
Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
Oaxaca, Oax. 14 de abril del 2012 (Quadratín).- Para el sacerdote Alejandro Solalinde la fe y la acción son una y la misma cosa. Jesús dijo: Porque yo era peregrino y me hospedaste así Solalinde crea el albergue Hermanos del camino en Ciudad Ixtepec para migrantes centroamericanos que atraviesan con rumbo a los Estados Unidos.
Jesús dijo: Bienaventurados aquellos que tienen hambre y sed de justicia, y Solalinde dedica todos los esfuerzos posibles, como dirigente de la Pastoral de la Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, a defender los derechos humanos de hombres y mujeres sin familia y sin patria.
Hasta Ciudad Ixtepec se descuelgan de vez en vez periodistas nacionales y extranjeros en busca de sus declaraciones que son un azote para autoridades mexicanas migratorias, policiales, y delincuentes, a quienes suele meter en el mismo costal.
Su vestidura blanca y una cruz colgando del cuello, la camisa arremangada, sus anteojos y el teléfono celular al alcance, además del personal de seguridad que suele acompañarlo a todos lados, identifican al cura que ha logrado atraer la atención del gobierno federal y de la opinión pública, sobre los desterrados que, en los últimos años, han sufrido como no se había visto la saña de la delincuencia organizada en nuestro país.
Durante su estancia en la Ciudad de Oaxaca, donde asistió al Foro de Interculturalidad y Migración promovido por la Fundación Friedrich Ebert, Alejandro Solalinde habló en entrevista sobre los avances y retos de su labor en pro de los migrantes centroamericanos.
¿Qué es un migrante?
-Es una persona en situación de movimiento, que está viva, que ejerce su derecho libre de trasladarse a donde ella considera que va a estar mejor.
¿Es la migración un castigo divino?
-No, de ninguna manera. La migración es como respirar, es el oxígeno de la movilidad humana.
¿Qué derechos humanos tiene un migrante en México?
-Todos. Un migrante por el hecho de moverse, y aunque sea irregular, conserva todos sus derechos.
Sin embargo, todos sus derechos se le violan
-Ah, claro, todos sus derechos son violados e ignorados.
¿Quién asiste al migrante para defender sus derechos humanos?
-Entre las cosas hermosas que está despertando la migración, está la solidaridad, y lo mejor, que se está globalizando esa ayuda al migrante. Cada vez hay más gente, jóvenes y mujeres, que están acercándose a las zonas de afluencia de los migrantes para prestar sus servicios con la transformación que ellos mismos deben tener.
¿Más civiles o más gente del gobierno?
-Yo diría que más civiles pero también más gente de Iglesia.
¿Existe un una política real y efectiva de apoyo a los migrantes en México?
-Las políticas públicas han sido insuficientes, son pobres y pobres también han sido las respuestas a todo lo que se relaciona con derechos humanos. La prueba es que no acaba de salir el reglamento necesario para aplicar la Ley de Protección al Migrante aprobada el año pasado. Y cuando salga el reglamento se va a demostrar que se le regatearon hasta el último momento sus derechos a los migrantes.
¿Cómo va la Ley de Protección al Migrante?
-Va muy lenta. No se puede aplicar si no hay un reglamento, y eso le corresponde al Ejecutivo Federal que es el que va a operar la ley, y éste ha sido remiso para hacer lo que marca la misma ley le exige.
¿De qué ha servido el trabajo de Alejandro Solalinde en pro de los migrantes?
-Yo creo que no solamente soy yo, hay que decirlo, son muchísimas organizaciones, hay como 500 defensores y defensoras de los derechos humanos de los migrantes, nada más en lo que se refiere a la dimensión Pastoral de Movilidad Humana, a nivel nacional.
¿Ha servido de algo esta movilización?
-Ha servido de muchísimo porque se han despertado las conciencias, mucha gente ha caído en la cuenta que lo más importante somos nosotros, los seres humanos y que los migrantes son una excelente oportunidad, además un signo de los tiempos una llamada de última hora, a cambiar, de lo contrario va haber opciones violentas que nadie quiere.
¿Pero, quién se salva: el migrante o el que le ayuda?
-Tenemos que salvarnos todos, tanto el migrante como la sociedad por donde él pasa. Son dos cosas que no se pueden separar.
¿Cómo ha contribuido la intervención de personalidades como el actor Gael García en el tema migrante?
-Yo puedo decir que la participación de estas personalidades del cine, del arte en general, ha sido elocuente y determinante para ampliar la solidaridad de más personas. Yo platicaba con Bruno Bichir y él decía: padre estamos con esta causa, con mis hermanos estamos en esto. Ofelia Medina, también. Son artistas que han sido solidarios toda la vida.
¿Cómo va el albergue Hermanos del camino?
-Es una obra que Dios ha hecho. Es increíble cómo se ha consolidado no solo en
infraestructura, pero lo más importante, en equipo humano. Tenemos tres religiosas de la congregación Ángel de la guarda, una monja de madres de clausura, una capuchina.
Lo que nunca antes habíamos logrado, tenemos tres sacerdotes y yo. Jamás se había visto esto en el albergue, nadie nos obliga, nadie nos manda, nadie nos limita. Además están llegando voluntarios laicos de una riqueza enorme, de un nivel académico altísimo, y siguen llegando voluntarios nacionales y extranjeros. Esta causa de los migrantes está despertando lo mejor que tiene la sociedad civil para adherirnos a ella.
¿Qué beneficios traería esta ley de interculturalidad que ya existe en el D.F. y que se está promoviendo en Oaxaca?
-Híjole, es una buena sacudida de conciencia. Yo acabo de decir esta ley está naciendo en una de las ciudades más pobladas del mundo con una gran complejidad; había mucho atraso y nadie esperaba que se pudiera organizar la ciudad. Lo hicieron, pero lo más importante ha sido posicionar al ser humano de la orilla, de la marginación y ponerlo en el centro de la atención como la hace esta nueva ley. Es decir, el migrante, que es la persona más vulnerable, ahora es el centro de atención. Y además, se está haciendo en la arquidiócesis más grande del mundo, donde hay miles de sacerdotes, muchísimas parroquias y no hay nada para apoyar al migrante de parte de la Iglesia, del gobierno del D.F. sí, de los hermanos evangélicos sí, pero no de nosotros, la Iglesia.
¿No es una utopía la ley de interculturalidad?
-No es utopía, es un buen principio para movernos y provocar procesos de educación y de conciencia de una solidaridad real. Obviamente debe tener un financiamiento y un apoyo operativo, si no queda nada más en el aire. Pero como propuesta es cuestionante y de veras nos mueve a que hagamos algo más de lo que estamos haciendo.
¿No se ha olvidado Dios de los migrantes?
-Él no puede olvidarse porque es migrante, él viaja con ellos. No sé a qué hora se salió de los templos, de los sagrarios para irse con ellos en el tren. Es un Dios en movimiento, Jesús le dijo a la samaritana llegará el momento en que Dios será adorado en espíritu y en verdad, no fijo en un lugar. A Dios le gusta andar con el caminante.
¿Aparte de compañía qué más le da Dios a los migrantes?
-Está moviéndonos a nosotros. Nosotros somos sus servidores, Alejandro solo no está haciendo eso, Él está haciendo todo eso. El albergue, Él lo hace y muchas cosas más, cambiando las leyes, inspirando a las personas. Los izquierdistas tan rebeldes, ahora son las personas más evangélicas y más solidarias.
Foto:Archivo