
Tareas de Claudia sin AMLO: economía y Casa Blanca
Oaxaca, Oax, 06 de junio del 2011 (Quadratín).- Un balance preliminar de los seis primeros meses del gobierno de Gabino Cué debe incluir sus logros e intenciones, pero también sus tropiezos y pendientes.
Con un gran optimismo el gobernador Gabino Cué ha ponderado entre los logros de su gobierno las reformas constitucionales aprobados en el mes de abril por la LXI Legislatura, la atención inmediata a las demandas ciudadanas y de las autoridades municipales a través de las audiencias públicas, la prioridad que ha otorgado a todo lo relacionado con los derechos humanos y el hecho mismo de despachar en Palacio de Gobierno y no en edificios alternos como ocurrió con su antecesor.
A estos logros, que no siempre han tenido el impacto político esperado ni la profundidad suficiente para convencer a todos los sectores sociales, debieran también agregarse una libertad de expresión pocas veces vista en los gobiernos priistas y la intención de mantener una relación de mayor cooperación y coordinación con el gobierno federal.
Sin embargo, en un escenario político de grandes esperanzas de renovación y cambio social e institucional, generadas al calor de la campaña electoral del 2010 y ratificadas en múltiples foros ciudadanos, estos logros e intenciones se han quedado cortos frente a las fuertes inercias, tropiezos y compromisos todavía no cumplidos.
No es la intención hacer un recuento de estas inercias y tropiezos, ya enumeradas en cierta forma cuando la semana pasada comentamos el documento de EDUCA (Seis Meses I, en Noticias, mayo 30, 2011) y en por lo menos dos entregas anteriores publicadas en este mismo espacio (Reforma Constitucional: alcances y limitaciones y Superar inercias, redefinir estrategias).
Por ahora en lo que hay que detenerse y reflexionar brevemente es en los escenarios que pudieran presentarse si un gobierno de alternancia como el que encabeza Gabino Cué no se atreve a luchar a fondo contra esas inercias heredadas del viejo régimen, a rectificar y dar los esperados golpes de timón que la sociedad le está exigiendo y, en esa línea, darle forma, y sobre todo contenido, a su proyecto de instaurar un nuevo régimen de corte democrático y popular.
Por supuesto, y ese es uno de los factores decisivos, una tarea de esta magnitud no será posible si no se recomponen las relaciones entre el poder ejecutivo y legislativo y se redefinen las reglas de cooperación y entendimiento entre ambos poderes. Concertar arreglos o sacar adelante las iniciativas del poder ejecutivo por la vía monetaria, o promover en lo oscurito una relación de intercambio mutuo de favores luego incumplidos solo ha deteriorada la relación entre ambos poderes que debiera darse en términos de compromisos institucionales y, además, públicos.
Y en esta tarea el PAN, PRD, PT y PT tienen un gran compromiso, pues pese a su exclusión del primer círculo gubernamental, están obligados social y políticamente a señalar los errores y omisiones del gobierno en turno porque el cuatro de julio del 2010 el pueblo de Oaxaca no solamente votó por Gabino Cué sino también, y de manera determinante, por un cambio de fondo en el quehacer público e institucional y por un nuevo régimen.
Un esfuerzo similar deberán realizar también las organizaciones sociales y no gubernamentales que se sumaron a la candidatura de Cué, y sobre todo aquellas que tuvieron la oportunidad de compartir espacios en la administración gabinista.
Todos, partidos, organizaciones, medios de información, académicos y la sociedad en general, debemos pugnar porque esa gran nave llamada transición democrática no encalle o naufrague en las turbulentas aguas del viejo régimen, de la ingobernabilidad que a cada rato pone contra la pared al poder ejecutivo o por la propia soberbia, incapacidad y falta de sensiblidad social de la nueva élite tecnocrática y los ulicistas recicladosubicados en áreas estratégicas del aparato gubernamental.
Darle plena vigencia al estado de derecho; promover una política recaudatoria que no atente contra la economía de las clases medias y populares como el anticonstitucional megapago de la tenencia vehicular; sanear las finanzas públicas y adelgazar el aparato administrativo con criterios de equidad y respeto a los derechos laborales; que el combate a la corrupción del sexenio pasado pase del escándalo mediático al ejercicio de la acción penal; que la transparencia y rendición de cuentas se exprese en la obligación del poder público para informar sobre lo realizado y no realizado hasta ahora en materia de obra pública y en las causas de la parálisis económica que vive Oaxaca; que se informe a la ciudadanía sobre los acuerdos que finalmente se concertaron con la sección 22 del SNTE .
La lista puede ser más extensa, pero basta con señalar estos pendientes para valorar la importancia de estar atentos a lo que viene ocurriendo en Oaxaca y a la urgente necesidad de que todos los actores políticos y sociales y organismos ciudadanos comprometidos y esperanzados en el cambio sumen esfuerzos para romper con las inercias del viejo régimen y apuntalar las medidas y acuerdos políticos necesarios para que la transición democrática no haga agua.
La derrota
Volvieron a derrotar a Oaxaca, incubaron mas repudio ciudadano, le sumaron más dígitos a la deuda histórica del IEEPO, su intolerancia con la crítica ciudadana y mediática llegó a la agresión como ocurrió con Noticias, sus dirigentes se aislaron de sus bases y éstas los desafiaron, la disputa interna tomó niveles de división y, concluida su faena anual levantaron su paro y plantón. Cuánta falta ya le hace a Oaxaca y a todoMéxico- su 15 M.