
Periodistas del New York Times podrán utilizar IA de forma legal
Oaxaca, Oax. 15 de septiembre de 2011 (Quadratín).- El desmesurado incremento presupuestal del gobierno federal en materia de seguridad durante el gobierno de Felipe Calderón no se ha expresado en una disminución en los índices delictivos ni tampoco en una mayor eficacia en el combate al crimen organizado. Al contrario, y según lo acaba de comentar Sergio Sarmiento citando fuentes del INEGI, solamente por lo que corresponde a homicidios dolosos entre el 2007 y el 2010 la cifra se triplicó de 8,867 a 24,374 por año. Además, los datos y cifras oficiales revelan que si durante el 2007 el gobierno calderonista ejerció un presupuesto de 88 mil 754 millones de pesos, para el 2012 su meta es que el Congreso Federal le apruebe 147 mil 270 millones. Un incremento superior al 65 por ciento para mantener la misma estrategia fallida en contra del crimen organizado que día tras día incrementa el número de víctimas, en su mayoría civiles, sin que las bajas y encarcelamientos registrados en las filas del crimen organizado se traduzcan en la reducción de la narcoviolencia ni mucho menos en la pacificación del país.
Como una respuesta organizada de la sociedad civil frente a esta ola de violencia desenfrenada que se vive en la mayor parte de las entidades de la república surgió el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que hoy recorre el sur-sureste de México, como ayer lo hizo por el centro y norte en donde la violencia ha dejado más muertes, sangre, miedo y dolor.
Es una marcha pacífica con un profundo sentido social, pero también político porque muchos de los graves problemas que hoy padece nuestro país también tienen su origen en decisiones políticas equivocadas de los gobernantes en turno. El Movimiento por la Paz, cuya figura emblemática más conocida es el poeta Javier Sicilia, ha criticado precisamente esa obsesión del presidente Felipe Calderón, y el silencio cómplice de otros actores políticos, de insistir en combatir al narcotráfico con toda la fuerza del Estado sin importarle el baño de sangre que esto le está costando al país.
Para fortuna nuestra en Oaxaca no es ésta la violencia que nos agobia y lastima con mayor severidad sino la que tiene su origen en la pobreza estructural, en las injusticias y olvidos oficiales hacia los pueblos indígenas, en la sistemática violación a los derechos humanos, en los enfrentamientos por disputas agrarias entre pueblos hermanos y en un ejercicio despótico y autoritario del poder.
Es difícil aún asegurar que este tipo de violencia se ha superado, porque persisten los cacicazgos, la corrupción, el tráfico de influencias, la justicia al mejor postor, la represión y manipulación de los pueblos indígenas, etc. Y porque al lado estos factores conviven organizaciones y líderes que desde la misma sociedad civil contribuyen a la reproducción de estas prácticas al privilegiar el clientelismo y el beneficio personal sobre el interés colectivo. Y porque, además, sus mismos métodos de lucha no resultan para nada pacíficos sino lesivos a la sana convivencia social y al desarrollo democrático de Oaxaca.
La alternancia es una realidad, no así la transición democrática. Las inercias del viejo régimen persisten y se reproducen sin que desde los poderes ejecutivo y legislativo se realicen aún esfuerzos, coordinados o por separado, para que el reclamo ciudadano de un Oaxaca con mayor bienestar, justicia y democracia se haga realidad.
Por eso tiene mucho sentido social y político que la Caravana del Sur se haya detenido en Oaxaca: para que además de su mensaje de paz y de un no a la violencia, se haga conciencia de que el cambio democrático debe pasar por un cambio de actitud, por una mayor responsabilidad y compromiso con los ciudadanos y una reiterada exigencia hacia los actores políticos y los nuevos poderes establecidos para no dejar naufragar la transición democrática.
¿DESORGANIZACIÓN O RÉCORD GUINESS?
A reserva de volver sobre el tema, van por ahora estas preguntas sobre la novena audiencia pública: ¿La incompetencia y desorganización se va a sustituir ahora con boletines en donde es la cantidad de las personas atendidas y no la calidad del servicio lo que se pondere? ¿La meta de la novena audiencia fue alcanzar el Récord Guiness (22 horas) para hacerle la competencia a la horrible Clayuda que se expone en Palacio de Gobierno? ¿A quién se le puede ocurrir seguir entregando fichas de audiencias hasta las ocho de la noche?
[email protected]
Twitter: @IsidoroYescas