
Entre las apariencias y la realidad
Oaxaca, Oax., 7 de diciembre de 2011 (Quadratín).- La suavidad en su trato, su sencillez, sus valores cívicos, su inteligencia y su probada eficacia política, hacen de Pedro Joaquín Coldwell, una excepción en el sistema político mexicano.
Para la recuperación del convento de Santo domingo -ocupado como cuartel por el ejército- el entonces Secretario de Turismo se reunió con su homólogo de la Secretaria de la Defensa y sin protagonismos ni estridencias publicitarias, en una historia secreta que hoy me atrevo a develar, concertó la entrega al Gobierno del Estado de esta joya de la arquitectura virreinal.
Llegar aquí es entrar a un mágico túnel, -me comento en una de sus visitas-, al sentirse rodeado por la música, por las danzas, por los colores, por la cocina, por los textiles, por su cultura, termina uno enamorado de Oaxaca.
Al arreglar una tubería en la vía pública frente al hotel El Presidente afloró el empedrado original. Ordeno entonces a la empresa que administraba el ex convento de Santa Catalina aportar 500 mil pesos para el rescate de esta calle de 5 de mayo, que fue el impulso original para que el gobernador continuara el arreglo del centro histórico retirando postes y cables de la calle independencia, incluyendo el rescate y remodelación del bello edificio que se destinó para el ayuntamiento de la ciudad.
Discreto, fino, amable, pero sobre todo sencillo, accesible, humano. Con una larga trayectoria en la que ha sido diputado local, secretario general de gobierno, gobernador, diputado federal, senador, secretario de estado, embajador, nunca ha dado motivo para el escándalo.
Hombre de hechos, no de promesas. Un día don Jorge Gonzales, el estimado decano de la industria turística oaxaqueña llamó a la oficina de Pedro Joaquín Coldwell, no estaba. A los 10 minutos el Secretario de Estado se reportó con don Jorge y esta inédita atención no ha sido la excepción, sino la regla de su conducta.
En Huatulco, con una gran delicadeza, con un gran cuidado, con un manejo político impecable y convincente, escuchando y atendiendo las razones y motivos de los comuneros, logró el desistimiento de revocación del decreto expropiatorio que hacía peligrar el desarrollo turístico de Bahías de Huatulco.
Aquí mismo en Huatulco, en la reunión nacional convocada para determinar si México se abría o no a los casinos, su posición fue clara y contundente, como una premonición para evitar lo que estamos viviendo: México no tiene que arriesgar a sus habitantes a los efectos nocivos del juego.
Pragmático, escucha y toma decisiones; no acostumbra anunciar lo que va hacer, simplemente lo hace. He tenido el privilegio de que el haya presentado tres de mis libros: Destellos del Poder que se presento hace quince años en el teatro macedonio Alcalá. El país de las nubes que se presentó en el patio central del palacio de gobierno en el 2009 y recientemente en la ciudad de México, en el hotel del prado, mi último libro: Oaxaca cuna de la civilización americana. En todas estas presentaciones Pedro Joaquín Coldwell ha hecho pública su admiración por Oaxaca, por su vasta y profunda cultura, por la aportación de sus héroes en la construcción de México.
El arribo de Pedro Joaquín Coldwell a la dirección del Partido más influyente del país, en una etapa en la que se definirá el futuro de la nación, tiene una gran significación para Oaxaca. Sea cual fuere el resultado de la inminente elección presidencial, los oaxaqueños podemos confiar, que mas allá de ideologías y partidos, tendremos siempre un genuino interesado en el bienestar de nuestro Estado; que contamos con un aliado de la dignidad y altura moral de Pedro Joaquín Coldwell.