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Periodistas del New York Times podrán utilizar IA de forma legal
México, DF. 22 de marzo del 2012 (Quadratín).- Hasta los más escépticos, valientes o que presumen resistir todo, saben que los movimientos sísmicos o temblores son altamente peligrosos. No solo por los riesgos a casas, edificios y para la vida misma, sino especialmente por lo que se mueve dentro de las personas y de la sociedad.
Las consecuencias de temblores fuertes son más políticas y sociológicas que físicas. La sociedad mexicana fue una antes del devastador terremoto de 1985 y otra a partir de ese acontecimiento que cobró miles de víctimas e incalculables pérdidas materiales.
México aprendió muchas lecciones de lo que ocurrió hace 27 años que le han servido para afrontar temblores como el del martes. Con miles de muertos bajo los escombros, el país tuvo que reconstruirse y no solo arquitectónicamente. Aquello fue un parteaguas en muchos sentidos, asegura el doctor Arturo Iglesias Mendoza, investigador del Departamento de Sismología de la UNAM. Cambiaron para empezar, los parámetros de construcción.
Una de las imágenes más impactantes del terremoto del martes fue la de los edificios balanceándose, escenas que por razones tecnológicas nunca fueron transmitidas hace casi tres décadas. Ninguno se derrumbó y no ha habido grandes desperfectos. El reglamento de construcción se modificó después de aquello.
Otro de los principales avances fue el cambio de mentalidad: En ese momento fue cuando empezamos a entender que México debía prepararse para escenarios incluso peores a los de un terremoto de 8,2 grados (como el de 1985). Ahora los edificios nuevos deberían resistir hasta casi nueve, afirma Víctor Hugo Espíndola, del Servicio Sismológico Nacional.
Los temblores en la política, también sacudieron fuerte. El primero, fue trepidatorio y caló el ánimo y la moral panista. La asambleísta Lía Limón, denunció el cochinero azul, orquestado por la PANdilla de cuatreros especializado en procesos electorales fraudulentos. El partido está secuestrado por una pandilla de cuatreros, dijo en referencia a Demetrio Sodi, Mariana Gómez del Campo y Obdulio Ávila y, mientras más la escucho, menos creo en ella, cuando se le mencionó la candidatura panista de Isabel Miranda de Wallace.
El presidente del PAN en el Distrito Federal, Juan Dueñas, dijo: Esperemos que la decisión que ha tomado la diputada no sea más bien un elemento o un adelanto para justificar una candidatura en otro partido político, yo respeto mucho a la diputada y a todos se les refrenda el derecho a expresar sus ideas. quizá el líder se proyectó para defender a los jefes panistas.
Fue la expresión del descontento, la impotencia, la rebeldía frente a la imposición. Panistas que han renunciado en los últimos seis meses: los regiomontanos Mauricio Sada Santos y Fernando Canales Stelzer; el ex presidente municipal de San Pedro, Alejandro Páez, y el empresario Rogelio Sada Zambrano. Aunque no estaba inscrito como militante activo del partido, Manuel Jesús Clouthier también renunció al grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados en febrero de este año. El 6 de marzo anunció su aspiración de contender por la Presidencia de la República como candidato independiente y consideró que Acción Nacional es el nuevo PRI.
Y otro temblor inició en el PRD del DF, con la renuncia del diputado federal, Emilio Serrano Jiménez, porque dijo–ese partido se ha alejado de los principios y postulados que le dieron origen y ahora sus dirigentes se pelean por los espacios políticos-electorales, convertidos hoy en grandes negocios. Acusó de delincuente organizado al titular de Transporte y Vialidad del GDF, Armando Quintero Martínez, quien junto con su cuñado Francisco Sánchez, actual jefe delegacional en Iztacalco, así como EliIzabeth Mateos, directora de Desarrollo Social en esa demarcación, se encargan de imponer candidatos a la fuerza y hacen uso indebido de recursos públicos y material humano en campaña.
Serrano denunció que Armando Quintero llegó al PRD con muy pocos recursos económicos y ahora que se ha enriquecido, se ha convertido en un tirano
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Época de temblores, de movimientos que revelan la podredumbre y la fragilidad de ánimo y de estructuras. Y eso que estamos fortalecidos, unidos y echados para adelante.