
Denuncia Ucizoni impedimento para enterrar a sus 3 muertos por ataque
Oaxaca, Oax., 06 de abril 2011
Afuera, en las calles, en las plazas, en los caminos, en el campo, en las montañas, la gente se pregunta cómo hacer para que la clase política de este país, de nuestra patria, de nuestra amada patria, la que nos enseñaron a amar Vasconcelos y López
Velarde, deje de estar ciega y sorda, pues pareciera que un hechizo, que un embrujo los hubiese atrapado. Afuera el paisaje es desolador, huele a sangre, a guerra. Pero tenemos la certeza de que Solo la luz de la verdad y la esperanza pueden ayudarnos a romper el hechizo.
Porque nuestra grandeza milenaria nos dice que no es el destino de nuestros pueblos, la guerra, la soledad, la desesperanza y la mentira.
Dice el filósofo cualquier sociedad que se declara la guerra a sí misma, está condenada a la inseguridad y al caos, los jóvenes que nacen y crecen bajo una guerra interna sucumben de manera fatal al desencanto, motivo por el que aborrecerán permanentemente a su patria, y su patria también los aborrecerá, si no es que antes son asesinados.
Hoy hago mía la exigencia de Javier Sicilia y de millones de mexicanos que opinan,
que además hay que devolverle la dignidad a esta nación.
En Oaxaca queremos romper el hechizo, la gente así lo quiso, decidimos darle una oportunidad a la paz, con esperanza sembramos verdad, porque queremos cosechar luz y justicia, vencimos al terror primero, luego al miedo y a la indiferencia, hoy seis de abril del dos mil once, acudimos a suscribir y ser testigos de nuevas bases para un nuevo pacto social-histórico de convivencia entre los pueblos y ciudadanos que habitamos el saqueado territorio oaxaqueño.
Es cierto, la justicia no llega con el florecimiento de nuevas leyes, pero las leyes pueden y deben ser el principio para alcanzar la justicia. El imperio de la ley manda, con rigor prohíbe, con bondad permite.
A propósito de nuestra brutal realidad, Carlos Fuentes escribió con magistral elocuencia en 1990, Casi setenta años después de la muerte de Zapata, México enfrenta de nuevo una crisis y la necesidad de un cambio.
Un enorme desarrollo ha tenido lugar simultáneamente con una gran injusticia.
Otra vez México debe buscar las soluciones a su modernización económica en la modernización política. La sociedad, como en 1910, ha rebasado a las instituciones.
Pero, una vez más, la modernización no puede alcanzarse a costa de las pequeñas comunidades agrarias, el mundo olvidado de Villa y Zapata, si México ha de lograr un crecimiento constante, debe, al menos, permitir que el poderoso Estado central entienda el pacífico desafío de autogobierno que se plantea desde abajo.
Hace falta que el estado mexicano cumpla los acuerdos de San Andrés, y que reconozcamos a plenitud la autonomía de los pueblos originarios, hace falta que Oaxaca mire al mundo con los ojos de la comunalidad, que sus leyes y sus instituciones reflejen la realidad multicultural y pluriétnica, y sus gobernantes, con verdad y con humildad manden obedeciendo.
También cito a Carlos Fuentes para recordar, que el arreglo constitucional del 17 expresó los utópicos sueños del millón de mexicanos que dieron su vida por hacer efectivo el sufragio y acabar con la dictadura.
Y por una patria libre, justa y soberana.
Con fecha 23 de marzo presenté una iniciativa de Reforma Constitucional.
Esencialmente la propuesta contenía.
1.- Garantizar una efectiva igualdad de género e impedir la discriminación de las mujeres, los tres primeros lugares de la lista que cada partido político o coalición registre por el principio de representación proporcional, lo asignará a candidatas mujeres como propietarias y como suplentes.
2.- Que en el Instituto Estatal Electoral se garantizara la paridad entre mujeres y hombres o la presencia de unas y otros, lo más cercano posible al equilibrio numérico si el número de plazas a cubrir es impar.
3.- Que en el Tribunal Estatal Electoral estuviera integrado por tres magistradas y magistrados propietarios y tres suplentes.
Tanto en la elección como en la propuesta, se garantizará que ni los propietarios, ni los suplentes, sean del mismo sexo y que en su conjunto, aseguren la presencia paritaria de mujeres y hombres. Se hará uso también de la alternancia entre mujeres y hombres para compensar la
subrepresentación de unas y otros en la integración del Tribunal.
4.- Nombrar y remover libremente y atendiendo al principio de igualdad entre mujeres y hombres, a la Secretaria o al Secretario General de Gobierno, a las demás Secretarias y Secretarios, a la
Consejera o Consejero Jurídico.
5.- Para la terna en la elección de la Procuradora o Procurador General de
Justicia del Estado, se debiera atender al principio de igualdad y alternancia entre mujeres y hombres.
Sin embargo en el desarrollo de la discusión observé que las condiciones para que la reforma fuese incorporada a plenitud no eran las mejores, queda pues como un pendiente, como una deuda con la efectiva igualdad entre hombres y mujeres el debate a este respecto.
En Oaxaca, la revuelta del 2006 demostró que nuestras leyes son obsoletas, que no obedecen a la voluntad soberana del pueblo. Demostró, sobre todo, que nuestras leyes obedecen a formas despóticas, con las que los gobernantes intentaron controlar a la ciudadanía en el empeño de mantener un régimen que permitió durante décadas a unos cuantos vivir en la opulencia, sin importar que la miseria se expandiera a todo los rincones de nuestra tierra. La revuelta del 2006 demostró que para el régimen autoritario los Derechos Humanos eran letra muerta.
Hoy comenzamos apenas a romper esa obsolescencia. Las leyes nuevas deberán buscar la justicia, en cumplimiento del mandato ciudadano, y quebrantar los cimientos mismos del autoritarismo brutal y la opresión de un régimen caciquil que se resiste a morir, que tanto daño causó y todavía hoy pretende seguir causando a Oaxaca.
Este conjunto de modificaciones constitucionales, que insisto, no es destino sino punto de partida, no es una concesión graciosa de ningún gobernante o partido político, es un triunfo de la ciudadanía, y la ciudadanía ha pagado por ello un precio muy alto. Lo que hoy aprobamos es lo que hemos buscado durante décadas con la lucha social,
El pueblo de Oaxaca ha padecido hambre, persecución, cárcel y sangre por desaparecer la impronta imperial de gobernantes que se simulan demócratas pero tratan al ciudadano como si fuese un siervo de gleba.
Del contenido de las reformas constitucionales, en primer orden me permito destacar las herramientas de democracia directa: revocación del mandato, plebiscito, referéndum, cabildo abierto, hoy elevada a rango constitucional.
Resultará un imperativo para esta legislatura discutir de manera inmediata una ley de participación ciudadana que garantice la real efectividad de tan importantes herramientas.
De especial relevancia resulta la inclusión del juicio de protección de derechos humanos, herramienta jurídica que estará al alcance de todas y todos los ciudadanos para salvaguardar sus derechos fundamentales.
Esta reforma dota de plena autonomía al Poder Judicial y aspira a romper el oprobioso control del ejecutivo sobre un poder que debiera ser el garante de la justicia más allá de cualquier determinación política, y además con la creación de la Sala Constitucional coloca al poder Judicial como un celoso guardián de los Derechos Fundamentales.
El camino es largo y sinuoso todavía, y aún falta mucho por hacer incluso en el ámbito constitucional, aspiramos a una Reforma Integral. Toda acción legislativa es y será siempre incompleta y perfectible. Así, este andamiaje, aunque sólido, puede y debe ser todavía mejorado.
La reforma obedece a nuestro momento, a nuestra realidad histórica, que por ningún motivo evitamos y que asumimos con toda responsabilidad, con la conciencia de que el pueblo quiere gobernarse, que el pueblo está despierto, que el pueblo se organiza, que el pueblo comienza a transformarse a sí mismo y a las leyes e instituciones por las que se rige. El pueblo comienza a gobernarse.
No será más un crimen disentir de la palabra y de la acción del gobernante en turno. El tránsito a la democracia no debe costar más vidas. Dejemos en el basurero de la historia la criminalización de la protesta social.
Que estas nuevas leyes, abonen para que florezca la Paz, con justicia y dignidad, que la luz, la verdad y la esperanza dejen atrás el tiempo de sombras e ignominia.