
Magistrada Mónica Soto preside Comisión de transición del Poder Judicial
Oaxaca, Oax., 24 de enero de 2012 (Quadratín).-La adquisición del 50 por ciento del peso definitivo, el 25 por ciento de la talla, y el 50 por ciento de la masa esquelética, son algunos de los cambios que el adolescente atraviesa en su transición de la infancia a la vida adulta, etapa que puede ser la última oportunidad de preparar nutricionalmente al joven para una vida sana, advierte la coordinadora delegacional de Nutrición, Rocío Guadalupe Espinosa Castro, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Factores varios como las influencias psicológicas y sociales (de los amigos y compañeros), el hábito de comer fuera de casa, el rechazo a las normas tradicionales familiares, la búsqueda de autonomía y un mayor poder adquisitivo, así como el constante bombardeo que los medios ejercen en cuanto a las supuestas necesidades del joven, son preocupantes y deben constituir para los padres de familia una pauta para velar tanto por las necesidades afectivas, como nutricias de sus hijos adolescentes, explicó la nutrióloga del IMSS.
La gran demanda de nutrientes, sumadas a los cambios en el estilo de vida y hábitos dietéticos, convierten a la adolescencia en una época de alto riesgo nutricional, ya que en esta época pueden adquirirse nuevos hábitos alimenticios no saludables, con tal de alcanzar algunos patrones de belleza y llegar a ser susceptibles a padecer trastornos alimenticios, como esnutrición, anorexia o bulimia.
Espinosa Castro, refirió que algunas de los consejos a tomar en cuanto a la dieta diaria del adolescente contempla el planificar su alimentación tomando en cuenta para el desayuno, comida y cena, alimentos de los tres grupos alimenticios (variando alimentos dentro de cada grupo): los que proporcionan principalmente proteínas: leguminosas, leche, carne, pescado, huevo y queso; los que proporcionan vitaminas y nutrimentos inorgánicos (minerales): frutas y verduras; los que proporcionan energía: cereales y tubérculos, incluyendo las grasas.
Procurar consumir alimentos naturales, realizar sesiones de ejercicio (de una hora diaria de actividad moderada y ejercicio intenso tres veces a la semana); comer en familia (por lo menos una vez al día) ya que hay que recordar que al igual que los hábitos surgen de la imitación, en la medida que los chicos observen que sus padres se ejercitan, comen saludable así como en armonía, es más probable que esta práctica cotidiana se vuelva un hábito que repercutirá de manera favorable en su crecimiento y desarrollo, expresó la especialista en nutrición.
Y es que de acuerdo con las estadísticas del IMSS, el 16.73 por ciento de niños entre los cero a los cuatro años de edad tienen problemas de sobrepeso, mientras que un 28.11 de entre los cinco a nueve años padece obesidad; en los adolescentes con edades de 10 a 19 años la cifra se incrementa al 26.66 por ciento para sobrepeso y 10.76 con obesidad.
Finalmente la coordinadora delegacional de Nutrición, exhortó a que si es necesario hacer un ajuste en la alimentación del adolescente se debe privilegiar el recurrir a un médico para una correcta orientación, evitando dietas que por sí mismas puedan poner en peligro el crecimiento y estado de salud del adolescente.