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Una cualidad de la Justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia. Jean de la Bruyere
Oaxaca, Oax., 10 de octubre de 2011 (Quadratín).- La concentración del ingreso, las desigualdades y la impunidad dibujan el rostro del estado. Oaxaca ya no debería ser igual que hace un año, el desvanecimiento de la hegemonía suponía cambios estructurales que aun no llegan, pero la impaciencia se impone. Las arbitrariedades cometidas ayer por los que mal gobernaron, se reconocen sin enderezar lo torcido. Los deberes del gobierno aliancista contrastan con los déficits documentados, mientras que las carencias persisten. El primer año se avecina y las expresiones de reclamo crecen ante una administración que concibe parcialmente el diseño de un nuevo modelo social de largo plazo enfocado a la reconstrucción del tejido social.
Seguimos en la antesala de la reconstrucción del sistema de gobierno heredado. No se puede imaginar el mañana, cuando las asimetrías sociales no solo nos dividen si no que nos mantienen confrontados. No podemos convivir con nuestro presente, cuando la paz social está amenazada, tanto por inconformidades sociales latentes, como por fuerzas criminales que se han colocarse por encima del Estado e impuesto su fuerza; lo anterior, por el enfoque reduccionista del fenómeno de la pobreza: la seguridad pública es el origen de los males nacionales y no la consecuencia.
Pasamos del asistencialismo priista a la frivolidad del gobierno federal panista; hoy se atiende al problema de la pobreza como un asunto de filantropía social, se piensa que combate a la pobreza es limitarse a mantener programas regresivos como Oportunidades y en apoyar a la fundación Azteca y al Teletón, sin importarles que en estados como Oaxaca, el 27% de nuestra población no le permite cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
Pasamos de los ofrecimientos de campaña en medio del dolor y la precariedad, a un naciente desaliento por no atender la enorme deuda social. En menos de un año la Secretaria de Desarrollo Social y Humano del gobierno del estado ha tenido dos titulares y en ninguna de ellas se ha practicado ningún programa, incentivo o estrategia propia de esta administración en materia social. Atizado, por la amenaza del recorte presupuestal para las políticas de combate a la pobreza que se estiman superiores a los 9 mmdp.
OAXACA RURAL. El campo lleva más de 25 años abandonado, la visión cortoplacista y la descoordinación en los tres órdenes de gobierno ha imperado y mantenido en el olvido al 52% de nuestra población económicamente activa que en este sector se ocupa.
Paradójicamente, en los últimas 3 décadas nuestros gobiernos han seguido al pie de la letra los postulados de la economía global y de los organismos internacionales, pero han desoído algunos por conveniencia y mezquindad. Por ejemplo: el Banco Mundial en su reporte (WDR 2008) reconoce que el crecimiento del PIB originado en la agricultura, es doblemente eficaz para reducir la pobreza en comparación con otros sectores. Sin embrago, este reporte contrasta con 2 realidades: 1) Tradicionalmente el gobierno del estado ha preferido que estos asuntos sean resueltos desde la burocracia federal, y se limitan a estirar la mano. El esfuerzo se limita a redactar un plan estatal de desarrollo sin atender las deficiencias en la planeación de la producción, el uso de tecnologías inapropiadas, la escasa asesoría técnica, la falta de capacitación y la baja productividad. No se ocupan en articular acciones de sinergia con las Universidades, rediseñar reglas de operación con las organizaciones comunitarias y agentes independientes a efecto de arraigar a la gente en sus comunidades, para disminuir la emigración. 2) El modelo de gasto e inversión pública no esta enfocado al campo. Predomina el criterio militarista para el gobierno de la República, mientras que para asuntos de seguridad se propone un aumento presupuestal del 11% al campo se le pretende recortar el en 34 mmdp. ¿Será esa una de las causas por las que Oaxaca sea la entidad que menos aporte al PIB nacional, apenas el 1.6%?
La agricultura podría ser el punto de partida para el desarrollo nacional y de la entidad; se constituye como el camino principal para reducir la pobreza, tanto en zonas rurales como en las urbanas.
Es momento de iniciar un proceso de cambios radicales, se deben emprender nuevos programas y políticas que vayan más allá de ser paliativos para la miseria.
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Maestro en economía, licenciado en derecho y consultor político.