
Joselyn Pamela Mendoza Reyes, Diosa Centéotl 2025 de Oaxaca de Juárez
Oaxaca, Oax., 11 de enero de 2012 (Quadratín).- Para el pintor Rolando Rojas (Tehuantepec, 1970) trasmitir la alegría de vivir es el principal motivo de sus cuadros porque la existencia misma ya tiene razones suficientes para el sufrimiento y el arte tendría que aportar al espectador un espacio de dicha y felicidad.
Así lo demuestran sus exposiciones dentro y fuera del país, donde tiene una gran acogida de público y ventas.
Para este año, Rolando Rojas plantea realizar tres exposiciones: en el extranjero en la ciudad de Houston, Texas, donde participará en una feria de artes plásticas con otros artistas mexicanos; en la ciudad de México, con una exposición colectiva, y en su galería de esta ciudad, que se ubica en las calle de Macedonio Alcalá.
El artista menciona que el mundo que le heredó su bisabuela, donde imperaban los relatos fantásticos poblados de animales mitológicos que fueron parte de la creación de los seres vivos sobre la tierra, se trasmite en su obra plástica donde está presente el marcado influjo de los colores.
Podría decirse mencionó- que la plástica oaxaqueña viene de una tradición oral que nos heredan los abuelos y madres.
El mundo fantástico que le enseñaron las mujeres que habitaron su infancia se desarrolló en su obra años después, luego de pasar su sensibilidad por distintas escuelas y talleres de artes plásticas y por la lejanía de su tierra natal.
La madre de Rolando Rojas, Camila Martínez Flores, le advirtió cuando salió de su pueblo que buscara una carrera universitaria que le diera ingresos para comer y que aquello de pintar lo dejara para su tiempo libre. Pero ahora es una de las más felices con mi trabajo, advierte el pintor de fama internacional.
Mientras Juchitán ha sido cuna de un grupo de reconocidos artistas plásticos entre los que figura Francisco Toledo, Rolando Rojas es el único artista de su familia y la única persona que en su natal Tehuantepec se dedica de forma profesional a pintar y promover su obra plástica.
Sobre este punto el pintor advierte: El universo sensible está a flor de piel en todos los pueblos de Oaxaca, por eso tenemos fama mundial de ser tierra de artistas; pero no podemos ser artistas todos, aunque todos vivimos una niñez que impacta nuestra existencia desde lo cotidiano de nuestra vida.
Subraya que en Oaxaca existe en los pueblos un ambiente de amistad y felicidad, dicha y alegría, lo cual se manifiesta en la obra de arte y llega al público que contempla un cuadro, una escultura, un dibujo.