
Trump derrotado en los tribunales: una oportunidad para México
México, D.F., 6 de marzo de 2012 (Quadratín).- Sólo un ingenuo podría pensar que algún funcionario del gobierno de los Estados Unidos admitiera intentos de intromisión en los asuntos internos de México y mucho menos, obviamente, en el proceso electoral para elegir nuevo gobierno, cuando que ellos saben que es el cimiento de la democracia, el sistema que tanto presumen.
Casi siempre sus actos intervencionistas son consecuencia del miedo o, dicho de otro modo, de la preservación de la seguridad de los Estados Unidos, entendido no sólo como el cuidado de su territorio, sino especialmente de sus intereses comerciales, ideológicos o de influencia.
Este es el caso de México. Aunque los contactos entre funcionarios de ambos gobiernos es frecuente, la agenda incluye sin exageración más de 200 temas relevantes, nunca un vicepresidente había acudido al país para citar a los candidatos a la Presidencia de México, como ocurrió ayer con la presencia de Joseph Biden.
Al mediodía, se entrevistó con el presidente Felipe Calderón, quien pidió la adopción de medidas adicionales para frenar el flujo ilegal de armas y el lavado de dinero, a México.
Después, el funcionario de la Casa Blanca, garantizó a los aspirantes del PAN, PRD y PRI, que su gobierno no se entrometerá en el proceso electoral del 1 de julio.
Obvio, ni modo que aceptara que si se entrometerá.
El acto de ayer mismo despide ese tufillo desagradable de la intervención, de ocuparse de asuntos que, en esencia, corresponde dirimir a los mexicanos, la elección de su gobierno. Sin embargo, uno debe confiar que el vicepresidente estadounidense dice la verdad.
Primero visitó la residencia oficial de Los Pinos, donde se refrendó el compromiso de profundizar la cooperación bilateral en todos los ámbitos, incluida la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, según un comunicado de la Presidencia de la República.
Calderón, vehemente, insistió en la imperiosa necesidad de que el Gobierno de Estados Unidos fortalezca las acciones contra el tráfico de armas hacia México y el lavado de dinero. Ello, luego de hacer un amplio reconocimiento a las medidas adoptadas por la actual administración de Barack Obama.
Después, en el hotel Four Seasons, recibió por separado a los tres aspirantes a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota.
Biden señaló que el Gobierno de Estados Unidos se encuentra en la disposición de acatar la decisión de los mexicanos el próximo primero de julio y que dialogará con quien resulte ganador en las urnas.
El candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, propuso al vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, un cambio de estrategia para que sea más efectivo el combate a la delincuencia organizada que afecta a ambos países. Dejé muy en claro la postura personal y de mi partido de tener un compromiso irrenunciable como titulares del Estado mexicano para combatir al crimen organizado
y claro que hablamos de lo que advertimos ha tenido a la fecha resultados pobres y creo pudiéramos trabajar en un compromiso claro de combatir a la delincuencia en una colaboración más estrecha, más productiva, que nos permita dar mejores resultados en esta materia.
Dejé muy claro el compromiso en lo que es una tarea irrenunciable del Estado mexicano de combatir al crimen organizado y de combatirlo con mayor eficacia, porque la discusión no se debe centrar en si debe o no combatirse, sino más bien en cómo lograr mejores resultados.
Tanto Enrique Peña Nieto, como Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, coincidieron en repetir el compromiso asumido por Biden, en el sentido de que Estados Unidos será respetuoso del proceso electoral en México, por lo que incluso los altos funcionarios del vecino país tienen instrucciones de evitar cualquier encuentro con algunos de los pre-candidatos al gobierno mexicano, que pudiera despertar suspicacias de preferencias o favoritismos.
De acuerdo al rigor de la diplomacia estadounidense se pidió la participación de traductores a fin de que la conversación fluyera y fuera precisa, a fin de evitar cualquier malentendido en la interpretación. Por supuesto que el representante del gobierno de Obama insistió en que su visita obedece, estrictamente, al interés de su gobierno por colaborar con México a fin de establecer, desde ahora, contacto personal con quienes aspiran a la Presidencia de la República y de ninguna manera a ningún afán de intervención, intromisión o nada que se le parezca.
El problema de fondo es que, como dice el refrán popular que tanto se repite ante hechos contundentes: la mula, no era arisca.
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