuerpo algún amor, el hombre bien sabe que regresará a su casa, que alguien lo traerá de vuelta, porque será identificado con suma claridad aunque lo agarre la borrasca, el mal tiempo, en el mar o la cantina o la muerte.
Foto.Ambientación