
Salgado Macedonio: sé que no puedo ser candidato
El gobierno de la alternancia (XXXVIII)
Oaxaca, Oax. 20 de noviembre de 2011 (Quadratín).- En los nuevos tiempos en que vive el país y el Estado de Oaxaca en particular, que se define como de alta competencia electoral, que algunos analistas ya le llaman un Estado democrático, cuando en realidad significa un desarrollo de nuestras instituciones electorales y que no necesariamente abarcan a lo que podría llamarse un régimen democrático. En este contexto de competencia electoral, es obvio que los gobernantes siempre se propondrán a ser mucho más eficaces y eficientes en su gestión tanto de gobierno, como de administración pública, sería antinatural que un gobernante no estuviese preocupado y ocupado sobre la marcha de su periodo gubernamental.
El gobernador Gabino Cué, no escapa a los imperativos de los nuevos contornos y entornos de la realidad oaxaqueña, así, su preocupación es de hacer un buen gobierno para que sea positivamente evaluado, tanto en las elecciones federales próximas, como en las locales del año 2013.
Su reconocimiento de que las cosas no han marchado como él hubiera deseado, supone dar un golpe de timón en los próximos días para redefinir estrategias y políticas de gobierno que impacten de manera positiva en la sociedad en Oaxaca.
En su informe observamos deseos de operación gubernamental más que realización de hechos, así, piensa que en una nueva relación con los poderes del Estado y con los Órganos Autónomos Constitucionales; un renovado vínculo de servicio a la sociedad, forjado y nutrido en el diálogo, la cooperación y respeto reciproco. Está bien que tenga este deseo de una nueva relación con los Poderes y con los Órganos Autónomos y de renovar el vínculo de servicio a la sociedad, puesto que las relaciones entre los Poderes y Órganos Autónomos en el primer año, fue de subordinación y dependencia, y los vínculos de servicio a la sociedad, de ninguna manera, fueron forjados y nutridos en el diálogo, la cooperación y respeto reciproco, sino que por el contrario, fue por medio de la imposición, la represión y la cooptación de los oponentes.
También entendemos como un deseo a futuro, la idea de tener una interlocución abierta y estrecha con los partidos políticos, puesto que no ha sido abierta sino por el contrario, ha sido opaca y que los vínculos estrechos se le han negado al único partido de la oposición que es el PRI y con los demás partidos, la relación ha sido de subordinación y dependencia.
Está muy bien la idea de sentar las bases de un nuevo Oaxaca, donde impere la democracia, el respeto a los derechos humanos, la dinámica económica y un nuevo horizonte de bienestar para todos los sectores de la sociedad, lo malo de ello, es que no hemos visto el diseño de una nueva estrategia de gobierno, por medio de la cual se puedan lograr tales propósitos, si seguimos como los más ordinarios de la acción gubernamental, seguramente no alcanzaremos tan buenos objetivos.
Estamos de acuerdo con Carlos Salinas, quien en su libro Qué Hacer de editorial Debate y de Edición de Octubre de 2011, quien afirma que, reformar representa el más complejo y riesgoso de los empeños humanos. Crea enemigos decididos porque saben lo que han perdido, y amigos débiles, porque aún ignoran lo que han ganado.
Por eso el reformador se expone a la fortuna. Debe enfrentarla con la más fuerte y lo más íntimo que posee: su virtud. Pero ésta sólo será suficiente si surge del apoyo de los ciudadanos organizados. Reformar es innovar, implica la modificación del sistema establecido. Toda acción reformadora le abre las puertas a la fortuna, puesto que ofende a muchos y perturba a todos. Durante el proceso de cambio, los aliados se tornan poco confiables y las enemistades son permanentes. La reforma, por eso, puede adquirir un sesgo destructivo. En el Príncipe, Maquiavelo sentencia: el innovador encuentra enemigos entre todos aquellos que se beneficiaban del viejo orden, y gana defensores poco entusiastas entre los que en el nuevo orden podrían mejorar.
Es indudable que estamos de acuerdo con lo expresado por Calos Salinas siguiendo a Maquiavelo, por esa razón, vemos con preocupación que el gobernador del Estado pueda no atreverse a realizar los cambios profundos que necesita Oaxaca y maquillar con máscara democrática algunos cambios insustanciales y que nada impactan a las instituciones y situación de la sociedad oaxaqueña.
Así, con políticas asistencialistas, sin una reforma administrativa profunda, con complacencia de la corrupción de sus funcionarios, ineficiente manejo de los dineros públicos y de una relación, en cierto modo conflictiva, con las asociaciones de ciudadanos y organizaciones sociales, no podremos avanzar en la construcción de una verdadera democracia.
Oaxaca necesita democracia con justicia, éstas únicamente tienen entrada ahí donde se equilibran las fuerzas que la apoyan, y bien sabemos que los poderosos sacan cuanto pueden y que los débiles conceden lo que tienen que conceder, esto siguiendo a Tucídides.
Sin la justicia y la democracia, siguiendo a San Agustín, los Estados son más que una banda de ladrones, ojalá que esto no suceda en nuestro Estado, asimismo, que el gobierno de la alternancia no se convierta en un gobierno tan ordinario que no valga la pena escribir sobre el mismo. Hemos dicho que este gobierno tiene la característica de ser patrimonialista, por lo que siguiendo a Santo Tomás se puede decir qué si el gobierno no se subordina al bien común de la mayoría, sino al interés particular del que gobierna será injusto y perverso.