De cien oaxaqueños al menos uno ha alterado su acta de nacimiento: Registro Civil

Oaxaca, Oax., 23 de agosto del 2011(Quadratín).- A raíz de haber implementado el programa de aclaración de actas el Registro Civil descubrió que de cada cien personas que presentaban su documentación al menos una había alterado su acta de nacimiento, los motivos son claros, esto sucede cuando se pretende recibir algún beneficio y los datos contenidos en el acta no sirven de nada, así lo manifestó la directora de la Institución, Haydee Reyes Soto.
Cabe decir que la alteración de las actas de nacimiento generalmente se realiza alterando el contexto de un documento verdadero después de concluido y firmado, si esto cambia alguna circunstancia o punto substancial ya sea añadiendo, enmendando o borrando una o más palabras o variando la puntuación, o bien, variando la fecha o cualquiera otra circunstancia relativa al tiempo de la ejecución del acto que se expresa en el documento.
El delito de falsificación de documento consiste en alterar un documento público o privado el cual se castiga con prisión de seis meses a tres años y multa de quince a treinta días según el Artículo 226 del Código Penal del Estado Libre y Soberano de Oaxaca.
El documento público es el otorgado o autorizado con los requisitos exigidos por la ley por un notario, secretario judicial u otro funcionario público competente para acreditar algún hecho.
En el caso de los documentos expedidos por el Registro Civil que comúnmente conocemos como actas, son documentos públicos porque son emitidos conforme lo establece el Código Civil vigente por un servidor público denominado oficial del Registro Civil, en las que se hace constar algún hecho o acto que afecta el estado civil de las personas informó la directora.
Ante esta problemática Reyes Soto dijo que la tarea de la dependencia es asesorar a los usuarios jurídicamente para evitar que alteren sus documentos y correctamente recurran a la aclaración legal, si es que esta procede.
Finalmente recomendó a la población a adquirir una cultura del registro donde todos los trámites se realicen a su debido tiempo y jamás sean alterados por el simple hecho de pretender recibir o percibir algún beneficio que a la larga solo causará un daño personal afectando a terceras personas a falta de la honestidad.