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Oaxaca, Oax. 14 de septiembre de 2011 (Quadratín).- Una de las causas y efectos de la política es la maduración de la democracia y el crecimiento (en el más amplio sentido) de la participación ciudadana.
El candidato del PSOE a jefe de gobierno en España, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo hace muy poco que lo que se descompuso desde la política, debe resolverse desde allí mismo.
Sin embargo, en México parece que tenemos una concepción diferente.
El presidente Felipe Calderón, asistió a la comida de los 300 líderes más importantes de México, de acuerdo a la clasificación de la revista Líderes que dirigen Raúl y Jorge Ferráez, quienes han dedicado su empresa a reflejar a la cúpula gubernamental privada y pública.
En el 2007 el presidente Calderón estuvo en ese foro y sus declaraciones levantaron una tolvanera que tardó en disolverse y optó por no asistir a algunos festejos.
Ahora regresó a ese foro y planteó a los asistentes ingresar a política.
Sería muy padre –dijo el presidente– hallar consenso entre los 300 líderes más importantes acerca del México que queremos y que fueran diputados para hacerlo realidad en el Congreso.
Recomendó a los asistentes crear sus propios partidos políticos y candidatearse a puestos de elección popular si es que lo hay en México en materia política no les gusta.
A los señalamientos sobre corrupción, inseguridad y atraso en el país expresados por los empresarios Alejandro Martí, Claudio X. González, y Alejandro Ramírez; y por el politólogo Federico Reyes Heroles, durante la comida anual de los 300 líderes, el presidente les propuso entrar a la política a pesar ser una actividad deleznable y del cocol.
¿Y por qué México está así? Quizá porque sus mejores líderes están mejor aquí y les puede ir mejor en términos de prestigio, no se mete nadie con ustedes en la prensa (…) ir a la prueba del ácido y ver el hambre de la que solemos hablar en los discursos y que tú tienes que resolvérseles.
Por ello, lanzó la invitación a que (en) estas elecciones, si no les gustan los partidos políticos, hagan un partido político; si no les gustan los candidatos, sean ustedes los candidatos; si no les gustan los candidatos a presidentes municipales o gobernadores o presidente de la república, sin agraviar a los presentes, sean ustedes los candidatos y tomen ustedes, líderes de México, a México en sus manos.
Sin embargo allí estaban también los precandidatos presidenciales panistas, Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, del PAN; Manlio Fabio Beltrones, del PRI, además de empresarios, líderes sociales, periodistas, jerarcas de varias iglesias, como el obispo Onésimo Cepeda y el arzobispo Antonio Chedraui, legisladores, gobernadores, entre ellos Ney González y Leonel Godoy, y funcionarios de PRI, PAN y PRD.
Tenemos malos políticos, hombre, sí, hay políticos excelentes y por cierto los mejores están aquí, pero también hay muy muy malos. Pero, ¿saben qué? Esa no es bronca de los políticos nada más, señaló.
Recordó a su padre, Luis Calderón, quien decía que la política es algo muy serio como para dejarla sólo a los políticos.
Calderón Hinojosa reconoció que en México hay una política lejana de los ciudadanos, pero atajó y dijo que los ciudadanos tienen que acercarse a la política, hacerse políticos.
Sus declaraciones provocaron zozobra. Hay quienes rechazan la sola enunciación de la privatización de la política, sino que los llamados líderes la conviertan en su actividad.
Los negocios y la política son como el agua y el aceite que no tienen vinculaciones evidentes. Su vocación y destino son totalmente distintos. Quienes hacen negocios son políticos sin compromiso ni recato.
Pero eso no justifica que quienes sean exitosos en otras tareas vayan a serlo también en la política.
Cada quien a lo suyo, casados o solteros, ricos o pobres, empresarios o políticos, etcétera, etcétera y así nadie o muy pocos tendrán que andar como plañideras.