
Atiende Proam deceso en la Central de Abasto
Oaxaca, Oax., 3 de febrero de 2012 (Quadratín).- Cuando las penas del vivir se empozan en el cuerpo, cuando los años corren sobre el alma como sombras de otro tiempo, anhelos, recuerdos, quien lo padece se refugia en las viejas formas, los hábitos de siempre, en los libros. Existe medicina para el cuerpo, pero para el alma ningún científico ofrece cura, hasta ahora; bien se sabe.
Suena alguna canción de Elvis Presley en el Jardín Labastida de la ciudad. La gente camina para sus rumbos, sin prisas. La Verde Antequera marca su ritmo y su tiempo a quienes la habitan: viejos y jóvenes, hombres y mujeres,
En una esquina del jardín un hombre extiende un paño rojo sobre el que deposita libros viejos. La mañana es fría, poca gente se detiene a mirar el lomo de los libros, los títulos en la portada.
Un anciano se detiene junto al montón de libros, con mano temblorosa levanta el ejemplar que le interesa. Cada que toma un libro el rostro se le ilumina, rejuvenece.
___ Cuando veo un libro que me gusta, lo compro dice a nadie mientras observa al hombre que fuma y atiende el puesto de libros viejos.
Fidencio Hernández Pérez es profesor jubilado de la escuela primaria Demetrio M. Navarrete, de San Martín Mexicapan, agencia municipal de esta ciudad.
___ ¿Desde cuándo tiene el hábito de la lectura?
___ Desde pequeño, desde que tenía 12 años de edad. Leí los libros que tenía mi padre en su pequeña biblioteca. Mi padre era campesino, humilde. Pasé mi infancia en mi pueblo, Nochixtlán, en la Mixteca.
___ ¿Su padre tenía preparación escolar?
___ No estudió, nada más contaba con el cuarto año de instrucción primaria; pero leía.
Con su buen ejemplo me enseñó el amor a los libros, el cariño que hasta hoy le guardo a la lectura.
___ ¿Por qué considera que las nuevas generaciones de este tiempo ya no tienen el gusto por la lectura, ya no leen?
___ Esta característica de la juventud, no leer, obedece a un plan perverso de la burguesía empresarial que nos gobierna a nivel federal y estatal, en los municipios.
El profesor Fidencio Hernández se desempeñó 38 años de servicio en el magisterio oaxaqueño, frente a grupos de primaria. En 1970 descubrió una corriente sindical denominada Movimiento Revolucionario del Magisterio.
___ En el movimiento abrí los ojos dice-, porque debo reconocer que en mis inicios era un profesor mediocre; que sólo se interesaba en que le subieran el sueldo, sin compromiso social, comunitario, verdadero.
___ ¿Qué le enseñó el movimiento sindical que usted menciona?
___ Con ellos conocí la Patria a través de sus grandes pensadores, los escritores que nos dejaron libros de conocimientos para instruirnos y para difundirlos. Supe y conocí a los presos y perseguidos políticos.
___ ¿Cómo observa hoy al magisterio oaxaqueño? Parece que no tienen amor por el estudio a través de la lectura
___ El maestro ahora se reduce al hombre utilitario. Le sirve al gobierno y el gobierno le paga buen salario. Esto quiere decir que cuentan con muchos estudios, muchos grados de preparación, así se los exige el gobierno, pero poco compromiso con el pueblo, con la comunidad donde viven y con la vida misma.
___ ¿En este tiempo es necesario un mayor humanismo?
___ Si, desde luego. Respeto a todos aquellos que tienen un grado universitario, maestría, doctorado. Tienen buen ingreso y buena casa, buen carro. Muchos que hoy se dicen miembros del movimiento magisterial, con el buen salario que perciben, mandan a sus hijos a escuelas particulares. Pero no tienen compromiso con el pueblo, siguen el juego del gobierno.
___ ¿Y los libros que tanto influyen en la formación de generaciones solidarias, comprometidas con el pueblo?
___ Los mexicanos estamos obligados a leer dice convencido-, para conocer más a los mexicanos y amar verdaderamente a nuestra Patria.
Foto: Ambientación / Archivo