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Xochitlalyocan, jardín que resguarda la memoria verde de México
Oaxaca, Oax. 23 de marzo del 2012 (Quadratín).- Para contrarrestar esa parte tan deplorable del ser humano que es la violencia y la corrupción; hay que apostarle a que los niños se acerquen a la poesía, la música, el teatro, todo el arte, porque eso es lo que nos redime como especie, sostiene Mario Iván Martínez, actor músico y cuenta cuentos que este viernes ofrecerá dos funciones de su espectáculo La estrella de Ángel, en el teatro Macedonio Alcalá.
Convencido de que el arte hará a los futuros médicos o arquitectos, que hoy son niños, seres más felices, el actor de cine, teatro y televisión dedica buena parte de su trabajo al montaje de espectáculos infantiles y a la grabación de audio libros entre los que figuran El Quijote, fábulas de Esopo y Samaniego, e historias de Oscar Wilde.
En la víspera de su actuación en Oaxaca, Mario Iván Martínez comentó que las historias que componen su montaje son: La estrella de Ángel, un cuento del poeta Alberto Blanco, las fábulas La cigarra y la hormiga y El honrado leñador, El contestador de Dios y la canción Vela por la paz. Los horarios: 17:00 y 19:00 horas.
En entrevista, el además intérprete de música renacentista habló de la importancia de que los niños se desarrollen en un ambiente cultural que inicie desde casa, de la falta de interés del gobierno por fomentar la lectura y de la vulgaridad, corrupción y violencia que campea en nuestro país.
-¿Cómo ubica su trabajo hacia los niños en el contexto nacional y local, donde su propuesta formativa es la excepción y no la regla?
-Mi trabajo intenta brindar diversidad y dignidad a la oferta infantil dentro de mis posibilidades como creador. Estoy consciente por cuál camino quiero ir y cuáles evitar. Tal vez mi trabajo ha tomado ese giro porque yo me dedico a los niños no porque no tenga otra opción de trabajo, como tantos actores que lo hacen porque no tienen otras opciones y dicen haré teatrito para niños. A mí me interesa no sólo divertir sino ayudar a la formación cultural de nuestros jóvenes porque nuestros gobiernos no muestran interés por fomentar la lectura, a mi ver porque un pueblo educado es consciente de los rezagos de los cuales es sujeto y por ende se vuelve un pueblo contestatario.
-¿Y lo padres de familia, están haciendo su parte?
-El problema radica también en que los padres no nos damos el tiempo suficiente para orientar con eficacia, consciencia, a los niños. En lo que atañe a la oferta de la televisión o de internet, que es una selva, los niños y jóvenes están muy expuestos, pero si yo me siento a ver un programa educativo con mi hijo y le explico el contenido, y después veo un programa frívolo, chabacano, que no hay que prohibirlos, sino explicárselos, las cosas cambian. Y luego de ver televisión ahora vamos a ver un libro.
-¿Cómo animarlos a leer en ese contexto visual tan atractivo que son televisión e internet?
-Animarlos a la lectura no como un flagelo escolástico, sino con creatividad. Mi madre me estimuló a la lectura diciéndome: Estoy leyendo el cuento de un niño güerito como tú que viaja de planeta en planeta, que está triste porque tiene un chivito y una rosa y tiene miedo que el chivito se coma la rosa, así que le pone una cúpula de cristal
Y luego, ¿qué pasa? Le preguntaba yo. Déjame lo acabo de leer y te lo presto. Así me animó a leer.
-¿Qué resultados espera de su trabajo dirigido a los niños?
-No pretendo algo más grande que sembrar una semilla de interés en los pequeños hacia la literatura, la poesía, la música el arte, y que si llegan a ser médicos o arquitectos que sean más felices por haber entrado en contacto con lo más noble del hombre que es la representación artística.
-¿Qué opina del homenaje que le acaban de hacer a Chespirito?
-A mí me parece que el trabajo del señor Bolaños en un tiempo giraba mucho en el sentido de jugar con el idioma al grado que hay palabras que él inventó y ya forman parte del léxico castellano. Se me hace congruente que Televisa le haga un homenaje porque le ha dado mucho a la empresa. Es innegable que su programa ha sido altamente popular y con todos los cuestionamientos o reparos que pudiéramos tener sobre sus contenidos, al menos se hacía algo en torno a nuestro idioma cuando la tendencia es la extranjerización.
Ahora, en alto contraste, campea la agresión, la violencia, el lugar común es la vulgaridad, a un grado exacerbado, tanto en el teatro como en la televisión. Pero eso no quiere decir que no sigamos buscando opciones para dar a los niños mayor riqueza y alejarlos de la parte más cruenta: la violencia, el asesinato, la pornografía, la corrupción que campea en la clase política, tan deplorable. Hay que poner a los niños y a los jóvenes en contacto con aquello rescatable del ser humano que es la poesía, la música, el teatro, la danza, el arte, que es lo que nos redime como especie. Lo otro nos pierde como especie.