
Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Tezoatlán, Oax., 15 de febrero de 2012 (Quadratín).- Digno preservación es, la arquitectura vernácula que merodean a los pueblos y comunidades indígenas, hechas por manos de miles de hombres indígenas, están proyectadas y dirigidas por conocedores del arte de la época.
Hablar de arquitectura vernácula es tratar acerca del espacio habitado y creado por el hombre. Es hacer referencia a la expresión, tocar el sentimiento del pueblo, de su cultura, de su hábitat y por ende de su idiosincrasia.
Sus construcciones de vernáculas, casas de adobe en la mayoría de los pueblos indígenas, pero en los que sus protagonistas tuvieron sus asentamientos, ahí podemos encontrar construcciones de cantera, de piedras blancas, calizas unas, otras no tanto, pero todas finamente labradas por los naturales, de acuerdo a las zonas, asi son las piedras ó canteras.
Destacándose los pueblos como Yucuquimi de Ocampo, Yucuñuti de Benito Juárez, del municipio de Tezoatlan, con casas de adobe; y Santiago Tamazola, Santa Cruz de Bravo, Calihuala, San Francisco Tlapancingo, del distrito de Silacayoapan, Santiago Ayuquililla, San José Ayuquila, San Jerónimo Silacayoapilla, entre otros poblados de la comarca, con casas de piedras y adobes; mientras que Tamazulapan del Progreso, Santiago Teotongo, Tejupan de la Unión, Ihuitlan, Tepelmeme, así como las propias cabeceras Distritales de Coixtlahuaca y Teposcolula, en donde floreció la cultura dominica, con grandes construcciones de canteras blancas, mientras que la gran ñudee (Huajuapan) predomino la cantera roja y en los pueblos del corredor, de entre Huajolotitlan hasta Chazumba, piedras multicolores, pero sin duda alguna en su mayoría conservan escasamente construcciones de adobes.
Los mixtecos, expresaron su sentimiento y el imaginar la arquitectura vernácula de la mixteca, es indudable de que se tocan las vibras más sensibles del ser humano, es recordar un histórico pasado inmediato, porque consideran que la arquitectura vernácula, nos habla de pureza, austeridad y sencillez, además de que la región es grande, por lo que abarca diferentes climas y subregiones, lo que da entender que los abuelos fueron hábiles, como capaces para disertar, a través del tiempo, en el manejo de sus texturas, los colores, materiales y sus composiciones.
Cuando miramos en los alrededores que yacen inertes montones de vigas, de tierras o piedras labradas, ahí está agonizante nuestra cultura, nuestra identidad de mixtecos, porque se trata de la belleza puesta al alcance de la inteligencia, no es la forma más perfecta la que nos presenta, si no la más pobre, la de los seres materiales, se trata entonces, de que busquemos la luz de la inteligencia, no nos conformemos con lo que alcanzan los ojos, lo bonito engaña a los ojos, pero no al alma. La mayoría de las veces nos queda una insatisfacción porque no le hacemos caso al corazón y es justo ahí sonde está grabada la belleza.
Esto expresa autenticidad, con los materiales que se tiene a la mano: la tierra, el agua, las piedras, las montañas, y otros materiales que dependen de estos para crecer, como extensiones del mismo anhelo de vida. El hombre común, dependiente de este entorno, se dio cuenta e interpretó su labor de sublimizar esta materia a formas que le dieran un significado, y se volvió cotidiano con el tiempo.
Aquí en la mixteca, los arquitectos de Moctezuma y los dominicos, tomaban los secretos de la composición, pues veían con su corazón y generaban cosas divinas, la arquitectura vernácula de la región, que cada vez más, se levanta como un monumento, valuarte del hombre mixteco, además de que cada nativo, es arquitecto de su propio destino, supo forjar desde las entrañas de la madre tierra, la belleza monumental, de la construcción, conservan intactas los mixtecos, sus casas de abobe con techos de madera y tejas, que les cobija sombra, y frescura, aun brillan aquellas obras trascendentales de los nativos y son orgullo de la raza, y de las generaciones, del siglo pasado inmediato.
Que este reportaje, sea un homenaje para los constructores de la mixteca, y a los profesionales de la construcción les demandamos atención, sapiencia en el diseño y proyectos, no solo de la vida en particular sino de la arquitectura vernácula de la gran nación mixteca.
Fotos: Karol Joseph Gálvez López.