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Protestan maestros del nivel indígena en Oaxaca
Oaxaca, Oax., 8 de febrero de 2012 (Quadratín).- Este febrero loco, la gente pasa indiferente por establecimientos, sitios históricos y calles de la ciudad. En la plancha del zócalo un hombre joven espera el mediodía para iniciar sus labores. Es Víctor, aseador de calzado.
___ ¿Cuántos servicios ofreces por día?
___ Unas 20 boleadas, son tiempos duros: la gente ya no atiende sus zapatos.
Este febrero de cambios climáticos violentos encuentra a Víctor en los andadores del zócalo, de los restaurantes al atrio de catedral, dispuesto a ofrecer sus servicios. Inició su trabajo a la edad de 10 años. Este 2012 cumple 10 en el servicio.
___ ¿Quién te mandó a trabajar desde niño?
___ Nadie. Yo solo quise trabajar por iniciativa propia. En lugar de pelotas y juegos quería traer mi dinero en la bolsa.
___ ¿Quién te enseñó el oficio?
___ Mirando el trabajo de los demás compañeros, mirando se aprenden muchas cosas, uno aprende a ganarse la vida.
___ ¿Cuánto costaba la boleada en tus inicios?
___ La vida era otra, cobraba cuatro cincuenta, cinco pesos a los turistas. Oaxaca recibía más turismo hace 10 años. Hoy las cosas cambiaron, llega menos gente a visitarnos.
El hombre anda con su caja de bolero por los restaurantes, las mesas. Ofrece su trabajo a mujeres y hombres. Alguien lo llama y se planta frente al cliente con su caja y su pequeño banco de madera. Diligente ofrece con una sonrisa su trabajo:
___ ¿Se asean el calzado más los hombres o las mujeres?
___ Antes eran sólo los hombres quienes pedían el servicio, luego cambió y las mujeres empezaron a solicitar que se les asearan los zapatos. Ahora hay mujeres que se bolean.
___ ¿Por qué consideras que las mujeres no pedían boleada?
___ Porque les daba pena extender la pierna, ofrecer la planta de sus pies. Pero luego con el cambio de modas empezaron a usar zapatos que requerían de boleada. También ahora son otros tiempos, tiempos de la mujer que va a la oficina y tiene que tener limpios sus zapatos, por eso piden su servicio: para que se vean bien calzadas en la oficina.
Víctor es un trabajador ambulante, no paga impuestos municipales por cumplir con su oficio.
___ ¿Con tu trabajo cuánto ganas al día?
___ Unos 200 pesos diarios, que no es mucho ni es poco. Alcanza para sobrellevar la vida, pero no hay oportunidad con esa entrada de levantar algún ahorro. Todo se va en el día, en sobrevivir al día.
___ ¿Tienes familia?
___ Estoy casado y tengo a dos hijos. Con este oficio no les puedo ofrecer mucho, pero alcanza para comer y mandarlos a la escuela.
La gente camina por el zócalo con prisas, sin darse cuenta de sitios o lugares, establecimientos comerciales y vendedores ambulantes. Víctor dice adiós y se pierde con su sonrisa en el rostro entre las mesas del restaurante.