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México y la semana aquimichú
Oaxaca, Oax., 3 de diciembre de 2011 (Quadratín).- El próximo jueves 8 de diciembre a las 12:30 hs. En la ciudad de México, en el auditorio principal de la delegación Iztacalco, el escritor Juan Arturo López Ramos, autor de los libros Esplendor de la antigua Mixteca, Destellos del Poder, Historia y Leyendas de Huatulco, Oaxaca: cuna de la civilización americana y de la novela histórica El país de las nubes presentará la conferencia titulada Oaxaca: Capital Cultural de México, en el marco de la Presencia de Oaxaca en la ciudad de México.
Juan Arturo López Ramos, autor de varios libros sobre la historia de Oaxaca.
En ella, el escritor oaxaqueño hará un recuento de las hazañas culturales realizadas por los oaxaqueños de todos los tiempos, desde la remota antigüedad hasta nuestros días: la Declaratoria de julio de 2010 de la UNESCO -que reconoce al valle de Oaxaca como el lugar que presenta los testimonios más antiguos del inicio de la civilización en el continente americano-, es apenas la punta del iceberg señala el autor.
Explica López Ramos -con una amplia trayectoria también en el servicio público donde se ha desempeñado como titular de Turismo y fundador del Instituto Estatal de Ecología- que en Oaxaca se inventó la agricultura, el calendario, la escritura y se desarrollaron los ejes culturales que dieron origen e identidad a la gran civilización mesoamericana, que comparte créditos estelares con la Hindú, Mesopotámica, China, Inca y Egipcia, como una de las seis grandes culturas originarias del mu ndo.
Indicó el actual Coordinador Técnico y de Enlace de la Secretaria General de Gobierno, que después de las grandes aportaciones fundacionales de los zapotecas durante 10 mil años de evolución continua, coherente, permanente, al finalizar el primer milenio de nuestra era, los Mixtecas
ocuparon el liderazgo cultural de Mesoamérica del siglo XI hasta finales del siglo XIV y su influencia fue esencial para el desarrollo de las grandes culturas del altiplano central como los tolteca, los texcocanos y desde luego los aztecas.
López Ramos -quien muy joven se desempeñó como secretario particular del gobernador Eliseo Jiménez Ruiz, con quien recorrió intensamente todo el estado-, recordó una cita de Ixtlixóchitl al interpretar el Códice Xólotl:
Y llegaron los mixtecos a civilizar a los texcocanos y destacó que los Anales de Cuautitlán reconocen textualmente:
que con la caída de Coixtlahuaca empezó la verdadera consolidación de México-Tenochtitlán, porque entonces empezaron a fluir a la capital azteca las plumas de quetzal, las mantas de algodón y el oro en polvo y agrega el escritor que también la cultura, porque todo el arte, las joyas y los libros aztecas tienen marcada influencia mixteca.
A la llegada de los españoles no hubo en Oaxa4
89ca guerra de conquista y fueron los propios españoles los que pelearon por establecerse en el valle de Oaxaca por su densa población y su vasta riqueza, sobre todo por la producción de la grana cochinilla, el segundo generador económico solo superado por la exportación de la plata, lo que permitió que se establecieran en Oaxaca múltiples órdenes religiosas, dominicos, agustinos, filipenses, mercedarios, jesuitas y recordemos apunta el historiador López Ramos- que en el siglo XVI lo más avanzado de la cultura occidental estaba en los monasterios donde se guardaba el secreto del conocimiento del cero y se hacían los libros, por lo que no resulta extraño encontrar en ese tiempo en Oaxaca los grandes libros de la humanidad como la Geografía de Tolomeo o los 12 volúmenes de la Naturaleza de Plinio.
López Ramos destaca que la accidentada geografía de Oaxaca ha propiciado que existan todo tipo de climas y microclimas en nuestro territorio, lo que a lo largo de millones de años ha provocado la más grande variedad biológica de México, lo que no es un asunto menor, porque nuestro país es una de las cuatro naciones del mundo con mega biodiversidad. La diversidad física, climática y biológica a lo largo de miles de años ha generado en Oaxaca la más grande diversidad étnica y cultural del país, por ello no es extraño, destaco Juan Arturo López Ramos, que Oaxaca haya estado siempre en la entraña misma de la historia de México y que al asomarnos a su estudio encontremos que Oaxaca es:
una interminable sucesión de asombros.