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Oaxaca, Oax. 15 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Los hechos deplorables de Tuxtepec, donde la violencia irracional cobró la vida de Gustavo Pacheco, son un severo llamado de atención para que gobierno y sociedad sumemos esfuerzos para frenar esta escalada fratricida que crece en el país y nos lastima a todos, afirmó el presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXI Legislatura del Estado, Martín Vásquez Villanueva.
Entrevistado sobre este lamentable acontecimiento, el diputado local señaló que Gustavo Pacheco fue presidente de uno de los principales municipios del estado, pero antes que eso era un paisano oaxaqueño, cuya partida injusta debemos todos lamentar y exigir para los responsables todo el peso de la ley, señala.
Por supuesto que lo primero es condenar el crimen y solidarizarnos con la familia, sumando nuestra exigencia para un cabal esclarecimiento de los hechos y que el homicidio no quede impune, pero también está el significado social de una serie de acontecimientos que amenazan la seguridad de los mexicanos, recalcó.
No podemos permitir que el principal patrimonio que tenemos, la tranquilidad para transitar en las calles y el derecho a la vida, sea conculcado por una espiral de violencia que enluta a cada vez más hogares y familias.
Exigimos, sí, una investigación seria y profesional para detener y sancionar a los responsables, porque la impunidad haría doble el agravio, pero tenemos que llegar más lejos, la sociedad, el Congreso y el gobierno.
El legislador por el distrito de Tehuantepec dijo que es tiempo de superar mezquindades cortoplacistas y de sumar esfuerzos y articular iniciativas y políticas de Estado que eviten que el país se nos vaya de las manos. No podemos permitir que la violencia se desborde en Oaxaca, como ya ocurre en otras entidades de la República mexicana.
Vásquez Villanueva señaló que el Congreso de Oaxaca ha aprobado ya una nueva Ley de Seguridad Pública y que es necesario ahora aplicarla eficazmente para que la paz, la estabilidad y la concordia no se pierdan frente a los embates de la delincuencia común y el crimen organizado.
Hagamos un frente común contra la violencia y la delincuencia, protejamos el hogar común de nuestros hijos, el territorio que es la casa de todos, de todos los estratos sociales, de todas las regiones y de todas las generaciones.
Cerrar todo espacio a la violencia debe ser una causa, una cruzada, donde nadie quede fuera, ni la sociedad, ni el gobierno, ni el Congreso, finalizó.
Foto: Archivo / Quadratín