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Oaxaca, Oax., 23 de diciembre de 2011 (Quadratín).-Las manos de Rosario están enrojecidas y las yemas de sus dedos ásperas. Han sido tres días dedicados a cortar, labrar, modelar las figuras que exhiben este 23 de diciembre en el tradicional certamen de la Noche de Rábanos, en la ciudad oaxaqueña.
La labor ha sido intensa: empezó con la cosecha de enormes tubérculos, algunos de hasta medio metro de largo, hace cuatro días. Luego, con ayuda de cuchillas, Rosario y sus hermanas Montserrat y Consuelo, despellejaron los rábanos para modelar sus personajes con la pulpa blanca y, con la piel, cual si fuera tela, diseñar vestuario y detalles.
El objetivo es representar artesanías locales como los cántaros de barro negro, alebrijes de madera de copal, sombreros de palma, cestas de carrizo y textiles de fibras naturales.
Originarias de Ocotlán de Morelos, localidad situada a escasos kilómetros de la ciudad de Oaxaca, las hermanas Altamirano Cruz, las tres universitarias, y también interesadas en las artes plásticas, son, como la mayoría de los jóvenes que este año participan en este concurso de arte efímero, herederas de una tradición que anteriormente desarrollaban hortelanos de los valles oaxaqueños, hoy en franca extinción.
Las jóvenes hermanas han participado durante 11 años en este certamen que cada vez atrae a más turistas nacionales y extranjeros intrigados por la originalidad de las piezas, que, como las esculturas de hielo o los castillos de arena, sólo perduran un día.
La Noche de Rábanos se ha realizado durante 114 años. Esta tradición surgió de la venta de hortalizas que cada año tenía lugar en el centro de la ciudad en la víspera de la Nochebuena, donde las familias acudían a realizar sus compras para la cena de navidad; los escultores de las figuras eran originalmente los productores de rábanos.
Hoy en día, esta tradición local ha cobrado relevancia internacional por el derroche de creatividad de los participantes, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes de artes plásticas, quienes cada vez elaboran figuras más sofisticadas.
Una escultura de la sacerdotisa de los hongos María Sabina, Frida Khalo pintando a Diego y el mural Domingo en la Alameda de Diego Rivera, son sólo algunas de las más de 30 representaciones con base en rábanos que este 23 de diciembre participan en el certamen.
Propios y visitantes hacen todo lo posible por capturar en fotografías las piezas que más les atraen. Es la única forma de conservarlas; saben que pasada la medianoche, todo ese arte surgido de las manos de jóvenes oaxaqueños, se marchitará.