
Desaparición Forzada
Oaxaca, Oax., 16 de febrero de 2012 (Quadratín).-Si de algo tiene consciencia el candidato presidencial perredista, Andrés Manuel López Obrador, es de que en la elección pasada se le construyó una bien fortificada mala fama, que hoy es su principal lastre.
Si tiene presente que sus propias palabras fueron como Waterloo para Napoleón, no se explica que el llamado candidato de las izquierdas haya caído en la autoprovocación y, frente a empresarios, advertir que, ahora sí, está dispuesto a irse muy, pero muy lejos, si no gana las elecciones presidenciales del primero de julio próximo.
Si de algo están conscientes los candidatos presidenciales Enrique Peña Nieto, del PRI; Josefina Vázquez Mota, del PAN, y hasta el precandidato del Panal, Gabriel Quadri, es que el pez por su propia boca muere, de tal forma que no sólo deben cuidar su aspecto para lucir bien todo el tiempo, sino también sus palabras.
Pero López Obrador pudo tener un lapsus, una pérdida repentina de memoria o, de plano, el cansancio le hizo perder la dimensión o la repercusión de sus expresiones.
El reporte periodístico dijo que en junta con empresarios inmobiliarios, López Obrador dijo que ya se siente cansado y que si en el 2006 había dicho que si perdía se iba a la chingada, ahora sí… y quedó grabado. No sé si esa palabra esté en el diccionario, pero no la voy a repetir, advirtió a reporteros. Ahora tengo más experiencia, pero menos vigor, porque ya estoy cansado, dice.
Bocado apetitoso para las redes sociales y para rescatar de la memoria del 2006, la oportunidad para dimensionar los alcances de Andrés Manuel López Obrador, en caso de que los mexicanos le dieran la mayoría de votos en la elección presidencial.
El blog de información lopezobradorista República Amorosa, ubicó el sitio preciso al que se refirió el candidato de las izquierdas: La declaración se refiere a un pequeño rancho que tiene en las afueras de Palenque, Chiapas, adonde AMLO pensaba retirarse si perdía la elección sin fraude. Tal afirmación fue sacada de contexto por los adversarios de AMLO en twitter para hacerle guerra sucia.
La declaración textual de AMLO es tengo menos vigor, eso sí. Porque ya estoy muy cansado. ¿Te acuerdas en tu casa que te dije, que si la elección era limpia y libre, si perdía me iba yo a ir a la Chingada? ¿Te acuerdas? Y ahora sí. Es que yo tengo una quinta que me dejaron
La quinta en cuestión es una pequeña propiedad a las afueras de Palenque, Chiapas, que lleva ese nombre La Chingada, que le fue heredada por sus padres.
El mismo a estas alturas debe estar arrepentido de sus expresiones, pues no es un ingenuo y sabe que, por su propia boca, puso en la opinión pública argumentos que se volverán tema recurrente: en primer lugar su cansancio. ¿Qué mexicano quiere un presidente, hombre o mujer, cansado, cuando uno de los rasgos del poder presidencial es amplia capacidad física?
¿Quién en consciencia, más allá del nombre de su pequeña quinta chiapaneca, no valora el peso de la expresión, textual o interpretada, de si pierdo me voy a la Chingada?
Las campañas electorales son como fábricas de jabón en donde quien no cae resbala. El desliz puede resultar muy costoso para el candidato de la izquierda, pues hasta sus correligionarios ven difícil defenderlo cuando es de su boca de la que salen los obuses que irán en su contra.
Ayer mismo, el tema fue la expresión de López Obrador, de la que le costará mucho trabajo deshacerse. Es posible que esté cansado y eso que todavía no empieza lo de a de veras.
El mismo ya entró en la autoaclaración y asegura estar bien, de buenas, entero, amoroso, muy contento, feliz, sin odios, sin rencores, buscando que en este país las cosas mejoren.
Aunque hasta su propio compañero, amigo y discípulo Marcelo Ebrard, haya dicho sin consideración: Si Andrés Manuel López Obrador se siente cansado, no tiene que irse tan lejos, se puede ir a su casa.
Su cansancio lo hizo olvidar que su debacle en el 2006 empezó cuando se le salió su: Ya cállate chachalaca.
Foto:Archivo